La jornada de ayer, 27 de septiembre, marco el fina de una era para la Real Fuerza Aérea de los Países Bajos con la baja del servicio de sus cazas F-16. A lo largo de 45 años de servicio los Fighting Falcon, incorporados en 1979, custodiaron los cielos neerlandeses, como de otras naciones europeas. No obstante, las aeronaves de combate seguirán operando en Rumania, al igual que varios ejemplares serán transferidos a la Fuerza Aérea de Ucrania, junto a sus pares daneses, noruegos y belgas.

Como fuera reportado, el Ministerio de Defensa de los Países Bajos anunció la baja definitiva de sus F-16 para el 27 de septiembre, los cuales se encontraban operativos en las Bases Aéreas Leeuwarden y Volkel, mientras avanza el proceso de incorporación de los nuevos aviones de combate de quinta generación F-35A.

A los actos conmemorativos, se sumó la realización del último vuelo de los F-16 sobre diversas localidades neerlandeses marcando el final del servicio de los cazas de origen estadounidense con la Real Fuerza Aérea de lso Países Bajos. Sin embargo, este capitulo final abre uno nuevo, ya que varios ejemplares continuarán prestando servicio para formar nuevos pilotos de Fighting Falcon en el Centro Europeo de Entrenamiento F-16 (EFTC) ubicado en Rumania, entre los cuales se encuentra efectivos de la Fuerza Aérea Rumana y Ucraniana.

También debe destacarse que parte de la flota de F-16 dados de baja por los Países Bajos serán transferidos en los próximos meses a la Fuerza Aérea de Ucrania, como parte de la coalición de diversos países europeos para dotar con este sistema de armas al país que libra desde hace más de dos años una cruenta guerra contra Rusia.

Al respecto, en cuanto a las cantidades a transferir, el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de EE. UU. trató meses atrás la transferencia de hasta 24 F-16 Block 10/15, junto con material complementario. Como se reportó previamente, “… La iniciativa neerlandesa contemplaba inicialmente la cesión de 18 cazas; sin embargo, esta cifra aumentó tras la decisión de cancelar la venta de otras seis aeronaves a la compañía Draken”.

Por último, en su comunicado de presenta oficial, la cartera de defensa neerlandesa pronuncio palabras alusivas al final del servicio operativo de los aviones de combate, al expresar que: “El F-16 ha demostrado su valor tanto dentro como fuera del país. En los Países Bajos, dos de estos aviones estuvieron en alerta constante para vigilar el espacio aéreo de Bélgica, los Países Bajos y Luxemburgo. La denominada Quick Reaction Alert tuvo que intervenir repetidamente debido a la aproximación o entrada de bombarderos rusos en el espacio aéreo neerlandés. Otro ejemplo es el uso de los F-16 para la vigilancia de diques. Con equipos de infrarrojos, los aviones verificaban si los diques estaban saturados de agua y, por lo tanto, debilitados”.

Tras el final de la Guerra Fría, los F-16 neerlandeses participaron en diversas misiones de combate. Entre ellas, las operaciones Deny Flight y Deliberate Force de la OTAN durante la guerra en Yugoslavia, así como las misiones en Afganistán entre 2002 y 2014, primero bajo la operación Enduring Freedom y luego con la ISAF. En 2011, fueron desplegados desde Cerdeña para la operación Unified Protector en Libia, y finalmente operaron desde Jordania entre 2014 y 2018 en la operación Inherent Resolve contra ISIS en Irak y Siria.

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