Durante el transcurso de la semana pasada, fue publicado un comunicado oficial de la comandancia del 17º Distrito de la Guardia Costera de los Estados Unidos en el que se alerta de actividades llevadas a cabo por la Guardia Costera de China en el Mar de Bering, tratándose de la primera ocasión en la que esto ocurre. Particularmente, fueron detectadas por una tripulación de un HC-130J Super Hércules un total de dos embarcaciones chinas operando en conjunto con otras dos de origen ruso, a unas 440 millas al suroeste de la isla de San Lorenzo.
Puesto en palabras de la contralmirante Megan Dean: “Este es el punto más septentrional donde la Guardia Costera estadounidense ha observado buques de la Guardia Costera china.” En línea con ello, su par chino detallaba en el comunicado propio que las patrullas conjuntas con Rusia “expandieron significativamente (NdE: su alcance en el Ártico) para realizar misiones críticas, mejorando su participación en la gobernanza marítima internacional y regional.” Cabe recordar que esto ocurre en momentos dónde los países de la zona comienzan a preocuparse por el descongelamiento del polo norte y los desafíos geopolíticos que ello implica.
La cuestión no es en absoluto menor, considerando que China lleva más de una década reivindicando un rol de relevancia en la toma de decisiones que afecten al Ártico, arguyendo su estatus de “Potencia del Cercano Ártico“. En ese sentido, ha de destacarse que el Gigante Asiático ya ha manifestado sus intenciones de establecer una “Ruta de la Seda Polar”, la cuál estaría destinada a reducir los tiempos de transporte marítimo desde el país hacia el continente europeo; también reduciría los riesgos actuales relacionados con los ataques perpetrados por los rebeldes hutíes. En suma, tanto China como Rusia se encuentran impulsando la exploración de recursos energéticos en la región para impulsar sus economías, algo que podrán continuar realizando hasta el mes de noviembre (cierre de la ventana navegable).
Por lo pronto, ya existen antecedentes que confirman lo antes mencionado, uno de los más claros ocurrido durante el verano. En dicha ocasión, China desplegó un total de tres rompehielos en aguas del Ártico para realizar diversos estudios oceanográficos y batimetricos, siguiéndose ello al despliegue de otro par de buques con fines similares. La propia contralmirante Dean afirmaba: “Esta actividad reciente demuestra el creciente interés en el Ártico por parte de nuestros competidores estratégicos.”
Finalmente, resulta también necesario plantear que el aumento de la presencia China en la región no sólo se ve reflejada en el ámbito naval, sino que también fue observado en el aéreo. En el mes de julio, el Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte reportaba que cazas canadienses y estadounidenses habían sido activados para interceptar a un grupo de bombarderos rusos y chinos que volaban cerca de la zona de identificación de defensa aérea (ADIZ) de Alaska. Poco tiempo después, era activado el nuevo Comando de Aviación Ártico en dicho estado, tras la llegada de dos batallones de helicópteros; la zona fue descrita por el el teniente general del ejército Thomas Carden como el “sector de amenaza más corto y menos defendido” de los EE.UU.
*Imagenes empleadas a modo ilustrativo.
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