En medio de las dudas existentes respecto de su continuación como programa, la Fuerza Aérea de EE.UU. (USAF) habilitó recientemente nuevos fondos para el desarrollo de misiles hipersónicos AGM-183A ARRW a cargo de Lockheed Martin, tratándose de un impulso de 13.447.746 de dólares. De este modo, el monto invertido hasta ahora asciende a los USD 1.319.270.400 según afirma el Pentágono, a su vez se ha informado que se espera una culminación de los trabajos llevados a cabo en Florida para agosto del año próximo.

Sin embargo, en relación con esto último, no han sido detallados cuáles serán los trabajos que deberán realizarse en el marco del programa. Medios especializados estaodunidenses, tal y como es el caso de The War Zone, han buscado tanto en la mencionada compañía como en la USAF respuestas al respecto, aunque no han obtenido. En esa línea, cabe recordar que en el presupuesto delineado para 2025, la Fuerza Aérea no solicitó fondos adicionales para el desarrollo de los AGM-183A; dando fuerza así a las sospechas respecto del estado del proyecto.

Por lo pronto, resulta útil recordar que el programa ARRW estaba destinado a ser la primera de las armas hipersónicas en los inventarios de la Fuerza Aérea estadounidense, tratándose de un sistema que operaría bajo el concepto de “propulsión y planeo“. Esto implica que el misil lanzado utilizaría un cohete propulsor para transportar un vehículo de planeo a velocidades cercanas a Mach 5 y a altitudes óptimas para comenzar su trayectoria, misma que tendría lugar principalmente a nivel atmosférico, contando con la capacidad de seguir una línea erratica a fines de dificultar su potencial intercepción.

Ahondando en detalles, es menester traer a colación que la Fuerza Aérea parece haber quitado protagonismo a este enfoque para pasar a trabajar sobre el concepto de “air-breathing hypersonic cruise missiles“, el cuál plantea un funcionamiento totalmente diferente. En ese sentido, la propia USAF anunció sus intenciones de dar un cierre al programa ARRW para disponer de mayores fondos para traccionar con más fuerza el nuevo diseño. No resultaría extaño por tanto que los nuevos fondos anunciados sean destrabados para darle un final ordenado al desarrollo de Lockheed Martin.

Sobre esto, la Fuerza Aérea de EE.UU. manifestaba: “ARRW completará el cierre del contrato, finalizará la documentación y el análisis, y las actividades para respaldar la capacidad de dejar atrás los aviones (…) Las pruebas permitirán a ARRW recopilar datos valiosos, desarrollar capacidad y habilidad, permitir que los programas hipersónicos se aprovechen y se complementen entre sí, y proyectar la tecnología general hacia el futuro.” Resulta claro en este punto que las pruebas realizadas en marzo ya no apuntaban al desarrollo del programa ARRW en sí mismo, sino a contribuir datos para trabajos futuros.

Finalmente, considerando lo antes mencionado, ha de mencionarse la Fuerza Aérea parece ya tener en marcha las charlas clasificadas para establecer los lineamientos del nuevo programa. Puesto en palabras del teniente general de la Fuerza Aérea, Dale White, frente a una consulta parlamentaria en marzo: “Cuando estemos en la sesión clasificada, puedo entrar en un poco de detalle sobre las diferencias entre esas dos capacidades, específicamente, y luego resaltaremos nuevamente qué características necesita en función del conjunto de misiones.” Mientras que William LaPlante, subsecretario de Defensa para Adquisiciones y Mantenimiento, el principal comprador de armas del Pentágono decía: “Digamos simplemente que hay un plan (…) No es algo de lo que podamos hablar en esta sesión abierta.

*Imagenes empleadas a modo ilustrativo

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