En el marco del proceso de modernización de capacidades emprendido por la Fuerza Aérea de Polonia, han surgido nuevas novedades respecto de la incorporación de los 36 cazas KAI FA-50PL adquiridos por la misma, considerando que se ha visto atrasada a causa de la falta de la autorización por parte de EE.UU. al fabricante para proceder con la integración de los misiles AIM-120 que los equiparían. De no cambiar la situación en el futuro cercano, Polonia podría verse obligada a recurrir a una nueva solución que sería definida junto a KAI o incluso a optar por otras plataformas, derivando en un considerable aumento de costes y aún mayores retrasos en el cronograma de entregas.
Resulta útil recordar en este punto, que el país europeo adquirió un total de 48 aviones FA-50 a KAI, de los cuáles ha recibido las primeras 12 unidades en su variante denominada GF (Gap Filler) a finales del año pasado. Estos ejemplares pretenden ser una primera tanda que facilite el entrenamiento de los futuros pilotos de la plataforma, y al no recibir mayores modificaciones respecto del diseño original, no presentaron problemas respecto de su fabricación y entrega a la Fuerza Aérea Polaca.
Como fuere mencionado, la problemática en cuestión surge con la que fuere planteada como la versión del FA-50 adaptada a los requisitos polacos, la cuál se pensó en función de convertir a los aviones de entrenamiento originales a un caza propiamente dicho. En ese sentido, Polonia solicitó a KAI integrar un amplio abanico de nuevos sistemas que dependen de la autorización estadounidense para llevarse a cabo, a saber: los propios misiles AIM-120 AMRAAM, radares PhantomStrike producidos por Raytheon y pods avanzados para la designación de blancos AN/AAQ-33 Sniper, entre otros elementos.
Frente a lo antes dicho, no se han hecho esperar los diversos cuestionamientos por parte de medios locales respecto de la adquisición de los FA-50PL, parte de ellas apuntados contra la Agencia de Armamento liderada por Mariusz Błaszczak al momento de efectuarse, como así también a las capacidades reducidas con las que actualmente trabaja la Fuerza Aérea Polaca para entrenar a sus pilotos. La primera de estas cuestiones, resalta que el cronograma de entregas estipulado (con entregas pensadas para 2025) ya parece haber quedado en el olvido a causa de los retrasos antes descritos; implicando ello mayores gastos para sostener a las aeronaves F-16 que debían ser reemplazados por los 36 cazas versión PL.
En los términos del segundo asunto, los problemas son aún mayores si se tiene en cuenta que fue reportado que la Fuerza Aérea Polaca tiene la necesidad operativa de entrenar unos 30 pilotos al año, aunque sólo tiene los medios para formar a 10 de ellos gracias a sus aeronaves M-346. La cuestión no resulta menor en absoluto, considerando que Polonia está cerca de hacerse con los modernos cazas furtivos F-35, que también se compraron a los EE.UU., resultando imperativo que tanto pilotos como ingenieros puedan iniciar su proceso de formación en plataformas que cuenten con equipo actualizado para los campos modernos.
*Imagenes empleadas a modo ilustrativo
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