Durante el mes de septiembre, el ministro de Defensa de Colombia, Iván Velásquez, sorprendió a la comunidad especializada al anunciar que pronto se tomaría una decisión sobre el reemplazo de la flota supersónica de cazas Kfir de la Fuerza Aérea Colombiana, informando que el presidente de la República anunciaría al país el avión elegido. Se generó aún más expectativa cuando, en los principales medios de comunicación, se informó que la decisión sería tomada después de la conclusión de la COP 16, que se llevará a cabo en Cali del 21 de octubre al 1 de noviembre de 2024.
En varios medios se dio como favorito al F-16 de General Dynamics, propuesta promovida por exgenerales y otros sectores. Y como si la situación no fuera ya complicada, medios internacionales también entraron en escena cuando una importante agencia sueca y Reuters informaron que el Saab Gripen era el ganador de la competencia.
Este autor siempre ha esperado que los anuncios sean reales y no mera especulación, ya que, en distintas etapas del proceso, el Dassault Rafale había sido mencionado como el favorito tras una visita del presidente Petro a su homólogo Emmanuel Macron; posteriormente, se volvió a incluir la propuesta española del Eurofighter Typhoon, con la firma de un contrato para drones con Indra; después, medios señalaron al F-16 como el elegido; y, en otra ocasión, se anunció al Saab Gripen como ganador tras la visita de parlamentarios colombianos a la fábrica de la empresa sueca.
Ayer, nuevamente, el ministro Velásquez tuvo que salir a desmentir los rumores. Sin embargo, si las Fuerzas Armadas, el Ministro y el mismo Presidente actuaran con transparencia y de cara a la opinión pública, todos estos rumores desaparecerían. Como lo ha mencionado en diversas ocasiones este autor, esto permitiría disipar la sombra de corrupción y favoritismos que opaca muchos de los contratos de nuestras Fuerzas Militares.
Considerando los hechos, se debe recordar que se celebrará el aniversario de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC), y se realizará un almuerzo en la base de Palanquero, sede de la aviación de caza, donde posiblemente se hará el anuncio.
Las noticias internacionales sobre el Gripen han generado revuelo entre exmandos y algunos generales, muy interesados en que General Dynamics sea el ganador. Por lo tanto, vale la pena recordar otros contratos cuestionados, como la adquisición de los vehículos 8×8 LAV III, que fue denunciado en medios; la peculiar compra de fusiles con una longitud específica de 849 milímetros, que excluyó a la fábrica colombiana Indumil; y el contrato para lanzagranadas y ametralladoras para los M1117, donde solo hubo un proponente debido a requisitos que excluían a otros competidores, lo cual fue denunciado por empresas como Milkor y Fenix Air sin que se tomaran medidas al respecto.
Hoy he leído varios artículos de prensa criticando la posible elección del Saab, tal vez porque, al tratarse de un acuerdo gobierno a gobierno, se elimina la posibilidad de corrupción, más aún cuando el gobierno sueco siempre ha sido garante de la transparencia en sus negociaciones.
Ahora, si suponemos que el Gripen es el elegido, estamos hablando de la opción más económica, de más fácil mantenimiento y con capacidades para superar a todos los cazas de la región. Su costo es bajo tanto en valor de adquisición como en costo por hora de vuelo, que es casi la mitad del de sus competidores. Su mantenimiento es muy sencillo, pues fue diseñado con esta ventaja, lo que implica que no habrá los costosos contratos de mantenimiento a los que los generales están acostumbrados. Su calidad es indiscutible, ya que es de última generación, diseñado para enfrentarse a los mejores cazas rusos.
Respecto a las críticas, se ha mencionado la falta de experiencia en combate del Gripen, comparándolo con el F-16, que solo ha participado en conflictos con una superioridad aérea y tecnológica absoluta, sin enfrentar a enemigos en igualdad de condiciones. También se han cuestionado los plazos de entrega, lo cual es solo especulación, ya que no se conoce el contrato que se firmará. Además, el esquema de pago, que sería a largo plazo, también implica que los aviones se entregarán conforme se cumplan las obligaciones financieras.
Quizás lo más molesto para ciertos intereses sea que el presidente tome la decisión sin dejarse influir, permitiendo la libre competencia entre empresas distintas de las norteamericanas, las cuales tienen fuertes lazos con la oficialidad. ¿Adivinen quién ganó los “concursos” anteriores mencionados?
Esperaremos hasta el 8 de noviembre para ver si se anuncia la decisión presidencial, que debería poner fin a esta tormentosa novela.
*Fotografías de portada empleada a modo de ilustración.
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