La filosofía que ha orientado el diseño de las normas de defensa y seguridad, aún hoy vigentes en la República Argentina, tras el período de intervenciones y asonadas militares que caracterizaron el derrotero de la nación desde fines del siglo 19, carecen de vigencia por (desueto), inaplicables.
El mundo ha cambiado, los conflictos han cambiado. Imbuida la jerarquía legislativa (aunque la política en general también) en profundos prejuicios y prevenciones, la hechura de leyes fundamentales que hacen a la seguridad, el bienestar del país y la vida de sus habitantes se sustenta en paradigmas de conflictos superados, anteriores incluso al acontecimiento sufrido por occidente tras la caída del muro de Berlín en 1989.
Con este simbólico derrumbe del régimen totalitario moscovita y con ello, la desaparición por colapso o implosión de esa inestable y “caliente” bipolaridad (surgida tras la II Guerra Mundial) se daba, erróneamente, por superada la puja entre ambas cosmovisiones que, no solo contradicen a F. Fukuyama, (1992)[1] sino que su evolución cuantitativa y cualitativa superó toda prognosis, debilitando ostensiblemente en su disputa la prevalencia por un mejor progreso civilizatorio.
La inestabilidad de la democracia argentina puede encontrar sus primeras manifestaciones en la llamada “Revolución Del Parque” acaecida el 26 Jul 1890 por alegadas razones de crisis económica y corrupción y concretada por la Unión Cívica (de entonces, hoy partido centenario) contra el entonces presidente democrático M. Juárez Celman con un saldo en la que las autoridades constitucionales enfrentaron a los rebeldes… Otra asonada militar tuvo lugar el 4 de febrero de 1905 encabezada por el luego presidente H. Yrigoyen (anunciada un año antes) con el propósito de derrocar al presidente constitucional Manuel Quintana (Cundins, 2016, 143)[2]. Esta línea argumentativa pretende completar o contrastar sin ocultar los procesos de interrupciones institucionales que se dieron a lo largo del siglo XX y que, la más de las veces, ubican a José F. Uriburu el 6 de septiembre de 1930 como el primero más icónico golpe institucional al sistema democrático argentino. Una síntesis que ilustra los acaecimientos nacionales y sudamericanos puede verse en “Gobiernos de sesgo dictatorial militar en Sudamérica” (Cundins, 2024,108)[3]
LA AMENAZA
Merced a un enfoque multidimensional de aquellas circunstancias que alteren o perturben la gobernanza estatal, es menester considerar los intereses sustanciales (nacionales o políticos) que “merecen” ser reconocidos como bienes o valores a respetar, sustentar y preservar. La percepción de amenaza, vale decir, de interés disputado demanda una serie de consideraciones para, justamente, evitar su depredación, reducción o deterioro. Del espectro de las amenazas trasnacionales llevadas a cabo por redes globales surge que la principal la constituye el control territorial por el ejercicio de la violencia.
El abanico de las nuevas amenazas transnacionales ha seguido los cambios al que se vio sometida la humanidad toda en las últimas décadas. La cuarta revolución industrial, la inmediatez de las comunicaciones y las expresiones de violencia urbana han distorsionado los estereotipos de conflagraciones masivas en disputas pautadas y reguladas por convenciones; esta desregulación del “duelo clausewitziano” ha derivado en expresiones de disputas inéditas. El planeamiento estratégico que llevan a cabo los estados nacionales para su proyecto de gobierno ha encontrado en la metodología “por hipótesis de conflicto” un modo apto para acotar la incertidumbre.
La República Argentina, por el contrario, ha adoptado un sistema de planeamiento que abjura de las hipótesis de conflicto. Negadas éstas por razones más ideológicas que prácticas, se desprende de ello la irrelevancia de toda valoración por el patrimonio tangible o intangible, material o moral que identifique a una nación y que, consecuentemente, amerite ser protegido, preservado, defendido. Recurriendo a un arbitrio antropomórfico (pedagógico), quien nada valore de lo que posee nada teme de lo que se le pueda despojar. Un ciudadano que no valora sus bienes, su familia, su hogar (material y espiritual) pues nada temerá ni echará de menos en el caso que ello le fuera arrebatado. El perfil de un ciudadano de tal tipo es el que deja su casa sin cerraduras ni protección. Esta percepción analítica se verá a continuación.
DESCRIPCIÓN DE LAS ESTRATEGIAS Y POLÍTICAS ACTUALES ANTE LAS AMENAZAS EN EL PAÍS
Una percepción endogámica o entrópica ha llevado a la dirigencia estatal a percibir una disputa con la de la función defensa-en particular con el componente militar nacional- y, por tanto, todo un esfuerzo de “Control Político de los militares” se tradujo en un pretendido “Control Civil” no siempre concretado a través de cualidades de liderazgo, aunque sí, de maneras compulsivas o de menoscabo. De ello se desprende una extraña anomalía por la que una suerte de epifenómeno o de imaginario de la gobernabilidad nacional ha sido condescendiente con las expresiones más reaccionarias hallándose mayor afinidad del “lado de la romantización de la rebeldía” y la rebelión que del lado del orden, reducido éste a la noción de “Represión”. Surgiendo así una mayor disposición a expresiones de violencias o insurgencias que a las emanadas de la autoridad nacional.
Un episodio que por lo significativo ilustra la naturaleza de este mecanismo insurreccional fue el protagonizado por el candidato a senador por la Provincia de Santa Fe (provincia en la que se emplaza Rosario) Sebastián Romero (del partido MTR Cuba) que cobrara notoriedad por su frase “Los derechos no se logran pidiendo permiso” pero, por sobre todo por su actitud en los sucesos del 18 de diciembre de 2017[4] en su ataque a las Fuerzas Federales que protegían una sesión en el congreso legislativo de la Nación. Esta anomalía suficientemente estudiada por RIVERA VÉLEZ y SANSÓ-RUBERT PASCUAL (2021,115)[5] identifica este epifenómeno en los términos de personas que “Aspiran a convertirse en miembros de la «élite social y política» de las sociedades donde despliegan cuantiosos recursos, destinando parte de su poder económico a obtener legitimidad social y presencia con poder político… una asimilación social de los dirigentes, entremezclados con las esferas de poder…” (Sansó-Rubert, 2008).”
Una segunda matriz de asimilación es la ideologización que mueve a los aparatos de gobiernos populistas cuya esencia consiste en “identificarse” superlativamente con el ciudadano “salteando” la institucionalidad democrática y sometiéndolo a la condición de carenciado/proletario/ demandante y con ello omitiendo la etapa electiva en el que media el partido político y con ello fomentar el culto a la personalidad que constituye la condición sine qua non del populismo que, por tal, es contrainstitucional y sediciosa .
La propia Ley de Defensa Nacional argentina, que fuera sancionada antes del “9/11” (en elíptica referencia ya no al fatídico 11 de septiembre de 2001 sino al 9 de noviembre de 1989) en el que, con la caída del Muro de Berlín ya mencionada, la irrupción del multilateralismo y la prevalencia de occidente, se configuraba un orden mundial diferente, que no se compadece con “aquel” otro pasado.
Por entonces los condicionantes del entonces y aún hoy vigente texto, trasuntaba la épica de una epopeya democrática y “testimonio directo de uno de los Momentos fundacionales de la restauración democrática” según constancias de la Colección de Debates Parlamentarios de la Defensa Nacional” [6] (disponibles), el denominado “consenso democrático”. Contemporáneo al Juicio a las Juntas Militares y a la estrategia de los Derechos Humanos en sus considerandos y mandatos advertía “…evitar la confusión entre seguridad interior y defensa nacional.” Asimismo, argumentaba que “…realidades geopolíticas desactualizadas…hipótesis de conflicto superadas… percibía a toda la subregión… ante los ojos del mundo…ámbito de equilibrio y el diálogo político democrático aparecen para sus integrantes como una situación consolidada”. Tal era el inopinado y superado diagnóstico.
Sucesivas reglamentaciones de la mencionada ley, las que verdaderamente regulaban su ejercicio, la apartaron de su “espíritu y merced a los decretos reglamentarios 727/2006 “Reglamentación de la Ley de Defensa” y, entre otros, como el 1714/2009, directiva de Política de Defensa Nacional. establecían que “el control político democrático sobre los asuntos de la defensa y las cuestiones militares se revela decisivo (la) conjuración de situaciones de Agresión Externa perpetradas por fuerzas armadas de otro Estado, (AEME) en un todo de acuerdo con lo dispuesto por la Resol. 3314 (1974)[7] de la ONU” Cita parcial pues omite los Inc f) y g). del Art 3
Es así como la anacrónica inconsistencia de la línea argumentativa sostenida por los gobiernos nacionales se contrapusieron a un escenario global desregulado en materia de violencias armadas en las cuales los Conflictos Armados No Internacionales (CANI)-como lo clasifica el Comité Internacional de la Cruz Roja- han sido la expresión normal de la violencia en el orden global.
La carga ideológica, más aún, ha pugnado en forzar una institucionalidad interamericana que eludiendo deliberadamente a los miembros de la OEA provocaron mecanismos que, como el caso de la UNASUR (2008), al igual que la CELAC (2010) evitara la participación de Estados Unidos. Resulta al menos contradictorio que la región fuera, simultáneamente, declarada Zona de Paz (Cundins, 2024,18 y 19) siendo que, a su vez, el 84% de las ciudades sean las más violentas del mundo.[8] Distorsionando así su intencionalidad de origen, el instrumento militar argentino (así denominado) queda desplazado de su ámbito de desempeño, circunscripto a funciones ceremoniales y, fundamentalmente, devaluado, desfinanciado y despreciado en un todo acorde con la asignación presupuestaria dada por el tesoro nacional que lo sitúa en el orden mundial 136 en 162 ó 139 entre 165 según los datos del Banco Mundial/SIPRI (Cundins, 2024, 296 y 297)
Resulta imprescindible enfatizar en estas instancias la notable identificación ideológica que los últimos gobiernos argentinos de extracción kirchnerista han tenido con regímenes autoritarios de escuelas filo marxistas y la evidente afinidad con aquellos gobiernos de corte dictatorial que articularon una verdadera matriz de diplomacia presidencialista cuya extensión excedería el propósito de este ensayo. Las cercanías a la Federación de Rusia y China (Vacunas Sputnik, Base Terrestre CLTC-NEUQUEN, etc.), los alineamientos con Venezuela (financiación de campañas), Nicaragua (abstención en votaciones OEA), inclusive a la Bolivia de Evo Morales y al Ecuador de Correa así como a la Colombia de Petro (ex M19) o al Chile de Boric, resultan harto elocuentes.
Ampliando esta perspectiva se recurre a Rigoberto Cruz Johnson, cuando el autor chileno afirma: “quienes muestran la mayor vehemencia en objetar los gastos o la orgánica de la Defensa Nacional, son representantes de corrientes ideológicas que, revestidas de un ropaje de pacifismo, buscan establecer formas de convivencias contrarias a la estabilidad de las instituciones, a la jerarquía y a la autoridad. En otras palabras, no les convienen las Fuerzas Armadas tradicionales, profesionales y sólidas, diseñadas en torno a la defensa de los grandes intereses nacionales, sino en cambio buscan contar con cuerpos armados obedientes a sus designios o doctrinas, diseñados para mantener el orden interno y el poder de sus jerarcas… plantean Fuerzas Armadas democráticas, al servicio del pueblo y de bajo costo, falacias que sólo ocultan cuerpos armados al servicio del partido gobernante y capacidad represiva”(Varas A.& Fontana A.et al,1993,359) [9]
Cabe consignar que este “principio de demarcación” o “consensos básicos” estipula la diferenciación casi capciosa de las dimensiones “defensa y seguridad” . El propio artículo 4° de la Ley Defensa indica: “Para dilucidar las cuestiones atinentes a la defensa nacional, se deberá tener permanentemente en cuenta la diferencia fundamental que separa a la defensa nacional de la seguridad interior. La seguridad interior será regida por una ley especial.” Este desdoblamiento expreso, no ha hecho más que fragilizar el ya de por si débil sistema de seguridad multidimensional con el que debe ser dotado todo estado moderno. Queda así, “el músculo” del estado debilitado y comprometido a merced de las dinámicas innovadoras a las que apelen las nuevas insurgencias y agresiones que lo desafíen. El ejercicio del monopolio de la fuerza del estado (Max Weber) queda así cuestionado y disputado. En una reciente aparición pública, la nueva Ministro de Seguridad argentina expresó, para consternación de su entrevistador, que en la localidad de Rosario ya operan 59 bandas criminales[10] (Bullrich, 2024, 19:53). Abundó también en la minimización dada a su importancia definiendo como “romantización del delito” las expresiones de un senador que caracterizó al asesino a sangre fría de un empleado de gasolinera como “un chiquito que anda en pantuflas”[11] evidenciando una inmensa ignorancia sobre los alcances del Crimen Organizado Transnacional y el empleo táctico de los procedimientos terroristas. Focalizado en Rosario, ciudad ubicada en el litoral portuario argentino, es un corredor internacional en el que operan varias bandas de narcotráfico con diferentes niveles de capacidad. Ya sean “Los Monos” liderada por “Guille” Cantero, que ejerció el control desde las cárceles (provinciales y federales), ha acumulado más de 106 años de condena. Su expansión territorial se debió a las denominadas “franquicias narco”[12] y a una ramificación fractal (familiar) que involucró a conocidos “jefes” como el “Viejo Cantero” (sur de Rosario), “Lucho” Cantero (Hijo del “Pájaro” Cantero), Esteban Lindor Alvarado, ,Julio Rordríguez Granthon (“competencia”), “Los Picudos”, “Los Funes”, etc
RECOMENDACIONES Y ENFOQUES FUTUROS PARA COMBATIR LAS REDES ILÍCITAS
Las demandas que exige el superar y conjurar las amenazas en redes trasnacionales que desafían a la gobernabilidad democrática actual requieren presupuestos definitivamente innovadores.
La función defensa no podría, en consecuencia, desenvolverse en una dimensión autárquica y diferenciada de las llevadas a cabo por las hasta hoy funciones específicas policiales. La tolerancia evidenciada por las autoridades gubernamentales constituyó un estado de facto ineficiente.
Seguridad no es una función diferenciada y por tanto ajena a la militar; en sí es una resultante, antes bien es la integración de causas y efectos, la sustanciación de acciones y resultados interoperantes que arrojan consecuencias en el todo, holísticamente, debiendo considerar análisis de riesgos y costos de un modo original inesperado, señero y hasta insólito. De ello deberá desprenderse una nueva actitud innovadora, con apego al uso de neologismos (que intenten describir situaciones inéditas) y prácticas señeras para recorrer senderos inexplorados en la pesquisa de nuevas, más novedosas e inusitadas maneras desafiantes en el arte de la ilicitud. Toda interpretación centrípeta en la solución de la complejidad que se enfrenta, la cerrazón a nuevos desafíos que no permitan salir de “cuencas arreicas” que no tributen a otras disciplinas serán propias de una entropía que no conducirá a resultado alguno.
Esta actitud indagatoria, prudente pero firme deberá basarse fundamentalmente en VALORES, tales como el respeto a la persona humana que constituye el alfa y el omega de toda labor que pretenda conjurar los agravios perpetrados a los seres humanos por los delitos en redes.
El ANÁLISIS ESTRATÉGICO en el que se basará deberá considerar, en primer término, aquel trastorno a la seguridad del estado que obstaculiza el logro de un objetivo, en este caso se trata del CONTROL TERRITORIAL POR EL EJERCICIO DE LA VIOLENCIA (la disputa del territorio).
Los ACTORES PERTURBADORES lo constituirán las BANDAS DE NARCOTRAFICANTES TOLERADOS POR las REDES DE LA AUTORIDAD CIVIL
El ORIGEN O CAUSA será el DETERIORO DEL TEJIDO SOCIAL, la POLITIZACIÓN Y AUSENCIA DE “VALORES”.
El OBJETIVO NACIONAL AFECTADO: “ASEGURAR LA CAPACIDAD DE AUTODETERMINACIÓN; PROTEGER LA VIDA Y LA LIBERTAD DE SUS HABITANTES.”
Consecuentemente las FORTALEZAS detectadas por parte de los agresores transnacionales serán: Su flexibilidad adaptativa y capacidad afiliativa, su estructuración celular, ajuridicidad, la tolerancia gubernamental, clandestinidad-Sorpresa-Invisibilidad y ramificación transnacional.
En contraposición, la fortalezas percibidas del Estado Nación serán el Monopolio legítimo de la “contraviolencia”(Max Weber) y el respaldo de la sociedad civil (reciente elección). En el rubro OPORTUNIDADES el agresor transnacional aprovechará la urbanización territorial caótica, el hacinamiento o estrés socioeconómico, la pauperización ocasional y búsqueda compulsiva de recursos vitales y la degradación cultural (valores). Por su parte el andamiaje estatal recurrirá a la resignificación y reasignación de perfiles de las funciones securitistas, la apertura a gobiernos extranjeros, el “Apoyo logístico integral” a las fuerzas federales de seguridad e intermedias y la “Propaganda” oficial.
Este desglose estratégico continúa identificando las DEBILIDADES adjudicables a las agresiones transnacionales identificando la (ya superada) etapa de instalación (formación) larval y una opinión pública desfavorable así como un desarrollo focalizado incipiente. (Localidad de Rosario y AMBA). Las debilidades del aparato estatal se adscriben a sus estructuras orgánicas anacrónicas (desactualizadas), limitaciones e impedimentos legales, la vigencia de prevenciones superadas como el “Principio de demarcación” y consensos, un “Mindset” estereotipado (perimido), “litúrgico” de prejuicios insustentables y la denominada “Desco-ordinación” interagencial (aun en ciernes)
Finalmente, este análisis SWOT se completa en la descripción de las AMENAZAS a las que se verían expuestas las acciones celulares internacionales como ser la articulación y «“Red”ificación» (reconstrucción de redes preventivas y operativas de seguridad doméstica) con el ejercicio de acciones de anticipación estratégica, Inteligencia y “entes” directores y ejecutivos.
Las amenazas que apremian al estado serían la proclividad a coacciones y exacciones así como la cooptación de funcionarios, la percepción social de fracaso (mediática), desánimo generalizado por el fracaso de las medidas, la derrota en la “Guerra” cultural, la derrota estratégica (aletargamiento e insolubilidad del conflicto) y la fractura final del fragilizado “músculo” estatal.
CONCLUSIONES
1. Resulta imprescindible un consenso nacional que se materialice en un plexo o corpus normativo con fuerza de ley nacional que reconsidere el nuevo escenario de Agresiones Transnacionales.
2. La matriz de “negocio superavitario” continuará desafiando toda previsión “tradicional” de lucha contra ilícitos reconfigurando expresiones inesperadas ligadas a valores de violencia letal.
3. La misma dialéctica hegeliana que informó al marxismo leninista o maoísta basado en la “lucha de clases” acude hoy a todo tipo de confrontación dicotómica: género (feminismo), colectivos (lgtb), heteronormatividad, religión (antisemistismo), etc 4. Finalmente. Se trata de cosmovisiones irreductibles con expresiones multiformes que explotan inclinaciones o debilidades ocasionales (religiosas, avidez económica, odios ancestrales o simple resentimiento-Hilda Molina- ) que intentan prevalecer a costa de la sobrevida de su antagonista.
[1] Fukuyama, F. (1992). The end of history and the last man. New York: Free Pr.
[2] Cundins, Eduardo Horacio (2016) La participación militar en operaciones de mantenimiento de paz de Naciones Unidas y su relación con la política exterior y de defensa: Caso Argentina en Haití período 2004-2014. Tesis de Doctorado, Universidad del Salvador. Pag 143 Disponible: https://racimo.usal.edu.ar/id/eprint/5272
[3] Cundins, Eduardo (2024) “La posibilidad de la Paz” Editorial 1884. Buenos Aires. ISBN 9789874112384 Pág 108.
[4] TN “A 5 años de las 14 toneladas de piedras en el Congreso: qué es de la vida del Gordo Mortero”
[5] FREDY RIVERA VÉLEZ DANIEL SANSÓ-RUBERT PASCUAL (2021) Crimen Organizado y seguridad multidimensional tirant lo blanch Valencia, 2021
[6] Ministerio de Defensa. (2010) Colección de Debates Parlamentarios de la Defensa Nacional https://www.academia.edu/1521701/Debates_Parlamentarios_de_la_Defensa_Nacional_1987_1988
[7] Resolución 3314 ONU (1974) https://www.acnur.org/fileadmin/Documentos/BDL/2007/5517.pdf
[8] Redacción BBC. (2018) Por qué 42 de las 50 ciudades más violentas del mundo están en América Latina https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-43369412 Redacción BBC Mundo 12 marzo 2018
[9] Varas Augusto & Fontana Andrés, et al (1993). Defensa Nacional y Políticas de Defensa en América Latina. FLACSO © CEEA Inscripción NQ 85.935 ISBN 956-205-060-2 (1993) Santiago. https://biblio.flacsoandes.edu.ec/libros/digital/43514.pdf
[10] Bullrich P. (2024) “Enviamos un refuerzo de fuerzas federales a Rosario”. Entrevista exclusiva de Antonio Laje 20 de marzo 2024. La Nación + 33´52” (Minuto 19:53)https://www.youtube.com/watch?v=zM5s8EwJF9Q&t=673s&ab_channel=LANACION
[11] Los Andes. Polémica: un senador peronista dijo que el asesino del playero en Rosario es “un chiquito que andaba en pantuflas” (2024) 14 de marzo. https://www.losandes.com.ar/politica/polemica-un-senador-peronista-dijo-que-el-asesino-del-playero-en-rosario-es-un-chiquito-que-andaba-en-pantuflas/
[12] Aguilera EDGARDO (2024), 19 de marzo de 2024 · 17:01 hs “La titular del Comando Sur de Estados Unidos llega al país con una preocupación en la mira. La producción, el tráfico y la venta ilegal de todas las drogas ilícitas… fuente de financiación para las organizaciones criminales transnacionales cuyas actividades violentas, letales e ilegales desestabilizan la región”, sostiene en su doctrina estratégica. https://www.mdzol.com/politica/2024/3/19/la-titular-del-comando-sur-de-estados-unidos-llega-al-pais-con-una-preocupacion-en-la-mira-414015.html
Te puede interesar: El Ministerio de Defensa desmiente que Argentina despliegue medios y personal en el conflicto entre Israel y el Líbano