En el curso del pasado fin de semana, los cazas furtivos F-35C del Cuerpo de Marines (USMC) han sido desplegados desde el portaaviones USS Abraham Lincoln (CVN 72) para llevar a cabo ataques contra los rebeldes hutíes en Yemen, configurándose como la primera misión de combate en la que son utilizados. Según se reporta, se trató de un bombardeo contra objetivos establecidos como almacenes de armamento avanzado, buscando con ello mermar las capacidades de la facción a fines de reducir el número de ataques dirigidos contra el tráfico naval en el Golfo de Adén y en el Mar Rojo.
Así fue confirmado por el mayor general de la Fuerza Aérea Patrick Ryder, quién se desempeña como portavoz del Pentágono, durante una conferencia de prensa: “Las fuerzas del Comando Central de Estados Unidos ejecutaron una serie de ataques aéreos precisos el 9 y 10 de noviembre contra múltiples instalaciones de almacenamiento de armas de los hutíes situadas dentro de los territorios controlados por los hutíes en Yemen (…) Estas instalaciones albergaban una variedad de armas convencionales avanzadas utilizadas por los hutíes respaldados por Irán para atacar a buques militares y civiles estadounidenses e internacionales que navegaban en aguas internacionales en el Mar Rojo y el Golfo de Adén (…) La operación involucró activos de la Fuerza Aérea y la Marina de Estados Unidos, incluidos aviones de combate F-35C.“
Cabe aclarar, que esta última afirmación por parte del portavoz Ryder estaría equivocada, en tanto no fueron aeronaves de la Armada estadounidense sino del Cuerpo de Marines los que participaron del despliegue. Esto puede apreciarse en las imagenes publicadas en las redes sociales del CENTCOM, en las que se revela que se trata de ejemplares del Escuadrón de Ataque de Cazas de Marines (VMFA) 314, también conocidos como los “Caballeros Negros“; el único escuadron de cazas F-35C embarcado en el USS Abraham Lincoln.
Resulta útil rescatar, que el VMFA 314 es también a su vez el primer escuadron del Cuerpo de Marines que inició el reemplazo de sus antiguos F/A-18 Legacy Hornet para equipar el F-35, ocurriendo esto en 2019. A fechas actuales, el USMC cuenta con un total de catorce escuadrones que disponen de la moderna aeronave, sólo dos de los cuáles hacen uso de la variante C (siendo el VMFA 311 el restante). Mirando hacia el futuro, se prevé que los escuadrones 251 y 115 sean los próximos en incorporarlas, estipulado ello para 2025 y 2027 respectivamente.
Por lo pronto, se desconoce cuantas aeronaves estuvieron involucradas en el despliegue (el video publicado por CENTCOM muestra únicamente a un F-35C, junto a un EA-18G y un F/A-18F), como así también qué tipo de armamento portaban estas. Puede inferirse, en vistas de que en el caso del caza furtivo las armas se dispusieron en sus compartimentos internos, que podríamos estar hablando de: bombas guiadas Joint Direct Attack Munition (JDAM) de 1.000 y 2.000 libras, bombas de precisión Paveway de 500 libras o de bombas planeadoras Joint Stand-Off Weapon (JSOW) AGM-154, como las principales alternativas para llevar a cabo ataques a objetivos en tierra.
Finalmente, con su reciente bautismo de fuego, los F-35C se únen por fin al resto de variantes del caza que ya han sido utilizadas en años previos. En el caso de la versión F-35A, su primer despliegue de combate ocurrió el día 30 de abril del año 2019, ocasión en la que dos ejemplares despegaron desde la base Al Dhafra (en Emiratos Árabes Unidos) para participar de ataques contra una red de túneles del Daesh en el área de Wadi Ashai, Irak. Por su parte, la variante B fue utilizada por las fuerzas estadounidenses en septiembre del 2018 para efectuar bombardeos contra objetivos insurgentes en Afganistán, siendo lanzados desde un buque de la clase Wasp (el USS Essex) apostado en la zona.
*Imagenes empleadas a modo ilustrativo
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