A lo largo de las últimas décadas, el declive de la Real Armada Británica, así como de su brazo de apoyo, la Real Flota Auxiliar, parece no detenerse. A pesar de los grandes programas en curso, como los portaaviones clase Queen Elizabeth, las fragatas Tipo 26 y Tipo 31, y los nuevos submarinos de propulsión nuclear, la fuerza atraviesa mínimos históricos en cuanto a personal, recursos y disponibilidad de unidades para responder a un escenario internacional plagado de incertidumbre.
Uno de los más recientes golpes a la flota de superficie se produjo hoy en el Parlamento Británico, cuando el nuevo Secretario de Defensa del Reino Unido, John Healey, confirmó que se avanzará en la baja del servicio de diversas plataformas, entre ellas buques de asalto anfibio del Tipo LPD, una fragata Tipo 23 y dos petroleros de flota de la Real Flota Auxiliar (RFA).
Entre los argumentos esgrimidos por el titular de la cartera de defensa frente al Parlamento destaca la necesidad de realizar cambios en el enfoque actual del Reino Unido en materia de defensa. En primer lugar, Healey abogó nuevamente por aumentar el presupuesto de defensa del país hasta alcanzar el 2,5 % del PBI, aunque sin especificar una fecha y reconociendo que se enfrentan a “una difícil situación financiera”.
“Nos enfrentamos a amenazas globales cada vez mayores”, expresó Healey. Añadió: “La guerra en Europa, la creciente agresión rusa, el conflicto en Oriente Medio y la tecnología que está cambiando la naturaleza de la guerra. Como resultado, la defensa necesita una mayor resiliencia y preparación para el futuro“.
Más allá de los planes en curso para alcanzar la meta de inversión del 2,5 % del PBI, otros esfuerzos también deben ser encarados por el Ministerio de Defensa Británico, a fin de enfocar y encauzar recursos que permitan aumentar la disponibilidad operativa de la flota de la Real Armada. Por ello, se ha decidido avanzar con la baja de varios buques que presentan nula disponibilidad o que se encuentran al final de su vida útil. A esto se suman los conocidos problemas de personal que afectan a la fuerza, especialmente en el ámbito del reclutamiento, impactando en la conformación de tripulaciones necesarias para operar los buques.
En cuanto a las unidades que serán retiradas, destacan los buques de asalto anfibio Tipo LPD HMS Albion y HMS Bulwark, que serán dados de baja a finales de este año. La decisión del nuevo gobierno laborista contradice la postura adoptada por los conservadores a principios de año, cuando se había anunciado que ambos buques no serían retirados. La realidad muestra que ambos buques llevaban meses, e incluso años, sin navegar. En detalle, el HMS Albion se encuentra fuera de servicio desde finales del año pasado, tras completar un despliegue mayor. Por su parte, el HMS Bulwark tiene una disponibilidad reducida desde 2017.
Además, la fragata Tipo 23 HMS Northumberland será retirada en marzo de 2025, al estar ya al final de su vida útil. Sin embargo, la situación es similar para las otras ocho fragatas Tipo 23 aún en servicio, mientras que sus reemplazos, las fragatas Tipo 26 y Tipo 31, todavía no han entrado en operaciones.
Por otro lado, dos petroleros de la Real Flota Auxiliar, el RFA Wave Knight y el RFA Wave Ruler, también serán dados de baja. Si bien se ha anunciado un plan para construir una nueva clase de buques de apoyo logístico para la RFA, el programa apenas ha superado la fase de revisión de diseño preliminar.
Además de los buques de la Real Armada Británica, el titular de defensa también confirmó el retiro de los helicópteros Puma, así como de parte de las flotas de Chinook y drones Watchkeeper.
Finalmente, desde el Ministerio de Defensa se informó que estos recortes permitirán ahorrar hasta 500 millones de libras durante los próximos cinco años, destinando los recursos a mejorar la disponibilidad de otras plataformas y a la incorporación de nuevas unidades.
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