A tan solo unos días de haber realizado el primer ataque con misiles balísticos ATACMS contra territorio ruso, las Fuerzas Armadas de Ucrania volvieron a emplear este tipo de armamento provisto por Estados Unidos contra instalaciones militares de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia ubicadas en el óblast de Kursk. El ataque, registrado ayer, 25 de noviembre, tuvo como blanco el aeródromo de Khalino, empleado como uno de los principales puntos de apoyo para la aviación de ataque de la VKS desplegada en operaciones de combate en la región. Esto ocurrió a pesar de las advertencias realizadas por el Kremlin días atrás, tras el lanzamiento de un nuevo misil balístico experimental.
La luz verde dada a Ucrania por Estados Unidos, a la que posteriormente se sumaron el Reino Unido y Francia, para el empleo de armamento de largo alcance, como misiles de crucero Storm Shadow/SCALP y balísticos de corto alcance, está provocando una nueva escalada en el conflicto armado. La semana pasada, tras confirmarse el primer ataque con misiles ATACMS contra territorio ruso, Rusia respondió con un ataque perpetrado con el nuevo misil balístico experimental Oreshnik contra la ciudad de Dnipro.
En cuanto al más reciente ataque con misiles ATACMS, este tuvo como objetivo el aeródromo de Khalino. Ubicado dentro de territorio ruso, a 70 millas de la frontera entre Ucrania y Rusia, es una de las instalaciones avanzadas de las Fuerzas Aeroespaciales Rusas dedicadas al apoyo de las operaciones militares en el óblast, una región que está siendo testigo de intensos combates, donde las tropas rusas buscan recuperar territorio en control de las fuerzas ucranianas.
Según lo informado por diversos canales rusos, el ataque habría sido realizado con un total de siete misiles balísticos ATACMS, complementados por el despliegue de doce vehículos aéreos no tripulados. Si bien los detalles pueden variar, las defensas aéreas desplegadas en el aeródromo habrían interceptado hasta seis misiles, mientras que el restante impactó con submuniciones de diverso tipo, sin que se hayan precisado aún los daños ocasionados.
Otras fuentes indican que la actividad de la unidad basada en Khalino, que se enfocaba en misiones de ataque y apoyo aéreo cercano con aviones Su-25 y drones, se ha visto limitada en las últimas 24 horas. Asimismo, varias fuentes señalan que aeronaves han sido relocalizadas a otras bases aéreas para salir del rango de los misiles ATACMS.
Este es el tercer ataque registrado con armamento occidental de largo alcance por parte de las Fuerzas Armadas Ucranianas contra objetivos militares dentro de territorio ruso. El ataque puede entenderse en el contexto actual del óblast de Kursk, donde, en las últimas semanas, las Fuerzas Terrestres Rusas han recuperado territorio que hasta hace pocos días estaba en posesión de las fuerzas ucranianas. El uso de misiles balísticos y de crucero, dirigidos a objetivos como depósitos de munición en la región de Bryansk y, ahora, el aeródromo de Khalino, buscaría ralentizar el avance ruso mediante la limitación de su logística y apoyo aéreo.
Por último, con la confirmación de este nuevo ataque con misiles balísticos de corto alcance, es de esperarse una respuesta por parte del Kremlin. Tras el primer ataque contra Bryansk, la represalia fue el lanzamiento de un nuevo misil balístico contra la ciudad ucraniana de Dnipro. No puede descartarse que una acción similar esté siendo evaluada por las Fuerzas Armadas Rusas para ejecutarse próximamente contra objetivos en Ucrania.
*Fotografía de portada empleada a modo de ilustración.
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