De la mano con la reciente decisión de no avanzar con la compra de kits de modernización para sus F-16, Turquía anunció que la larga novela para volver a sumarse al Programa de cazas furtivos F-35 de los EE.UU. podría estar un paso más cerca de destrabarse, indicando que Washington estaría ahora más receptivo a las ofertas de Ankara en vistas del progreso del proyecto local KAAN. La novedad de este acercamiento de posturas, en línea con lo que reportabamos durante el mes de octubre, fue dada a conocer por el Ministro de Defensa Yaşar Güler en el marco de su discurso en el Comité de Planificación y Presupuesto de la Gran Asamblea Nacional de Turquía.
Recogiendo algunas de las declaraciones del propio Güler: “Ya tenemos seis F-35 allí (…) Ahora que han visto nuestro progreso con KAAN, su postura parece estar cambiando. Están indicando que podrían estar dispuestos a entregarlos. Hemos vuelto a presentar oficialmente nuestra oferta para comprar el F-35.” Cabe aclarar que en su discurso, el ministro se refirió a la media docena de aeronaves F-35 que su país efectivamente llegó a comprar, pero que finalmente nunca recibió a causa de la suspensión que le fue impuesta tras adquirir sistemas de defensa aérea S-400 de origen ruso.
Resulta de utilidad recordar en este punto, que Ankara preveía la adquisición de un centenar de aeronaves F-35, específicamente en su variante A de despegue y aterrizaje convencional; la misma que fuere adquirida por la Fuerza Aérea estadounidense. Para mayo de 2018, el primer caza furtivo de esta serie realizaba su primer vuelo sobre los cielos del estado de Texas, partiendo desde las instalaciones que allí mantiene el fabricante Lockheed Martin siendo pilotado por un piloto de la Armada de EE.UU. Para ese entonces, todo parecía indicar que que la inversión de más de mil millones de dólares realizada por Turquía, junto a la participación de 10 empresas locales en el programa, estaban por dar sus frutos.
Fue recién en 2019, durante la administración del actual presidente electo Donald Trump, que los EE.UU. dieron un giro importante al suspender a Turquía del programa tras conocerse la mencionada compra de lanzadores S-400 rusos, arguyendo que Moscú podría obtener información detallada respecto de cómo sus sistemas habrían de responder contra el más moderno de los cazas estadounidenses. La cuestión no fue menor en absoluto, considerando que la cartera de defensa turca tuvo que contentarse con la adquisición de nuevos cazas F-16 Block 70 y con una tortuosa pero finalmente aprobada intención de adquirir cazas Eurofighter.
En el curso de este año, marcado sin dudas por las tensionadas negociaciones dentro de la OTAN para que Turquía apruebe la entrada de Suecia y Finlandia a la Alianza, Ankara jugó su ficha y buscó presionar a los EE.UU. para recibir de vuelta los fondos invertidos o que en su defecto se la reincorporara al programa F-35. Desde la Casa Blanca la receptividad fue ciertamente mayor a la de años previos, comenzando en esa línea a trabajar en propuestas que permitan a su aliado euro-asiático hacerse con el avión de quinta generación, incluyendo las recientes discusiones respecto de ceder el control de sus S-400 a efectivos norteamericanos.
Esta renovada voluntad de negociar se veía reflejada en las siguientes palabras de la vicesecretaria de Estado estadounidense, Victoria Nuland, durante una visita al país llevada a cabo a inicios del 2024: “Si se resuelve el problema del S-400, se levantarán las sanciones de la CAATSA y hablaremos sobre el regreso de Turquía al programa F-35 (…) Francamente, si podemos resolver este problema del S-400, que es lo que queremos hacer, Estados Unidos estará encantado de aceptar a Turquía de nuevo en la familia F-35. Si podemos superar este problema, se eliminará el problema de la CAATSA y podremos volver a las conversaciones sobre el F-35.“
Por lo pronto, desde Turquía se continúa afirmando que independientemente del resultado de estas negociaciones el país seguirá desarrollando su programa KAAN, mismo que pretende brindar a la Fuerza Aérea del país un caza de quinta generación fabricado de forma local; presentando en el mismo 2019 el diseño inicial. Si bien no son conocidos muchos detalles de la aeronave, medios especializados recogen que podría tratarse de un avión capaz de alcanzar velocidades máximas de Mach 1.8 gracias a sus dos motores F110-GE129, a la vez que podría lograr alturas tope de 55.000 pies.
Finalmente, ha de sumarse también la importante tracción que el gobierno turco ha dado a la industria local en cuánto a la fabricación de drones, principalmente a través de Baykar. Entre sus hitos más cercanos en el tiempo, la compañía anunció haber logrado que uno de sus sistemas Bayraktar TB3 logre efectuar despegues y aterrizajes desde el nuevo buque de asalto anfibio TCG Anadolu de la Armada de Turquía por primera vez, dándo cuenta de un enfoque bastante ambicioso por parte de Ankara y que le permite diversificar el origen de su material militar; logrando con ello un mayor poder de presión.
*Imagenes empleadas a modo ilustrativo
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