A finales del mes pasado, Japón ha presentado de forma oficial su propuesta para competir en el proceso de selección para las nuevas fragatas multipropósito destinadas a equipar a la Armada Australiana, programa que prevé la incorporación de hasta 11 ejemplares que reemplacen a la antigua clase ANZAC. El potencial contrato requeriría una inversión cercana a los 11.000 millones de dólares por parte de Canberra, teniendo ya a sus competidores finales preseleccionados, a saber: la propuesta alemana basada en buques MEKO A-200 y la japonesa basada en sus fragatas furtivas clase Mogami.
Ahondando en detalles de la oferta de Tokio, medios locales han recogido que ha sido propuesta la fabricación de los primeros tres barcos en territorio japonés, mientras que los ocho restantes serían desarrollados por astilleros australianos; específicamente por las instalaciones de Henderson. Esto, acorde a los representantes japoneses, permitiría aumentar el grado de cooperación industrial entre ambos países a la vez que mejoraría la interoperabilidad entre la Armada Australiana y la Fuerza Marítima de Autodefensa.
Por lo pronto, se espera que Australia proceda a seleccionar uno de los diseños presentados durante la segunda mitad del próximo año, dejando a ambos competidores tiempo suficiente para traccionar sus propuestas y realizar las evaluaciones necesarias. En ese sentido, desde Japón se presenta a las Mogami como una alternativa que requerirá una menor cantidad de marinos para tripularla en comparación a su contraparte alemana, mientras que se destaca que fue diseñada específicamente para contrarrestar una potencial amenaza de la Armada de China; ampliando para ello sus capacidades antiaéreas y de almacenamiento de municiones.
Sin embargo, desde el lado alemán se defiende la adquisición de sus modelos MEKO A-200 en tanto representarían una inversión menor para Canberra, sin que ello represente una merma en la cantidad de buques o capacidades ofrecidas. Además, se destaca que los efectivos de la Royal Australian Navy contarían con un mayor grado de familiaridad con barcos de este origen, considerando que tendrían aspectos en común con las mencionadas fragatas ANZAC, cuyo diseño se basó en la clase MEKO 200 del entonces astillero Blohm + Voss (hoy parte e TKMS).
*Imagenes empleadas a modo ilustrativo
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