Integrada al Mando Operativo Marítimo (MOM), la fragata Navarra de la Armada Española ha llevado a cabo tareas de vigilancia sobre la navegación de la fragata rusa Almirante Gorshkov, junto con el buque de reabastecimiento Yelnya, durante su tránsito al Mar Mediterráneo oriental.

Desde julio del presente año, la fragata Almirante Gorshkov, perteneciente a la Flota del Mar del Norte de la Armada Rusa, ha operado en estas aguas, cumpliendo su tripulación con las misiones asignadas como “parte de la fuerza operativa permanente de la Armada rusa en el Mediterráneo”, según informó el medio TASS el día de ayer.

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Este despliegue se produce en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas y rivalidades internacionales, donde el Mediterráneo oriental se consolida como una zona estratégica de proyección de capacidades navales tanto de Rusia como de la OTAN. La región, además de su proximidad a Siria, se caracteriza por los constantes ejercicios y patrullajes llevados a cabo por la Alianza Atlántica como parte de su proyección disuasiva en la guerra de Ucrania.

En este sentido, el Mediterráneo oriental, al conectarse con el mar Rojo a través del canal de Suez, se convierte en un espacio clave para el despliegue de fuerzas navales en diversas oportunidades. En lo que respecta a la fragata rusa Almirante Gorshkov, la unidad ha participado en ejercicios conjuntos entre la Armada Rusa y las Fuerzas Aeroespaciales, bajo la dirección del Comandante en Jefe de la Armada, el almirante Aleksandr Moiseyev. Durante dichos ejercicios, la tripulación de la fragata efectuó el lanzamiento de un misil hipersónico Tsirkon, de largo alcance y alta precisión, contra un objetivo naval enemigo simulado en el Mediterráneo oriental.

Por otra parte, a sus actividades militares se suman misiones diplomáticas-militares, destacándose la escala de la fragata en el puerto de Orán, en la República Argelina Democrática y Popular, donde participó en actos conmemorativos y ceremoniales dedicados al centenario de la estancia de la escuadra rusa en el puerto de Bizerta, en Túnez. Cabe destacar, que a ello se suma su arribo en julio pasados a puertos en Cuba y Venezuela.

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Asimismo, no es la primera ocasión en la que la Almirante Gorshkov ha sido objeto de vigilancia, patrullaje e incluso intercepción. Por ejemplo, en octubre de este año, la fragata española Cristóbal Colón (F-105), integrada en la Agrupación Naval Permanente de la OTAN número 2 (SNMG-2), y la fragata Navarra realizaron un seguimiento detallado de ambas unidades rusas durante su paso por aguas de soberanía nacional. Esta ultima, ha incluido la localización de los buques al sur de las Islas Baleares, así como su monitoreo constante hasta alcanzar la Zona Económica Exclusiva española, en la frontera con Portugal, a quien ha transferido la responsabilidad del seguimiento.

En esta línea, se prevé que la fragata rusa Almirante Gorshkov continúe su tránsito hacia el océano Atlántico a través del estrecho de Gibraltar. Allí, se anticipa que la tripulación continúe realizando ejercicios de adiestramiento e internamiento, con el objetivo de perfeccionar sus habilidades a bordo.

Finalmente, es importante destacar que ambas unidades buscan fortalecer su presencia naval en estas aguas. Por el lado ruso, el objetivo principal es “mostrar la bandera rusa y garantizar su presencia”, mientras que, por el lado español, las tareas se enmarcan en las Operaciones de Presencia, Vigilancia y Disuasión. Estas operaciones permiten mantener la vigilancia en los espacios de soberanía nacional, detectar anticipadamente amenazas y facilitar una respuesta inmediata y efectiva ante una potencial crisis.

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