A lo largo del conflicto ruso-ucraniano, ambos contendientes han debido hacer uso de todo su ingenio para adoptar soluciones heterodoxas en el empleo de sus diversos sistemas. En el caso de las Fuerzas Armadas de Ucrania, se ha observado cómo plataformas de origen soviético/ruso en sus inventarios han sido integradas con armamento de origen occidental. El caso más destacado es el denominado “FrankenSAM”, que emplea los misiles RIM-7 Sea Sparrow provistos por EE.UU., lanzados desde un sistema de defensa aérea Buk-M1 9A310M. Otros ejemplos importantes son el uso de misiles antirradiación por cazas MiG-29 o los misiles de crucero SCALP/Storm Shadow desplegados por aviones de ataque Sukhoi Su-24 Fencer.

Sin embargo, existen otros casos donde los sistemas de origen oriental son empleados para desplegar armamento del mismo origen, aunque no estaban diseñados originalmente para ello. Este último caso corresponde a la aparición de un sistema de defensa aérea 9K33 Osa (código OTAN: SA-8 Gecko) que ha sido adaptado para disparar los misiles aire-aire R-73 (AA-11 Archer), uno de los armamentos estándar de los cazas soviéticos y que aún cuenta con amplias existencias en el arsenal ucraniano.

Días atrás, uno de los diversos grupos de apoyo a las Fuerzas Armadas de Ucrania en el conflicto, denominado “Fondo de Ayuda Competente al Ejército” (Povernys Zhivym), dio a conocer los resultados del proyecto denominado “Hornet”. A través de este, se busca dotar al sistema de defensa aérea de corto alcance (SHORAD) 9K33 Osa aún en servicio con las fuerzas militares de Ucrania de la capacidad de lanzamiento de los misiles R-73.

Con una inversión surgida de donaciones recabadas por la fundación “Come Back Alive”, las cuales superaron los 14 millones de grivnas, se puso en marcha el Proyecto Hornet. Según indicaron, este se diferencia de proyectos como “FrankenSAM”, ya que estos últimos emplean armamento occidental, mientras que el primero se sirve de armamento de origen soviético aún disponible, como es el caso de los misiles aire-aire de guía infrarroja R-73.

Esta modernización responde también, presumiblemente, a las bajas existencias del misil original empleado por el Osa, específicamente el misil de corto alcance 9M33M3 del tipo superficie-aire. En su configuración original, el Osa tenía capacidad de lanzamiento de seis misiles a través de dos contenedores con tres celdas cada uno.

Las imágenes divulgadas por la fundación permiten apreciar varios de los cambios aplicados al sistema tipo SHORAD. El más destacable es el reemplazo de los contenedores originales por rieles APU-73 modificados. Este tipo de riel es la interfaz estándar cuando el misil R-73 es equipado en un avión de combate, lo que hace suponer que otros equipos también han sido integrados, aunque no se han dado a conocer mayores detalles.

El resultado, en términos de capacidades, es considerable si se comparan los parámetros entre los misiles 9M33M3 originales y los R-73. El primero cuenta con un alcance de 9,3 millas, mientras que el segundo, en su configuración original aire-aire, posee un alcance máximo de 18,6 millas. No obstante, diversos especialistas han indicado que, a pesar de lo anunciado oficialmente, el cambio de plataforma y las condiciones de lanzamiento probablemente reduzcan el alcance efectivo del misil.

Más allá de esta observación, los involucrados en el Proyecto Hornet destacaron que: “El misil de aviación tiene cierta ventaja, ya que funciona según el principio «dispara y olvida». No necesita ser guiado como el misil estándar del sistema Osa. Inmediatamente después del lanzamiento de un R-73, es posible desplazarse de la posición para evitar un ataque de represalia”, explicó el consultor de Povernys Zhivym, el militar Oleksii Dubynka.

Por último, se han generado dudas sobre cuántos sistemas de defensa aérea Osa han sido equipados con los misiles R-73, los cuales están disponibles en mayores cantidades que los 9M33M3. Esto se debe, en parte, a que gran parte de los componentes de los misiles, como su buscador infrarrojo, fueron fabricados en Ucrania durante los tiempos de la Unión Soviética.

*Créditos de fotografías: “Come Back Alive“.

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