El 26 de diciembre fue un día que marcó un hito para la industria aeroespacial de la República Popular China. Mientras se viralizaban imágenes y videos del que sería el primer avión de combate de sexta generación de la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación (PLAAF), ese mismo día comenzaron a circular diverso material que daba cuenta del vuelo de otra aeronave, también considerada como de nueva generación en desarrollo. Al igual que con la primera, la presencia de esta segunda aeronave ha generado diversas hipótesis mientras se busca desentrañar más detalles.
Lo primero que ha sido confirmado por medio de Fuentes Abiertas de Información (OSINT) es que, a diferencia del primero (denominado de forma no oficial como “J-36”), que voló desde las instalaciones de la empresa Chengdu, este realizó pruebas similares partiendo desde las instalaciones de la firma Shenyang. Además, no fue escoltado por un caza de quinta generación, sino por uno de los aviones de combate surgidos de la familia Flanker, fabricada por la compañía china.
Entre las similitudes de ambas aeronaves se destaca el diseño de ala volante sin estabilizador vertical compartido, aunque se observa una característica forma de ala en flecha. No obstante, en la aeronave que pertenecería a Shenyang, esta presenta un menor tamaño en comparación, confirmándose, en base a las imágenes, que podría estar impulsada por dos motores en lugar de tres. Esta presunción se deriva de lo que parecen ser dos tomas de aire situadas debajo de la raíz del ala.
Otra de las dudas que han surgido, debido al ángulo en que se tomaron las imágenes y videos, es la presencia de una cabina de pilotaje, lo que genera la especulación de que podríamos estar ante una nueva aeronave no tripulada de diseño furtivo.
Al día de hoy, todo tipo de rumores y comparaciones han surgido sobre los vuelos registrados de ambas aeronaves el pasado 26 de diciembre. Lo que queda claro es que China continúa dando grandes pasos en la maduración y sofisticación de su industria aeroespacial, con diseños cada vez más complejos y que se alejan progresivamente de los modelos basados en diseños de otra época, de origen soviético o ruso. Esto no solo se refleja en el diseño de aeronaves, sino también en la escala de producción y el desarrollo de nuevos motores.
Por último, y al igual que con el “J-36”, solo se puede especular sobre los roles y tareas proyectadas para esta aeronave. En este sentido, debido a su menor tamaño en comparación, podríamos estar ante un nuevo avión de caza, sin que quede claro si es tripulado o no, de diseño furtivo. Tampoco es posible determinar si estamos frente a un diseño de quinta o sexta generación. Asimismo, no debe dejar de mencionarse que podríamos estar frente al futuro binomio de la aviación de combate de la Fuerza Aérea de China para las próximas décadas; o, por el contrario, una competencia entre las mencionadas empresas para posicionarse frente a un potencial pedido de prototipos y modelos de pre-serie en los venideros años.
*Créditos de fotografías a quien corresponda.
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