La compañía aeronáutica chilena ENAER (Empresa Nacional de Aeronáutica de Chile) concluyó la fabricación de la primera pieza de futuro entrenador Pillan II, destinado al reemplazo de los veteranos T-35 Pillan, incorporados a mediados de la década de 1980 a las filas de la Fuerza Aérea de Chile para la formación inicial de sus pilotos.
De acuerdo a una publicación oficial de ENAER, a finales de diciembre de 2024 se presentó la primera pieza estructural en aluminio, la cual dará lugar a la construcción del primer prototipo. De acuerdo a una entrevista realizada por Zona Militar en marco de la Feria FIDAE 2024 a Alberto Alfaro, encargado de prensa de ENAER, “La producción del avión deberá comenzar en 2025, para tener el prototipo volando en 2026. Luego, iniciar fase de certificación, que demandara un año más o menos, y después la producción en serie para la Fuerza Aérea, que son 34 aviones, a entregar en el primero de 2025, con una partida, de por lo menos de 6 en 2027. Es decir, el primer batch, y después hay una opción para más unidades”
Con la futura incorporación de los Pillan II, se modernizaran las capacidades de formación e instrucción de los cadetes de la FACh con una nueva aeronave que posee los últimos adelantos en sistemas y aviónica, tomando en parte la base y experiencias acumuladas con el T-35 Pillán original.
Tal como fuera oportunamente informado, el Proyecto Pillán II prevé la construcción de las nuevas aeronaves de instrucción con una inversión estimada de USD 142.000.000, a lo largo de un periodo de 8 años.
Dentro de sus principales características que lo diferenciarán de su antecesor, se destaca la incorporación de un fuselaje de mayor tamaño con un nuevo diseño de alas íntegramente chileno, junto a un nuevo motor. La aviónica estará compuesta por una cabina tipo full glass cockpit, con diversas pantallas y Head-Up Display (HUD).
Además del desarrollo de los aviones, el Proyecto Pillan II consiste en un esquema integral de formación del cadete, incluyendo una serie de periféricos o subsistemas de debriefing, planificación, simulación, y apoyo al mantenimiento, con el empleo de última tecnología.
En especial, se destaca el desarrollo de un simulador es de realidad mixta, “donde el piloto en una pequeña área se pone su casco de realidad virtual y visualiza un mundo exterior virtual… pero cuando mira la cabina y toca la cabina es lo real. Inclusive cuando hace alguna maniobra es sináptico, se siente la resistencia del vuelo, por lo tanto, se produce una experiencia bien inmersiva en el simulador que permite ahorrar horas de vuelo”, tal como fuera señalado por Alfaro en la mencionada entrevista.
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