Es un hecho que China se encuentra dando grandes pasos en su industria aeroespacial, aunque los avances no han alterado los planes de Estados Unidos en torno al programa de Dominio Aéreo de Nueva Generación (NGAD, por sus siglas en inglés), destinado al desarrollo de un nuevo caza de sexta generación. Así lo confirmó Frank Kendall III, Secretario de la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF), en una entrevista con Air & Space Forces Magazine.
Cabe recordar que el pasado mes de octubre, el programa NGAD de la USAF fue suspendido temporalmente debido a preocupaciones varias en torno al alto coste y las posibles reformas del proyecto con una nueva administración de Trump. Más allá de ello, para el funcionario los recientes avistajes de nuevos aviones furtivos chinos “no han tenido impacto” en los avances del programa NGAD, que tiene como objetivo adquirir una familia de sistemas que suceda al caza F-22 Raptor.
“He estado observando a China modernizar su ejército durante bastante tiempo. Están trabajando agresivamente para construir un ejército diseñado para mantener a Estados Unidos fuera del Pacífico occidental, y creo que, con el tiempo, tienen más ambiciones que incluso eso”, declaró. Asimismo, puntualizó en que China ya ha demostrado que va a modernizar sus fuerzas estratégicas, así como también aumentar drásticamente el inventario de armas nucleares. Situación similar se vive en el espacio, militarizándolo a un “ritmo vertiginoso”, en sus palabras. No obstante, cualquier avance por parte de China “ya estaba previsto” por EE.UU., según Kendall.
Los avances de China en el dominio aeroespacial
Los recientes avistajes de nuevas aeronaves chinas tuvieron lugar a finales del año 2024, tratándose de un posible nuevo bombardero táctico y un nuevo caza, entre otras capacidades. El primer registro de ellos tuvo lugar el pasado 26 de diciembre, observándose un posible cazabombardero furtivo de sexta generación de la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación de China (PLAAF). Si bien no existen detalles adicionales, en las imágenes difundidas se observa que esta aeronave realizó un vuelo junto a un caza de sexta generación J-20S de la PLAAF, nueva versión biplaza de Mighty Dragon presentada oficialmente durante el Zhuhai Airshow del pasado mes de noviembre. Las pruebas se habrían llevado a cabo en las instalaciones de Chengdu Aircraft Corporation.
Ese mismo día comenzó a circular material similar, que daba cuenta del vuelo de otra aeronave también considerada de nueva generación. Sin embargo, a diferencia del primero (que se denominó de forma no oficial como “J-36”), esta segunda aeronave realizó las pruebas el 30 de diciembre desde las instalaciones de la firma Shenyang y fue escoltado por uno de los aviones de combate surgidos de la familia Flanker, fabricada por la compañía china. Más allá de esos detalles, ambas aeronaves presentan un diseño de ala volante sin estabilizador vertical compartido, observando una característica forma de ala en flecha.
Existen amplias especulaciones sobre la posibilidad de encontrarnos frente a nuevas aeronaves tripuladas y no tripuladas de diseño furtivo, aunque tampoco es posible determinar con exactitud si se trata de un diseño de quinta o sexta generación. Lo cierto es que China se encuentra dando amplios pasos en torno a su industria aeroespacial, priorizando la tecnología y la funcionalidad de su Fuerza Aérea frente a entornos cambiantes y una región convulsionada constantemente.
Confirmando esto último, el 29 de diciembre también fue un día especial para la PLAAF: se registró el primer vuelo del nuevo avión de alerta temprana y control aerotransportado (AEW&C) KJ-3000 desarrollado por Xi’an Aircraft Corporation. Contando con un estado de desarrollo avanzado, el KJ-3000 está basado en la más moderna versión del avión de transporte estratégico Y-20, designada Y-20B. En detalle, adopta un radomo circular en la parte superior del fuselaje, albergando posiblemente avanzados radares tipo AESA y antenas para brindarle un acabado conocimiento del entorno operacional en el cual operará. Además de las funciones de alerta temprana y control aerotransportado, tal vez posea capacidades de recolección y procesamiento de información de inteligencia ELINT/SIGINT, al igual que de guerra electrónica para autoprotección buscando degradar a sistemas de defensa aérea y misiles enemigos.
La actualidad del proyecto NGAD
En torno a las declaraciones de Kendall, y tal como fue mencionado anteriormente, el programa NGAD de la USAF fue suspendido por múltiples motivos. Sin embargo, el funcionario declaró que no se arrepiente de haber dejado la decisión de continuar con el proyecto en manos de la nueva administración de Trump. Se trata de un programa muy caro que “se sopesará frente a otras consideraciones de alto nivel”, considerando que hay “otras prioridades estratégicas”.
En este sentido, otras consideraciones que se tuvieron en cuenta fueron las amenazas cambiantes y la tecnología necesaria para operar en este siglo, llevando a reconsiderar los avances del programa. No se estaba 100% seguro de haber seleccionado el avión adecuado, según Kendall, por lo que es necesario “pensar detenidamente sobre lo que es esencialmente un sustituto del F-22”. “Es mucho lo que está en juego en la decisión, porque no vamos a tener otro programa de sexta generación a corto plazo. Se trata de un compromiso de decenas de miles de millones de dólares y de varias décadas de duración, por lo que hay que asegurarse de que se persigue la mejor capacidad operativa con esos recursos”, puntualizó el Secretario.
Por otro lado, si bien el proyecto NGAD de la USAF fue suspendido temporalmente, la Armada de EE.UU. ha decidido avanzar en la selección de su futuro caza de sexta generación. Esto es clave, considerando que ambos desarrollos estaban profundamente interconectados. No obstante, las autoridades navales tienen pensado continuar con el proyecto de la US Navy conocido por el momento como F/A-XX, destinado a ser el futuro reemplazo de los cazas polivalentes F/A-18 Super Hornet y E/A-18 Growler.
Por el momento, las autoridades tienen que optar por uno de los tres candidatos actuales (a saber: los diseños de Boeing, Northrop Grumman y Lockheed Martin). Sin embargo, la Armada estadounidense está decidida a continuar independientemente con el programa, confirmado por el contralmirante Michael Donnelly, director de la división de guerra aérea de la Oficina del Jefe de Operaciones Navales.
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