A través de un anuncio de la Administración Nacional de Seguridad Nuclear (NNSA) del Departamento de Energía de los EE.UU., fue confirmado que el programa de extensión de vida útil y actualización de las bombas termonucleares B61-12 de la Fuerza Aérea de EE.UU. ha sido completado con éxito. Esto no es un dato menor, ya que esta clase de armamento de disuasión es también desplegado por medio de aeronaves de combate de miembros de la OTAN, como es el caso reciente de Países Bajos y Alemania.
A grandes rasgos, la B61, con sus subsecuentes versiones, es una bomba termonuclear de gravedad en servicio con las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, siendo una herramienta de disuasión que puede ser empleada de forma táctica y estratégica desde cazas F-16 y F-15, incluyendo los furtivos F-22 y F-35, hasta los bombarderos estratégicos B-1, B-52 y B-52, actualmente en servicio con la Fuerza Aérea de EE.UU. (USAF).
Con respecto a los F-35A, durante el año pasado fue confirmado que los cazas de quinta generación de la USAF fueron certificados para su operación después de completar diversas pruebas y evaluaciones durante los últimos años. No obstante, como salvedad, esta certificación aún no ha sido extendida a los F-35B Y F-35C del Cuerpo de Marines y Armada de Estados Unidos, respectivamente.
En paralelo con los esfuerzos de certificación, y teniendo en cuenta el historial de servicio de 50 años de las bombas termonucleares B61, como su versatilidad dentro del arsenal nuclear estadounidense, fue iniciado en el año 2008 un programa de actualización y extensión de vida útil.
Denominado como Life Extension Program (LEP), este tuvo como objetivo varios hitos a lo largo de su duración. En primer lugar, concretar el reemplazo de las variantes más antiguas de la B61 (B61-3, -4, -7, y -10), consolidando la disponibilidad alrededor de la más moderna variante B61-12; mientras que, en segundo término, fijo la extensión de la vida útil y asegurar su disponibilidad para las Fuerzas Armadas de EE.UU. y aliados de la OTAN por los próximos 20 años.
Con estos antecedentes, el 7 de enero, la NNSA confirmó a la entrega de la última unidad de producción de las bombas B61-12 sometidas al LEP, concretando el último hito del programa, cuyas entregas habían iniciado en 2021.
“La finalización del último B61-12 es un testimonio de la exitosa colaboración que hemos tenido con nuestros socios de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y el Departamento de Defensa”, expresó el Dr. Marvin Adams, Administrador Adjunto de Programas de Defensa. “El impulso generado durante la producción y entrega del B61-12 continuará con la entrega de los otros seis programas de modernización de armas activos, así como con otros programas adicionales que se activarán en los próximos años. Alcanzar el LPU en el año fiscal 2025 demuestra nuestra capacidad de ejecución, no solo ante nuestros socios y partes interesadas en el Departamento de Defensa y el Congreso, sino también ante nuestros adversarios y aliados. Esta demostración, por sí misma, es una contribución a la disuasión y la seguridad.”
De cara al futuro, con la finalización de este programa, la NNSA fijará los esfuerzos en otros seis programas enfocados en la modernización del arsenal nuclear de Estados Unidos. Uno de los mencionados en el comunicado del 7 de enero es el inició de la producción de la nueva variante, y más moderna, B61-13, la cual esta fijada para iniciarse durante el Año Fiscal 2026.
Tal vez te interese Los bombarderos B-52H de la Fuerza Aérea de EE.UU. podrían recuperar su capacidad de lanzamiento de bombas atomicas