En medio de peculiares declaraciones del presidente electo de los EE.UU. Donald Trump, con las miras puestas en Groenlandia, Dinamarca ha anunciado que se encuentra evaluando mejoras en el aeropuerto de la isla para así permitir el despliegue de sus cazas furtivos F-35A. Particularmente, se trata del aeropuerto de Kangerlussuaq, una antigua base militar estadounidense que se halla al oeste de Groenlandia.

Resulta de utilidad recordar, que Copenhague se mantiene en la actualidad como el garante de la seguridad de la isla, aunque dispone de una limitada capacidad operando en la misma considerando su gran extensión e improtancia estratégica. En detalle, estas se compondrían por un avión de vigilancia Challenger, una docena de trineos tirados por perros y una pequeña flota de cuatro buques de patrulla que arrastran un largo historial en servicio. Agregado a ello, no puede dejar de mencionarse la presencia permanente del Ejército de los EE.UU. en la base espacial Pituffik, donde se encuentra una de las principales bases de alerta temprana de misiles balísticos.

Notando tal cuestión, y trás años de un presupuesto de defensa trazado a la baja, el Ministerio de Defensa danés ha asignado ya unos 400 millones de dólares con el objetivo de mejorar las capacidades de vigilancia en el Ártico y el Atlántico Norte; incluyendo por ejemplo la compra de nuevos drones de largo alcance y buques de patrulla para dicho fin. A largo plazo, esto es a lo largo de la próxima década, el gobierno danés tendría planeada la inversión de más de 26.000 millones de dólares para su cartera de defensa con parte de ella destinada también a las obras en Groenlandia. Los parlamentarios daneses aún se debaten los detalles finos de la misma.

Por lo pronto, ha de tenerse en cuenta que Dinamarca se encuentra aún en proceso de incorporar la flota de cazas furtivos F-35 para reemplazar a sus modelos F-16 actuales, siendo el ejemplo mas reciente la llegada de un lote de cuatro aeronaves a el Ala de Caza de la Flyvestation Skrydstrup durante el mes de diciembre; mientras que prevé el arribo de otros tres ejemplares en el futuro cercano para sumarse a los ocho con los que ya cuenta el país. Una vez culminado dicho proceso, Copenhague debería contar con un total de 27 unidades operativas, lo que se espera para el año 2027.

Finalmente, no puede dejar de mencionarse que desde el año pasado se han incrementado las actividades de la Fuerza Aérea danesa en aeropuertos civiles, incluyendo el despliegue de cazas F-35 como los que se pretende desplegar en Groenlandia. Esto se debe principalmente a la necesidad de poder operar desde un mayor número de localidades cuando las dificiles condiciones climáticas afecten la realización de ejercicios militares, o en su defecto, potenciales despliegues de combate real.

*Imagenes empleadas a modo ilustrativo

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