China prepara estación espacial para competir con la ISS
Konstantín Bogdanov, RIA Novosti -
El presente mes, Pekín dará un paso importante en la exploración del espacio si realiza con éxito el lanzamiento de un aparato destinado a convertirse en la principal estación orbital china.
Los planes de Pekín prevén la instalación en la órbita de un laboratorio espacial rival de la Estación Espacial Internacional (EEI), reduciendo así su retraso en materia de estaciones orbitales, más que todo en comparación con las potencias espaciales como Rusia, EEUU, Japón y otros países de Europa, aglutinados en la Agencia Espacial Europea (ESA).
Desde el centro de lanzamiento de cohetes de Jiuquan, en el desierto de Gobi, en el noroeste de China, en el Desierto de Gobi, avanzan los preparativos para el lanzamiento del primer elemento de la futura estación orbital.
Pekín, que envió al espacio a su primer astronauta en octubre de 2003, está por dar un paso nuevo: asegurarse una estación de funcionamiento permanente sobre la Tierra. El lanzamiento de la estación fue aplazado desde el invierno a la segunda mitad del año, y parece que, de no haber problemas técnicos graves, cumplirá lo planeado. Es posible incluso que la configuración de la estación esté lista para finales de agosto.
El ejemplo ajeno
La futura estación china no se limitará con un formato pequeño. En los últimos materiales publicados por los chinos está representada una estación multimodular, con una gran sección de base (por ahora no está claro cómo serán su construcción y características) y varios muelles de acoplamiento. La estación china es parecida a la estación espacial rusa “MIR” o la EEI en miniatura.
Pekín empezó a estudiar la creación de una estación espacial de funcionamiento permanente en 1992. Los chinos aprovecharon la experiencia de sus colegas de la URSS y, más tarde, de Rusia, procesando la información de las naves “Soyuz”, y crearon a principios del siglo nuevo un aparato tripulado el Shenzhou 5 que despegó el 15 de octubre de 2003, llevando a bordo al primer astronauta chino (taikonauta), Yang Liwei.
Elaborando la estación orbital, Pekín se guió por el mismo sistema de evolución. Poco a poco se completó la idea de su aspecto y de algunos de los parámetros de sus módulos.
La base de la futura estación (Tiangong) no parece una réplica de los primeros aparatos soviéticos de “Soyuz”, pero se nota cierta influencia soviética no tanto en la construcción como en la concepción general del proyecto. La estación de 8 toneladas, Tiangong apareció como resultado del desarrollo y perfeccionamiento de la nave tripulada ya probada, Shenzhou.
Pero, a diferencia de los proyectos soviéticos o estadounidenses, China ya no se limita con las arquitecturas intermediarias, que comprenden el acoplamiento del módulo estacional con una o dos naves no tripuladas o tripuladas. Como ya hemos comentado, el aspecto de la estación permanente de China será bastante curioso y quedará completado en el 2020. Tendrá varios módulos compuestos, algunos de los cuales todavía no están preparados en maquetas de tamaño real.
Pero en la primera etapa los chinos se limitarán con lograr que se acoplen la nave Shenzhou 8 y el módulo estacional Tiangong no tripulados. En 2012 tienen previsto mandar las expediciones tripuladas Shenzhou 9 y Shenzhou 10.
Zhang Jianqi, uno de los ex dirigentes del programa chino para el espacio, comentó que ahora Pekín se guía por la estrategia de “tres pasos”. El primer paso, el de mandar al hombre al espacio, está realizado. En segundo, el vuelo de varios días para varios taikonautas, será realizado por las misiones conjuntas de Shenzhou y Tiangong en 2012. En fin, concluirá el trabajo con la creación de la estación de funcionamiento permanente. Realizado esto, China igualará sus logros con las principales potencias espaciales.
El camino a la órbita con específica china
China se está abriendo el camino al espacio por sí sola. Es un aspecto importante de la estrategia nacional en esta esfera. Se debe a la psicología de las élites gobernantes y a su elección de las prioridades en el curso del desarrollo del país.
Los chinos se negaron a participar en el proyecto de la EEI en varias ocasiones, considerando, por lo visto, que les es imprescindible crear todo el ciclo de las elaboraciones, producción y, sobre todo, explotación espaciales en su tierra. Sin embargo, China nunca desdeñó la experiencia y los conocimientos ajenos: sus futuros taikonautas se entrenaban en Rusia desde los 1990.
También ha sido muy importante para el progreso de la esfera espacial de China el papel de consultas con los ingenieros rusos. A veces estos contactos se mantenían de manera oficial, a veces los datos fueron conseguidos mediante espionaje.
Aunque China habría podido participar con éxito en los proyectos espaciales iniciados por otros países, entrenándose así para su propio programa, lo descarta. Las ambiciones de Pekín no son compatibles con el papel secundario en proyectos ajenos.
China considera importante pasar todo el camino superado ya por Moscú y Washington por sus propias fuerzas: esto se refiere a las misiones tripuladas, estaciones orbitales, expedición a la Luna y, por lo visto, creación de una nave espacial de uso múltiple. Lo hará todo sin ayuda alguna, ostentando su independencia. China parece decir a todo el mundo: les demostraré que soy capaz de hacer todo lo hecho por las potencias mundiales.
Existe otra explicación de su postura, que destapa la amenaza potencial para los actuales líderes espaciales. China, un país con la estructura de economía bastante específica y con la administración estatal centralizada, puede permitirse (como la URSS, en sus tiempos), obtener ingresos nacionales de sus logros cósmicos mucho mayores que sus rivales principales. Sobre todo, en la situación actual.
Un chance para taikonautas
EEUU está enfrentándose a unas nuevas convulsiones económicas. Washington se ve obligado a tomar decisiones dolorosas reduciendo los gastos. Algunos temen que entre los primero afectados de estas medidas figuren los programas de la NASA.
Para los próximos años los gastos de la NASA ya están limitados (lo que fue percibido como la reducción), y hace poco, la comisión para las asignaciones presupuestarias recomendó reducir el presupuesto de la agencia el 8%, en el marco de las recomendaciones para la reducción del déficit presupuestario.
En este contexto, no queda lugar para los proyectos sensacionales, como el regreso a la Luna, del que habló George W. Bush, o la expedición al Marte, anunciada por Barack Obama. Parece más acuciante la tarea de guardar lo conseguido y creado, que se encuentra en una situación bastante complicada tras la amortización de los transbordadores.
En los próximos años, los estadounidenses van a viajar al espacio sólo en las naves rusas, “Soyuz”. De quedar la situación económica inestable, es difícil que Washington invierta mucho en su carrera espacial con China
En Rusia la situación tampoco es prometedora. Las moderadas capacidades financieras del Estado no permitieron más que crear una ilusión de actividades espaciales. En el período del 2004 al 2010 las asignaciones a la Agencia Espacial Federal Rusa, Roscosmos, crecieron unas tres veces, sin embargo el entonces director de la agencia, Anatoli Perinov comentó que era 6 veces menos que los gastos de la NASA.
Desde este verano Rusia y China son los únicos países capaces de lanzar cohetes tripulados al espacio. Debido a ello, Rusia se ha convertido en el transportista exclusivo de la EEI. Pero el efecto positivo de ellos sobre los programas espaciales de Rusia nos es para ser sobrevalorado. La prevista modernización de toda la gama de material espacial utilizado se dilata mucho.
El cohete portador de carga Angara lleva ya mucho tiempo en desarrollo. Sus constructores cada año vuelven a anunciar que necesitan dos años más para finalizar el proyecto. Probablemente tenga en el 2012 su primer lanzamiento…
La puesta en marcha de otro cohete portador Rus-M con nueva nave espacial Sistema de Transporte Pilotado de Perspectiva fue aplazada al 2018.
La República China tiene un retraso tecnológico importante, carece de infraestructura y de la rica experiencia de vuelos al espacio de Rusia y de EEUU, pero sí, tiene unas posibilidades muy amplias para compensar todo lo dicho en los próximos 10-15 años.
Uno de los hitos de mayor importancia del proceso de superación del retraso será la estación Tiangong, un puesto avanzado bajo bandera roja. Y de allí, quién sabe… Probablemente el camino de Luna para los astronautas chinos será mucho más corto que a sus colegas de EEUU, o de Rusia.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
Fuente: http://sp.rian.ru/opinion_analysis/20110817/150140019.html
Konstantín Bogdanov, RIA Novosti -
El presente mes, Pekín dará un paso importante en la exploración del espacio si realiza con éxito el lanzamiento de un aparato destinado a convertirse en la principal estación orbital china.
Los planes de Pekín prevén la instalación en la órbita de un laboratorio espacial rival de la Estación Espacial Internacional (EEI), reduciendo así su retraso en materia de estaciones orbitales, más que todo en comparación con las potencias espaciales como Rusia, EEUU, Japón y otros países de Europa, aglutinados en la Agencia Espacial Europea (ESA).
Desde el centro de lanzamiento de cohetes de Jiuquan, en el desierto de Gobi, en el noroeste de China, en el Desierto de Gobi, avanzan los preparativos para el lanzamiento del primer elemento de la futura estación orbital.
Pekín, que envió al espacio a su primer astronauta en octubre de 2003, está por dar un paso nuevo: asegurarse una estación de funcionamiento permanente sobre la Tierra. El lanzamiento de la estación fue aplazado desde el invierno a la segunda mitad del año, y parece que, de no haber problemas técnicos graves, cumplirá lo planeado. Es posible incluso que la configuración de la estación esté lista para finales de agosto.
El ejemplo ajeno
La futura estación china no se limitará con un formato pequeño. En los últimos materiales publicados por los chinos está representada una estación multimodular, con una gran sección de base (por ahora no está claro cómo serán su construcción y características) y varios muelles de acoplamiento. La estación china es parecida a la estación espacial rusa “MIR” o la EEI en miniatura.
Pekín empezó a estudiar la creación de una estación espacial de funcionamiento permanente en 1992. Los chinos aprovecharon la experiencia de sus colegas de la URSS y, más tarde, de Rusia, procesando la información de las naves “Soyuz”, y crearon a principios del siglo nuevo un aparato tripulado el Shenzhou 5 que despegó el 15 de octubre de 2003, llevando a bordo al primer astronauta chino (taikonauta), Yang Liwei.
Elaborando la estación orbital, Pekín se guió por el mismo sistema de evolución. Poco a poco se completó la idea de su aspecto y de algunos de los parámetros de sus módulos.
La base de la futura estación (Tiangong) no parece una réplica de los primeros aparatos soviéticos de “Soyuz”, pero se nota cierta influencia soviética no tanto en la construcción como en la concepción general del proyecto. La estación de 8 toneladas, Tiangong apareció como resultado del desarrollo y perfeccionamiento de la nave tripulada ya probada, Shenzhou.
Pero, a diferencia de los proyectos soviéticos o estadounidenses, China ya no se limita con las arquitecturas intermediarias, que comprenden el acoplamiento del módulo estacional con una o dos naves no tripuladas o tripuladas. Como ya hemos comentado, el aspecto de la estación permanente de China será bastante curioso y quedará completado en el 2020. Tendrá varios módulos compuestos, algunos de los cuales todavía no están preparados en maquetas de tamaño real.
Pero en la primera etapa los chinos se limitarán con lograr que se acoplen la nave Shenzhou 8 y el módulo estacional Tiangong no tripulados. En 2012 tienen previsto mandar las expediciones tripuladas Shenzhou 9 y Shenzhou 10.
Zhang Jianqi, uno de los ex dirigentes del programa chino para el espacio, comentó que ahora Pekín se guía por la estrategia de “tres pasos”. El primer paso, el de mandar al hombre al espacio, está realizado. En segundo, el vuelo de varios días para varios taikonautas, será realizado por las misiones conjuntas de Shenzhou y Tiangong en 2012. En fin, concluirá el trabajo con la creación de la estación de funcionamiento permanente. Realizado esto, China igualará sus logros con las principales potencias espaciales.
El camino a la órbita con específica china
China se está abriendo el camino al espacio por sí sola. Es un aspecto importante de la estrategia nacional en esta esfera. Se debe a la psicología de las élites gobernantes y a su elección de las prioridades en el curso del desarrollo del país.
Los chinos se negaron a participar en el proyecto de la EEI en varias ocasiones, considerando, por lo visto, que les es imprescindible crear todo el ciclo de las elaboraciones, producción y, sobre todo, explotación espaciales en su tierra. Sin embargo, China nunca desdeñó la experiencia y los conocimientos ajenos: sus futuros taikonautas se entrenaban en Rusia desde los 1990.
También ha sido muy importante para el progreso de la esfera espacial de China el papel de consultas con los ingenieros rusos. A veces estos contactos se mantenían de manera oficial, a veces los datos fueron conseguidos mediante espionaje.
Aunque China habría podido participar con éxito en los proyectos espaciales iniciados por otros países, entrenándose así para su propio programa, lo descarta. Las ambiciones de Pekín no son compatibles con el papel secundario en proyectos ajenos.
China considera importante pasar todo el camino superado ya por Moscú y Washington por sus propias fuerzas: esto se refiere a las misiones tripuladas, estaciones orbitales, expedición a la Luna y, por lo visto, creación de una nave espacial de uso múltiple. Lo hará todo sin ayuda alguna, ostentando su independencia. China parece decir a todo el mundo: les demostraré que soy capaz de hacer todo lo hecho por las potencias mundiales.
Existe otra explicación de su postura, que destapa la amenaza potencial para los actuales líderes espaciales. China, un país con la estructura de economía bastante específica y con la administración estatal centralizada, puede permitirse (como la URSS, en sus tiempos), obtener ingresos nacionales de sus logros cósmicos mucho mayores que sus rivales principales. Sobre todo, en la situación actual.
Un chance para taikonautas
EEUU está enfrentándose a unas nuevas convulsiones económicas. Washington se ve obligado a tomar decisiones dolorosas reduciendo los gastos. Algunos temen que entre los primero afectados de estas medidas figuren los programas de la NASA.
Para los próximos años los gastos de la NASA ya están limitados (lo que fue percibido como la reducción), y hace poco, la comisión para las asignaciones presupuestarias recomendó reducir el presupuesto de la agencia el 8%, en el marco de las recomendaciones para la reducción del déficit presupuestario.
En este contexto, no queda lugar para los proyectos sensacionales, como el regreso a la Luna, del que habló George W. Bush, o la expedición al Marte, anunciada por Barack Obama. Parece más acuciante la tarea de guardar lo conseguido y creado, que se encuentra en una situación bastante complicada tras la amortización de los transbordadores.
En los próximos años, los estadounidenses van a viajar al espacio sólo en las naves rusas, “Soyuz”. De quedar la situación económica inestable, es difícil que Washington invierta mucho en su carrera espacial con China
En Rusia la situación tampoco es prometedora. Las moderadas capacidades financieras del Estado no permitieron más que crear una ilusión de actividades espaciales. En el período del 2004 al 2010 las asignaciones a la Agencia Espacial Federal Rusa, Roscosmos, crecieron unas tres veces, sin embargo el entonces director de la agencia, Anatoli Perinov comentó que era 6 veces menos que los gastos de la NASA.
Desde este verano Rusia y China son los únicos países capaces de lanzar cohetes tripulados al espacio. Debido a ello, Rusia se ha convertido en el transportista exclusivo de la EEI. Pero el efecto positivo de ellos sobre los programas espaciales de Rusia nos es para ser sobrevalorado. La prevista modernización de toda la gama de material espacial utilizado se dilata mucho.
El cohete portador de carga Angara lleva ya mucho tiempo en desarrollo. Sus constructores cada año vuelven a anunciar que necesitan dos años más para finalizar el proyecto. Probablemente tenga en el 2012 su primer lanzamiento…
La puesta en marcha de otro cohete portador Rus-M con nueva nave espacial Sistema de Transporte Pilotado de Perspectiva fue aplazada al 2018.
La República China tiene un retraso tecnológico importante, carece de infraestructura y de la rica experiencia de vuelos al espacio de Rusia y de EEUU, pero sí, tiene unas posibilidades muy amplias para compensar todo lo dicho en los próximos 10-15 años.
Uno de los hitos de mayor importancia del proceso de superación del retraso será la estación Tiangong, un puesto avanzado bajo bandera roja. Y de allí, quién sabe… Probablemente el camino de Luna para los astronautas chinos será mucho más corto que a sus colegas de EEUU, o de Rusia.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
Fuente: http://sp.rian.ru/opinion_analysis/20110817/150140019.html