Por cada viajero de Aerolíneas hay un subsidio de casi $ 1000
En todo 2011 se prevé una asignación estatal de US$ 700 millones para solventar la compañía
ntes que nada, dos advertencias. La primera es que todos estos números podrán ser aun más altos a fines de año; la segunda, que esto no es progresismo.
Cuando termine 2011, cada uno de los usuarios que subieron a un avión de las empresas Aerolíneas Argentinas y Austral, ambas operadas por el Gobierno, habrá recibido algo más que un refresco para amenizar el viaje. Con el boleto y el tentempié también vino un cheque virtual de poco menos que $ 1000. ¿De qué se trata ese valor que nadie vio pero que todos usufructuaron? Pues del
subsidio que el Estado puso por cada uno de los 3,2 millones de usuarios que pagaron sus pasajes en la línea aérea que quedó en medio de la tormenta cuando se sinceraron los números en rojo de sus balances.
La cuenta es simple y surge de los datos que aporta la propia compañía y de las proyecciones que se hacen sobre sus números. Para fin de año, Aerolíneas habrá necesitado alrededor de US$ 700 millones para soportar la operación. Con esa cifra, más lo que recauda, habrá transportado a alrededor de 3,2 millones de pasajeros si se mantiene la demanda del año pasado. Aunque, claro está, según lo que dijo el propio
gerente general, Mariano Recalde , en estos días de raid mediático, las cenizas pegaron un golpe importante y
ocasionaron la cancelación de 3500 vuelos. Si la caída de esos pasajeros se compensó con otros que subieron a los aviones y el número final se mantuvo, el Estado habrá tenido que destinar, en promedio, $ 936 de subsidios a cada uno de los usuarios que fueron y volvieron en la aerolínea. Si la demanda hubiese caído un 10%, por ejemplo, el número de subsidio por pasajero treparía a $ 985.
Las cifras surgen del
nforme de Gestión 2010 que presentó el grupo aéreo, de los reportes de ejecución presupuestaria de la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP) y el Ministerio de Economía y de un informe de gestión del que La Nacion pudo conocer algunos números.
Pérdidas tras las fronteras
Claro que para que haya un promedio hay valores extremos. Si se toma lo que pierde una ruta y se lo divide por los pasajeros que la usan, habría que reescribir los manuales progresistas que inspiran a los líderes que manejan La Cámpora y la empresa. Y esos valores tope están en la ruta transpolar. Por ejemplo, cada uno de los pasajeros que volaron entre Buenos Aires, Sydney y Aukland, muchos de ellos privilegiados espectadores del Mundial de rugby jugado en Nueva Zelanda, tuvo un subsidio de US$ 963. Esa ruta perderá 35 millones en el año.
Quienes se deleitaron con los destinos europeos que tiene Aerolíneas (Madrid, Roma y Barcelona) recibieron un subsidio de US$ 865 por pasajero. Los que prefirieron las compras de Miami o el calor de Caracas, Bogotá o México, o se inclinaron por las maravillas incas de Lima, fueron subvencionados en US$ 529 cada uno. Ese paquete de rutas pierde US$ 100 millones por año. Y los que fueron a países limítrofes tuvieron un aporte estatal por cada vez que viajaron de US$ 213 cada uno.
La pérdida es tan grande en el mercado internacional que de los US$ 583 millones que la empresa resignó el 65% del total (unos US$ 397 millones) fue sirviendo destinos fuera de las fronteras argentinas. Es verdad que los destinos sociales que la empresa vuela en soledad porque no son rentables también le ocasionan pérdidas. En 2010, esa operación reportó un rojo de alrededor de US$ 20 millones, un 4% del total de pérdidas anotadas.
Fue el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, virtual interventor en la empresa, el que intentó llevar algo de calma a un convulsionado mercado que se acostumbró a que Aerolíneas volara sin importar quién pague.
"Sólo se aplicarán para la revisión de las rutas internacionales de Aerolíneas Argentinas, pero en ningún caso se utilizará esa lógica para los vuelos de cabotaje. Las que se someterán a revisión son las rutas internacionales, tomando como parámetro no sólo la rentabilidad, sino también el movimiento de divisas que generan para nuestro país", señaló el funcionario en un comunicado.
El inicio de la "segunda etapa de la gestión de la empresa", que anunciaron anteayer De Vido y Recalde, coincide con un enfrentamiento de la Casa Rosada con varios gremios aeronáuticos. El anuncio llega luego de tres años de gestión oficial, período en el que la compañía acumuló un déficit de US$ 2200 millones.
El subgerente de la empresa, Axel Kicillof, habló con optimismo sobre lo que vendrá: una etapa de ajuste, recortes y racionalidad. "Sinceramente creo que vamos a andar muy bien, vamos a llegar prontamente a un acuerdo con todo el mundo, los pilotos lo que quieren en el fondo es volar más", sostuvo.
A los gremios, la oposición y los medios -culpables elegidos por el Gobierno a la hora de explicar los números de la actual gestión- hay que sumar a la naturaleza. Kicillof buscó cobijo en las cenizas. "Hay un clima muy enrarecido por los anuncios de ayer [anteayer]. Pero la verdad que los volcanes no están agremiados ni son ninguna empresa, y cuando tiran ceniza, tiran ceniza y hay que ser muy cuidadosos, no sea cosa que tengamos algún accidente", ilustró el economista por Radio El Mundo..
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