Un número creciente de
jóvenes argentinos cuestionan el reclamo de soberanía sobre las disputadas
islas Malvinas. Así lo revela
un artículo publicado este domingo por el diario británico
The Observer, en el que se destaca que los estudiantes nacidos durante o luego del conflicto se preguntan porqué no se considera
el "deseo" de los isleños.
Si bien los textos resolutivos emitidos por las Naciones Unidas instaban a las dos partes en conflicto a "entablar negociaciones" que tendrían en cuenta los "
intereses" (y no los deseos) de los habitantes de las islas, la opinión de los jóvenes iría en contra de esta premisa.
Según el artículo escrito por el periodista Uki Goñi, autor del libro "El Infiltrado" -texto usado en el juicio contra el represor Alfredo Astiz-, quienes opinan en contra de la lucha por la soberanía argentina
suelen callar sus opiniones por los duros reproches que suelen recibir.
"A veces, tengo miedo de decirlo, tengo miedo de cómo reaccionará la gente, pero ¿por qué los isleños deben ser argentinos? ¿Y por qué, de hecho, deberían ser británicos? ¿No tienen el derecho a la
autodeterminación?" , se pregunta Laura Sánchez, estudiante de la UBA y nieta de Ramón Acosta, soldado caído en la Guerra de las Malvinas.
Laura representa "un pequeño pero
creciente número de jóvenes nacidos después de la guerra de 1982 que cuestionan el viejo lema "
Las Malvinas son Argentinas", estampado en los carteles que dan la bienvenida a los extranjeros que llegan prácticamente todos los aeropuertos y cruces fronterizos", consigna
The Observer.
Asimismo, tras enumerar los diversos hechos que llevaron a Reino Unido y Argentina
a una nueva tensión diplomática, se detalla que "entre los jóvenes del país, en donde los votantes de entre 20 y 35 años representan el 25% de la población, hay evidencia clara de que las Malvinas
no son una alta prioridad".
"No sé
si tiene sentido reclamar por un territorio cuya población no quiere ser recuperada por Argentina", dice Nicolás Ferraro, un estudiante que nació en 1981, pocos meses antes de la invasión. "Aunque fueramos capaces de recuperar la soberanía, las islas deberían tener al menos una autonomía fuerte", añadió.
Por su parte, la documentalista Tamara Florin, realizador del film "Tan cerca, tan lejos", aseguró que su visión sobre las islas "cambió por completo" al viajar al archipiélago. "
No hay nada de Argentina sobre las islas. La gente come pescado y papafritras, cenan a las 6 pm, son británicos. Lo único que se parece remotamente a la Argentina es tal vez el paisaje árido que se asemeja a la Patagonia. Sé que es total y políticamente incorrecto hablar de este modo en la Argentina, y cuando lo hago, incluso entre gente de mi edad, la respuesta puede ser un silencio sepulcral", remarcó.
Los pensadores críticos. Tanto
Jorge Lanata como
Beatriz Sarlocomparten una visión contraria a la del Gobierno respecto de qué hacer con el reclamo malvineses. "La política de Argentina hacia las Malvinas es una locura, errática y sin sentido", dijo Lanata. "El bloqueo de los puertos es más de la misma locura. La Argentina necesita integrar a las islas, no aislarlas. Tenemos que afrontar el hecho de que hemos perdido la guerra. Malvinas no es parte de Argentina,
es parte de nuestra imaginación. Estamos tan cegados por años de retórica que no podemos ver la realidad", lanzó.
Sarlo, en tanto, sostiene: "La decisión de la dictadura, fue apoyada por una mayoría amplia. Hay un
tabú con respecto dal apoyo real a la guerra de parte de la mayoría de los argentinos, incluyendo a los políticos civiles. No todo se puede culpar a los militares. La sociedad argentina tiene que revisar su historia de entusiasmo frenético".
La estudiante Laura Sánchez concluyó: "Me temo que todo esto es sólo
propaganda nacionalista para encubrir los problemas reales como la pobreza."