EL mismo jefe militar brit, quien en su libro "No picnic" ponderó la combatividad de los argentinos en Malvinas, ahora dice:
El
Reino Unido perdería las Malvinas "si Argentina tomara
la base aérea de las islas", que quedaron vulnerables debido a los recortes del presupuesto de defensa, según afirmó el comandante de las fuerzas terrestres británicas durante la guerra de 1982 al diario
The Times.
En medio de una creciente tensión entre los dos países por la soberanía del archipiélago austral, el general de división
Julian Thompson declaró al periódico británico que, al contrario de lo ocurrido hace 30 años, el Reino Unido no podría defender las islas al carecer actualmente de
un portaaviones.
"Los argentinos tienen una brigada de infantería de marina. Tienen una brigada de paracaidistas y algunas buenas fuerzas especiales", declaró el militar en una entrevista con el
Times. "Todo lo que tienen que hacer es llevar a esa gente a las islas durante el tiempo necesario para
destruir los aviones Typhoon (de la Royal Air Force) y será el final", agregó.
Según el general de brigada, si las fuerzas argentinas destruyeran o se apoderaran de la única base militar de las islas, la de Mount Pleasant a unos 50 kilómetros de la capital, la única solución sería enviar una fuerza naval, como decidió hacer la entonces primera ministra
Margaret Thatcher hace 30 años. Salvo que en esta ocasión no habría portaaviones, pues el último, el "HMS Ark Royal" fue retirado del servicio en diciembre de 2010, a la espera de la construcción de dos nuevos portaaviones que estarán terminados hacia 2020.
"Hay que llevar su propio apoyo aéreo y no se puede hacer sin un portaaviones.
Fin de la historia", señaló Thompson en su entrevista.
La advertencia del general de brigada se produce en medio de una nueva escalada verbal entre Argentina y el Reino Unido por las Malvinas, a menos de un mes del 30 aniversario del inicio del conflicto. En tanto, Londres convocó la semana pasada al máximo representante diplomático argentino en la capital británica
para pedirle explicaciones por los recientes intentos de bloquear las exportaciones británicas y la decisión de
negar el acceso a dos cruceros en el puerto argentino de Ushuaia.