Avance islámico en Europa: musulmanes imponen la sharia en varias zonas de Dinamarca
La manera más conocida de los musulmanes para
amedrentar y subconscientemente lograr cierto dominio sobre las
sociedades occidentales, es la del terrorismo. Pero hay una forma
más sutil para influenciar sobre los pueblos que los acogen, es la
táctica demográfica.
Las mujeres musulmanas, a diferencia de las
occidentales, no usan anticonceptivos y son alentadas a parir numerosa prole.
Es común ver familias con 10 ó 12 hijos. Esa situación genera una
desproporción numérica en los lugares adonde emigran, y es usada para
imponerse sobre la sociedad anfitriona, para convertirse
eventualmente en mayoría. La maniobra es practicada en Israel por los
palestinos, en Líbano por los Chiitas y Sunitas, y en Europa, por los
mahometanos en general, donde ya suman 54 millones.
Hasta 1979 prácticamente no se veían musulmanes en
Copenhague.
Los daneses recibían cordialmente a los extranjeros,
sintiéndose orgullosos de su socialismo liberal que había derrocado
a los conservadores en 1929, y resaltaban por sus éxitos
socio-económicos.
Dinamarca se esforzó por ser una sociedad abierta donde
ofrecían a los recién llegados las mismas ventajas que a sus
connacionales. La criminalidad era bajísima, el nivel educativo
excepcional, y los acompañaba una admirable historia de humanismo y
multiculturalismo.
Para 1990 la población musulmana había crecido y no
mostraba ningún interés por integrarse a la sociedad danesa, más bien
empezó a condenar su liberal estilo de vida, al que consideran
decadente.
En un artículo publicado por Daniel Pipes y Lars
Hedegaard en el que pronosticaron que el problema migratorio explotaría en
Dinamarca, relataron:
"Los inmigrantes musulmanes constituyen el
cinco por ciento de la población, pero consumen el 40 por ciento de la
ayuda social".
"Los musulmanes son apenas cuatro por ciento de la
población danesa de 5.4 millones, pero forman la mayoría de los violadores
convictos, un asunto inflamable, considerando que prácticamente todas
sus víctimas son no-musulmanas. Similares proporciones se
manifiestan en otros crímenes".
Un estudio reciente muestra que sólo cinco por ciento
de los musulmanes contraen matrimonio con danesas. Las
costumbres islámicas obligan a que la hija de ambos se case con algún
pariente mahometano de lo contrario está sujeta a la pena de muerte, cosa
que lógicamente atemoriza a las escandinavas.
Los islamistas no tienen ningún respeto por las costumbres y normas del lugar, y predican abiertamente que introducirán las leyes coránicas cuando la población alcance mayor número.
Al ritmo actual, en 40 años uno de cada tres habitantes será musulmán.
No es entonces de extrañar, que en 2005 hubiera el
brote de violencia callejera por la publicación de las caricaturas de
Mahoma en la prensa danesa, que fue rematado con el ataque suicida a la
embajada de Dinamarca en Pakistán la semana pasada, del que Al
Qaeda se adjudicó la autoría.
En 2001, los daneses eligieron a su gobierno más
conservador en 70 años dejando atrás sus generosas ideas inmigratorias.
Hoy Dinamarca tiene las leyes más estrictas de Europa en ese campo,
lo que ha sido tildado de "racismo" por la prensa progre europea.
Hoy, si quieres ser danés, debes estudiar tres años el
idioma ; debes pasar un examen sobre historia y cultura de Dinamarca;
debes haber vivido siete años en el país para solicitar ciudadanía;
debes mostrar intención de trabajar, y debes tener un empleo
esperándote.
Si quieres traer una esposa, ambos cónyuges deben tener más de 24
años, y no te resultará tan fácil llevar contigo a tus familiares y
amigos. No podrás construir una mezquita en Copenhague, aunque tus
hijos tendrán alrededor de 30 escuelas de cultura y lengua árabe para
elegir.
En 2006, el Ministro de Empleo Claus Hjort Frederiksen,
explicó que los musulmanes han abusado del sistema de seguridad
social en tal medida, que eventualmente podrían llevar al estado a la
bancarrota.
La Ministra de Inmigración Rikke Hvilshoj destaca por
su firmeza en aplicar las leyes. Para testear a la ministra, el imán
radical Ahmed Abdel Rahman Abu Laban, le exigió una compensación
monetaria, "para aplacar la sed de venganza de la familia", por un
musulmán que fue asesinado en un suburbio. Hvilshoj desestimó la
demanda, ante lo que el imán arguyó que esa era la costumbre en la cultura
islámica. La ministra replicó que lo que se hace en los países
musulmanes no es necesariamente lo que se hace en Dinamarca. La
respuesta no se dejó esperar.
Prendieron fuego a su casa mientras dormía con su esposo e
hijos. Todos lograron salvarse, pero tuvo que mudarse a
un lugar secreto, y, tanto a ella como a otros ministros, por
primera vez les fueron asignados guardaespaldas, en un país donde la
violencia era inusual.
Lo que suceda en la próxima década, determinará si
Dinamarca sobrevive como un bastión de vida civilizada, con su elevado
sentido humanístico y responsabilidad social, o si se convertirá en una
nación en guerra civil contra los promotores de la Sariá.
http://www.minutodigital.com/2011/1...ropa-musulmanes-establecen-zonas-de-dinamarca-