Así mataban los soldados de Hitler

Un libro recoge inéditas escuchas secretas a los prisioneros alemanes

Revelan una sorprendente brutalidad gratuita

Jacinto Antón Barcelona 6 ABR 2012 - 00:19 CET503

Imagen de la ejecución de rehenes por la Wehrmacht / AP
Son algunos de los muchos testimonios terribles recogidos por los aliados en el marco de un programa de escuchas secretas sin precedentes que arrojó un material escalofriante sobre la forma de luchar y sobre todo de matar del Ejército alemán en la II Guerra Mundial. Ese conjunto de documentación inédito en buena parte ha sido diseccionado y estudiado ahora por dos investigadores alemanes, Sönke Neitzel, catedrático de historia moderna, y Harald Welter, psicólogo, ambos miembros del instituto de ciencias culturales de Essen, que han recogido su trabajo en el libro Soldaten (2011), recién publicado en España bajo el título Soldados del Tercer Reich, testimonios de lucha, muerte y crimen (Crítica, 2012).

Durante la II Guerra Mundial, Gran Bretaña y EE UU retuvieron a cerca de un millón de prisioneros alemanes (en las filas de la Wehrmacht combatieron 17 millones de soldados). De ellos varios millares fueron llevados a campos especiales preparados al efecto y sometidos a pormenorizadas escuchas. Cabe imaginar que a algunos de los oyentes les habrá costado mantener la frialdad profesional cuando oían por ejemplo explicar cómo el sargento primero berlinés Müller, tirador de precisión, se cargaba sistemáticamente en Francia a las mujeres que se acercaban con ramos de flores a los soldados liberadores aliados.​

El Centro de Interrogación Detallada de los Servicios Combinados (CSDIC) británico levantó 16.960 actas de lo escuchado a escondidas a los soldados alemanes que suman cerca de 50.000 páginas, mientras que los estadounidenses también extrajeron mucho material de 3.298 prisioneros cuidadosamente seleccionados de la Wehrmacht y las Waffen-SS y recluidos en Fort Hunt, Virginia. La diversidad de los espiados es completa, con todos los currículos militares imaginables, desde soldados ordinarios, de tropa corriente, hasta generales. Los miembros de las unidades de combate y particularmente de los submarinos y de la Luftwaffe están especialmente representados.​
Los prisioneros hablaban con total libertad entre ellos sin tener ni idea de que estaban siendo escuchados. Para animarlos, se introducía entre los cautivos a agentes, exiliados y prisioneros dispuestos a colaborar. Pero los mejores resultados se consiguieron colocando juntos a prisioneros de rangos similares y de la misma arma. Se pirraban los tíos por contarse unos a otros sus experiencias, sus vivencias de combate y los detalles técnicos de sus útiles de guerra, ya fueran aeroplanos, tanques, submarinos o morteros.​
Con las escuchas, los aliados pudieron formarse una idea muy exacta del estado, la moral y la táctica de todos los ámbitos del Ejército alemán así como de detalles técnicos de su armamento. Lo que no imaginaban los servicios secretos es que más de medio siglo después, los historiadores y psicólogos iban a encontrar un filón dorado –o más bien gris pánzer- en esa documentación. Neitzel se topó con los antiguos expedientes en el Archivo Nacional británico. “Había actas y más actas”, dice en el prólogo de su libro. “Quedé absorbido por la lectura de las conversaciones y me sentí transportado de inmediato al mundo interior de la guerra”.
Lo que más le sorprendió, dice, “fue la franqueza con la que hablaban de luchar, matar y morir”.
Autores como Joanna Bourke (An intimate history of killing, 1999) o Samuel Hynes (The soldier’s tale, 1997) ya nos habían mostrado qué fácil y hasta placentero puede ser matar para el soldado.
Y Wolfram Wette había revelado la culpabilidad homicida y criminal del Ejército regular alemán destripando el mito de una Wehrmacht limpia en contraposición a unas SS que se habrían encargado de las tareas sucias y de perpetrar los asesinatos en la II Guerra mundial (La Wehrmacht, Crítica, 2006).

Pero Neitzel y Welter van más allá en su forma de exponer y analizar el impulso violento de los soldados del III Reich.

Probablemente lo más perturbador de las escuchas es constatar que para matar no hacía falta estar especialmente adoctrinado ideológicamente ni brutalizado por la experiencia bélica. En los testimonios se oye a los militares explayarse sobre acciones terriblemente violentas de una gratuidad absoluta, llevadas a cabo en situaciones en las que no estaban sometidos a ningún estrés y cuando no llevaban suficiente tiempo luchando como para haberse librado de la capa de civilización que supuestamente impide cometer actos así.

Son ya extremadamente violentos de entrada, sin necesidad de ninguna introducción en la barbarie. Tipos que ni siquiera son especialmente nazis. Es como para perder la fe en el ser humano. “El acto de matar a otros y la violencia extrema pertenecen a la vida cotidiana del narrador y de sus interlocutores”, señala Welter. “No son nada extraordinario y hablan sobre ello durante horas al igual que hablan de aviones, bombas, ciudades, paisajes y mujeres”.

“Para mí, lanzar bombas se ha convertido en una necesidad”, dice un teniente de la Luftwaffe en una de las escuchas. “Emociona de lo lindo, es un sentimiento fantástico. Es tan bonito como cargarse a alguien a tiros”.

En otra conversación, un aviador comparte el placer de cazar soldados solitarios desde su aparato “y también gente común”, que “corría como loca en zigzag”. El piloto llevaba solo cuatro días de campaña de Polonia y ya sentía gusto al matar por el simple hecho de hacerlo, con indiferencia de a quién alcanzaba. “Violencia autotélica”, la denominan Neitzel y Welter, matar por matar.
Experimentar la sensación de ejercer ese último poder total, y sin castigo. “Esa clase de violencia no requiere de causa ni motivo”.

“Macho, ¡no sabes lo que me llegué a reír”, dice otro aviador que hacía saltar casas por los aires. Y otro: “Abatimos cuatro aviones de pasajeros”. “¿Íban armados?”. “Nones”. El teniente Hans Hartigs, del escuadrón de cazas 26, sobre un vuelo en el sur de Inglaterra: “Nos cargamos a mujeres y niños de cochecitos”. “Los dejamos a todos tiesos, secos. Hombres, mujeres, niños, los sacamos de la cama a todos”, cuenta el cabo paracaidista Büsing de sus acciones en Francia tras la invasión de los aliados.

A veces se esgrimen motivos de una irrelevancia atroz: “A un francés le pegué un tiro por detrás. Iba en bicicleta”. “¿Te quería capturar?”. “Ni por asomo. Era que yo quería la bicicleta”.

Soldados del Tercer Reich aprovecha el material de las escuchas para realizar una disección extraordinaria del Ejército alemán –desde el sistema de condecoraciones al trato a los prisioneros, la violencia sexual o las Waffen-SS, sin olvidar la participación de las unidades militares regulares en el genocidio judío o la diferencia de moral entre las diferentes armas-. La fe en Hitler –al que los soldados caracterizan con rasgos similares a los de una estrella del pop actual (!), la falta en general de conciencia entre las tropas de que se estuviera llevando a cabo una guerra racial como machacaba la propaganda, la importancia en cambio del grupo y la camaradería, el respeto que se daba a conceptos como el valor, la dureza y la disciplina y ¡al trabajo bien hecho!, o el juicio que se hace en las conversaciones de mandos como Rommel (“valiente, intrépido” pero “sin escrúpulos”), son algunas de las materias que examinan los autores.

Neitzel y Welter, que aportan ejemplos de militares de otras contiendas y sostienen que es un universal de la guerra que el soldado no necesita motivos para matar (“los motivos son indiferentes”, “mata porque es su función”), citan en el capítulo final el elocuente testimonio de un soldado alemán Willy Peter Reese, que cayó en la II Guerra Mundial. “El hecho de que fuéramos soldados bastaba para justificar los crímenes y las depravaciones y bastaba como base de una existencia en el infierno”.

Fuente: http://cultura.elpais.com/cultura/2012/04/05/actualidad/1333653434_008886.html

Nota.: El topic es "..... Imagenes del Imperio de la muerte" y ya las imágenes que conocemos del tema valen mas que mil palabras. No sabia si poner o no la nota, porque realmente además me parece espeluznante y angustiante.
Pero la nota destaca una imagen, y es la mente de estas bestias.​
 
hubo un frances que tambien aporto mucho a esta ideologia razista creo que habia luchado en la legion extrangera pero no me acuerdo el nombre si alguno lo sabe ponganlo.

Supongo que te referís a Gobineau, que escribió el Ensayo sobre la desigualdad de las razas humanas. Recibió la respuesta del antropólogo haitiano Anténor Firmin, que a su vez escribió Sobre la igualdad de las razas humanas.

Saludos thumbb
 

guido-f

Tanista-Derruidista
creo que era ese,hay un documental a mi parecer bastante bueno sobre el tercer reich se llama "la historia oculta del tercer reich" es muy viejo no se si alguien lo habra visto.
 

Leutnant

Colaborador
Colaborador
Puequeñísimos recuerdos de la época...

De algunas cartas antes de la huída a la que muchos se vieron obligados por el desastre que sobrevendría, rescaté unas estampillas y un pequeño Reichspfennig (éste último, obséquio de un estimado amigo). No és mucho, pero és parte de la historia.




Bisabuelos en la foto; como mucha gente, no llevaban nada y empezaron de 0. Ropas sin lujo en casas humildes... al menos estaban vivos, y no se quejaban, en Argentina encontraron trabajo y nadie los midió por raza o religión. Del otro lado del mar, el gran desastre estaba por empezar, mientras que otros ya habían muerto. El Führer se colaba hasta en las estampillas, con sus símbolos y aguilas... al mismo tiempo en que oleadas de personas se agolpaban en los puertos de toda Europa para escapar.


Saludos!!!
 
Última edición:
Dos imagenes que muestran como una sociedad cambia en poco tiempo
Pabellon Aleman en la exposicion universal Barcelona 1929 quiere mostrar una sociedad abierta y a la vanguardia del movimiento moderno




Paris 1937 unas imagenes son suficiente para lo que vivia la sociedad alemana




 
Releyendo Otras inquisiciones, encontré este breve texto de Borges, que retrata un poco la naturaleza del nazismo, y su existencia en la Argentina de esa época; dos temas que aquí se han tratado.



Anotación al 23 de agosto de 1944


Esa jornada populosa me deparó tres heterogéneos asombros: el grado físico de mi felicidad cuando me dijeron la liberación de París; el descubrimiento de que una emoción colectiva puede no ser innoble; el enigmático y notorio entusiasmo de muchos partidarios de Hitler. Sé que indagar ese entusiasmo es correr el albur de parecerme a los vanos hidrógrafos que indagaban por qué basta un solo rubí para detener el curso de un río; muchos me acusarán de investigar un hecho quimérico. Éste, sin embargo, ocurrió y miles de personas en Buenos Aires pueden atestiguarlo.

Desde el principio, comprendí que era inútil interrogar a los mismos protagonistas. Esos versátiles, a fuerza de ejercer la incoherencia, han perdido toda noción de que ésta debe justificarse: veneran la raza germánica, pero abominan de la América «sajona»; condenan los artículos de Versalles, pero aplaudieron los prodigios de Blitzkrieg; son antisemitas, pero profesan una religión de origen hebreo; bendicen la guerra submarina, pero reprueban con vigor las piraterías británicas; denuncian el imperialismo, pero vindican y promulgan la tesis del espacio vital; idolatran a San Martín, pero opinan que la independencia de América fue un error; aplican a los actos de Inglaterra el canon de Jesús, pero a los de Alemania el de Zarathustra.

Reflexioné, también, que toda incertidumbre era preferible a la de un diálogo con esos consanguíneos del caos, a quienes la infinita repetición de la interesante fórmula soy argentino exime del honor y de la piedad. Además, ¿no ha razonado Freud y no ha presentido Walt Whitman que los hombres gozan de poca información acerca de los móviles profundos de su conducta? Quizá, me dije, la magia de los símbolos París y liberación es tan poderosa que los partidarios de Hitler han olvidado que significan una derrota de sus armas. Cansado, opté por suponer que la novelería y el temor y la simple adhesión a la realidad eran explicaciones verosímiles del problema.

Noches después, un libro y un recuerdo me iluminaron. El libro fue el Man and Superman de Shaw; el pasaje a que me refiero es aquel del sueño metafísico de John Tanner, donde se afirma que el horror del Infierno es su irrealidad; esa doctrina puede parangonarse con la de otro irlandés, Juan Escoto Erigena, que negó la existencia sustantiva del pecado y del mal y declaró que todas las criaturas, incluso el diablo, regresarán a Dios. El recuerdo fue de aquel día que es perfecto y detestado reverso del 23 de agosto: el 14 de junio de 1940. Un germanófilo, de cuyo nombre no quiero acordarme, entró ese día en mi casa; de pie, desde la puerta, anunció la vasta noticia: los ejércitos nazis habían ocupado a París. Sentí una mezcla de tristeza, de asco, de malestar. Algo que no entendí me detuvo: la insolencia del júbilo no explicaba ni la estentórea voz ni la brusca proclamación. Agregó que muy pronto esos ejércitos entrarían en Londres. Toda oposición era inútil, nada podría detener su victoria. Entonces comprendí que él también estaba aterrado.

Ignoro si los hechos que he referido requieren elucidación. Creo poder interpretarlos así: Para los europeos y americanos, hay un orden -un sólo orden- posible: el que antes llevó el nombre de Roma y que ahora es la cultura del Occidente. Ser nazi (jugar a la barbarie enérgica, jugar a ser un viking, un tártaro, un conquistador del siglo XVI, un gaucho, un piel roja) es, a la larga, una imposibilidad mental y moral. El nazismo adolece de irrealidad, como los infiernos de Erígena. Es inhabitable; los hombres sólo pueden morir por él, mentir por él, matar y ensangrentar por él. Nadie, en la soledad central de su yo, puede anhelar que triunfe. Arriesgo esta conjetura: Hitler quiere ser derrotado. Hitler, de un modo ciego, colabora con los inevitables ejércitos que lo aniquilarán, como los buitres de metal y el dragón (que no debieron de ignorar que eran monstruos) colaboraban, misteriosamente, con Hércules.




Saludosthumbb
 
al que los soldados caracterizan con rasgos similares a los de una estrella del pop actual (!),
lo había señala en un post aquí mismo sobre Peiper: a los fanaticos nazis que lucharon en el frente el adoctrinamiento los transformaba en quinciañeras enamoradas de su rock star: Hitler, sencillo pero efectivo. Sobre el resto generalizaciones gratuitas y títulos rimbombantes para vender el libro.
 
Muy interesantes los ultimos mensajes e imagenes. les dejo un pequeño aporte, Noticiero aleman subtitulado en castellano, "Defensa aerea en el canal de la mancha por FW-190", la fecha es mayo de 1942.

( editado, cuenta de YUT borrrada)
 
Quisiera aprovechar este tema para hacer una pregunta, busco material de lectura algo "complicado", podia decirse?. Busco material (en cualquier idioma) sobre el punto de vista Alemán durante la Batalla de Berlín, busco lo que sea, algun libro, reportes, diarios, todo lo que haya. Se que la Batalla de Berlín no fue muy cubierta por los Alemanes, y muchas fotos y videos son Soviéticos, de los Alemanes se sabe poco y nada, generalmente se habla mucho del dia a dia en el Fuhrerbunker, de eso podria decir que ya se bastante, busco mas que nada material relacionado con los soldados Alemanes (y voluntarios extranjeros) en combate durante esta legendaria batalla, las unidades, sus movimientos, sus experiencias y los hombres al mando. Una vez leí que hay un diario de un Oficial de la Panzer-Division "Müncheberg" durante dicha batalla que cuenta el "dia a dia" en Berlin, ¿alguien sabe algo más?.


Desde ya, muchas gracias.


PD: 1.000 disculpas si hice esta petición en un tema equivocado!
 

Leutnant

Colaborador
Colaborador
Quisiera aprovechar este tema para hacer una pregunta, busco material de lectura algo "complicado", podia decirse?. Busco material (en cualquier idioma) sobre el punto de vista Alemán durante la Batalla de Berlín, busco lo que sea, algun libro, reportes, diarios, todo lo que haya. Se que la Batalla de Berlín no fue muy cubierta por los Alemanes, y muchas fotos y videos son Soviéticos, de los Alemanes se sabe poco y nada, generalmente se habla mucho del dia a dia en el Fuhrerbunker, de eso podria decir que ya se bastante, busco mas que nada material relacionado con los soldados Alemanes (y voluntarios extranjeros) en combate durante esta legendaria batalla, las unidades, sus movimientos, sus experiencias y los hombres al mando. Una vez leí que hay un diario de un Oficial de la Panzer-Division "Müncheberg" durante dicha batalla que cuenta el "dia a dia" en Berlin, ¿alguien sabe algo más?.


Desde ya, muchas gracias.


PD: 1.000 disculpas si hice esta petición en un tema equivocado!



Hola Torenico!

Acá te paso algunos títulos en castellano que podés pedir en librerías o bajarlos:


- (El infaltable): "Berlín, La Caída: 1945", de Antony Beevor, Editorial Planeta Deagostini.
- "Berlín a vida o muerte", de Miguel Ezquerra, Editorial García Hispán.
- "La Batalla de Berlín: Fin del Tercer Reich", de Earl Zimke, Editorial París/Match.
- "Berlín, el Crepúsculo de los Dioses", de Juan V. García, Editorial Galland Books


Luego, podés buscar en capitulos específicos de libros especializados en divisiones de combate, por ejemplo:


- "Las SS: Instrumento de Terror de Hitler", cap. "Cabalgada Mortal", texto de Gordon Williamson, Editorial Agata.
- "Raza de Vikingos". “Capítulo VII. El final de la Division Nordland, la batalla de Berlín”, de Erik Norling, Editorial García Hispán.
- "Carlomagno, Voluntarios Franceses". “Combatieron en Berlín y entraron en la Historia”, de Carlos.C Jurado, Editorial García Hispán.

Hay datos particulares de gente que estuvo en la batalla (civiles y militares) a lo largo de las páginas de los textos que te pasé. Así que, és cuestion de leér.
Espéro te sirva.



Saludos!!!
 
Hola Torenico!


Acá te paso algunos títulos en castellano que podés pedir en librerías o bajarlos:

- (El infaltable): "Berlín, La Caída: 1945", de Antony Beevor, Editorial Planeta Deagostini.
- "Berlín a vida o muerte", de Miguel Ezquerra, Editorial García Hispán.
- "La Batalla de Berlín: Fin del Tercer Reich", de Earl Zimke, Editorial París/Match.
- "Berlín, el Crepúsculo de los Dioses", de Juan V. García, Editorial Galland Books

Luego, podés buscar en capitulos específicos de libros especializados en divisiones de combate, por ejemplo:

- "Las SS: Instrumento de Terror de Hitler", cap. "Cabalgada Mortal", texto de Gordon Williamson, Editorial Agata.
- Raza de Vikingos. “Capítulo VII. El final de la Division Nordland, la batalla de Berlín”, de Erik Norling, Editorial García Hispán.
- "Carlomagno, Voluntarios Franceses". “Combatieron en Berlín y entraron en la Historia”, de Carlos.C Jurado, Editorial García Hispán.

Hay datos particulares de gente que estuvo en la batalla (civiles y militares) a lo largo de las páginas de los textos que te pasé. Así que, és cuestion de leér.
Espéro te sirva.



Saludos!!!

Muchisimas gracias Leutnant!, sin duda me va a mantener ocupado por un largo tiempo!
 

Leutnant

Colaborador
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Algunas imágenes del levantamiento del ghetto judío de Varsovia en 1944...


Warschauer Aufstand. Artilleros de las SS abren fuego sobre edificaciones del ghetto


La destrucción de un bloque de viviendas...




Tropas de las SS observan los cuerpos de personas que se lanzan por las ventanas de los edificios en llamas...





El SS-Brigadenführer Jürgen Stroop -al centro de la imagen- junto a sus hombres. Durante la operación de limpieza dirigida por él mismo en el ghetto de Varsovia, habia hecho prisioneros o asesinado a 37.359 judios, segun sus propios calculos. Cuando le preguntaron después de la guerra si se arrepentía de su comportamiento, Stroop contestó: "Todos los hombres de verdad en aquellos días, es decir los hombres fuertes, se comportaron como yo lo hice". Fué ejecutado por sus crímenes en 1952.


Civiles judíos son cacheados a las afueras de un bunker...




Ejecutados


Interrogatorio...





Mujeres combatientes del ghetto capturadas...



Haciendo guardia junto a los escombros...


Policías de la SS -voluntarios ucranianos- contemplan a civiles ejecutados; luego se reunen en formación...




Cabecillas de los trabajadores de la firma Brauer son capturados e interrogados por la SS...






Un escuadrón de asalto de las SS camina por las calles del ghetto en llamas...



El fín del levantamiento. Las tropas nazis escoltan a los últimos supervivientes de los civiles alzados en armas...













Saludos!!!
 
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