Proyecto Gaucho
- Tema iniciado THX.1138
- Fecha de inicio
Muy caro... prefiero esperar al misil de CITEFA, si es que no queda en el tablero.
KF86
Colaborador
Arminio, desarrollar un misil no es cuestion de 2 o 3 años, lleva siendo optimistas al menos una decada poder alcanzar un nivel standard de sistemas modernos,
"El sábado 29 de abril del 2007, en el Grupo de Artillería Paracaidista 4, se realizó una prueba del prototipo del vehículo “Gaucho”, que consistió en el arrastre de un obús 105 mm Otto Melara. La prueba se cumplió exitosamente y sin dificultad con una carga de 1.250 kilogramos y en terrenos de diversas características".
fuente: www.ejercito.mil.ar
saludos.- n i c o l a s
fuente: www.ejercito.mil.ar
saludos.- n i c o l a s
Tambien puede ser el NAG India aunque no se el precio. Si se instala un misil de guia semiactiva en el gaucho este tiene que estar en una posicion ventajosa siempre.
En las escasas horas que permaneció en la capital paulista mientras aterrizaba procedente de Caracas y partía para Asunción, García destacó que la visita de Lula, que se inicia hoy por la noche, dará impulso a un proyecto binacional: fabricar en escala industrial el vehículo militar "Gaucho" desarrollado por los Ejércitos de Argentina y Brasil.
Es un 4x4 diseñado en 2004 y del que ya existen dos prototipos probados por las dos fuerzas. Es aerotransportable y sirve también para usos civiles. La apuesta es "aumentar los recursos nacionales en materia de Defensa pero también colaborar al desarrollo de una industria autopartista binacional".
El asesor de Lula reveló que el jefe de Estado brasileño quiere aprovechar la cena de hoy con la presidenta Cristina Fernández y su esposo para relatarle los resultados de su reciente visita a Colombia, en la que celebró un acuerdo en materia de defensa con Alvaro Uribe y con el peruano Alan García.
Clarin
Es un 4x4 diseñado en 2004 y del que ya existen dos prototipos probados por las dos fuerzas. Es aerotransportable y sirve también para usos civiles. La apuesta es "aumentar los recursos nacionales en materia de Defensa pero también colaborar al desarrollo de una industria autopartista binacional".
El asesor de Lula reveló que el jefe de Estado brasileño quiere aprovechar la cena de hoy con la presidenta Cristina Fernández y su esposo para relatarle los resultados de su reciente visita a Colombia, en la que celebró un acuerdo en materia de defensa con Alvaro Uribe y con el peruano Alan García.
Clarin
Mmmm... en este caso tendría que ser "fire and forget"... sino estás muerto.
El Spike y el Nag son dispara y olvida. La gran mayoria de los ATM son subsonicos o sonicos por lo que a unos 3000 m se tardan 10 seg en llegar por lo que si no estan en un vehiculo de combate directo no es conveniente estar todo ese tiempo iluminando el blanco por el simple hecho que un disparo de 120 o 125 mm es mucho más rapido que cualquier misil.
S
SnAkE_OnE
tampoco te vas a exponer de semejante manera..ademas es relacion del comandante ver a que distancia se debe o en que situacion atacar o no, especialmente en relacion al factor sorpresa
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Colaborador
Cristina recibe a Lula en la Rosada y buscan limar asperezas
08:27
La semana pasada hubo roces porque Brasil se alineó con EE.UU. y Europa para abrir más las economías al comercio global. Y Argentina se opuso. Anoche cenaron junto a Kirchner en la Embajada brasileña.
Por: Eleonora Gosman
Entró en el Palacio Pereda, residencia del embajador brasileño en Buenos Aires, apenas pasadas las 20.30 y se dirigió con su marido al encuentro con el anfitrión: su colega Lula da Silva la aguardaba junto a los cinco ministros que integran su comitiva. Cristina Fernández se dio tiempo para mostrarse sonriente con el jefe de Estado vecino ante camarógrafos y fotógrafos. A la Presidenta la seguían no sólo su esposo, Néstor Kirchner, sino algunos colaboradores clave de su Gabinete, como el ministro coordinador, Sergio Massa, y el canciller Jorge Taiana. También estaba el gobernador Daniel Scioli.
Era la primera vez que Fernández entraba en ese lujoso palacete del siglo XIX como jefa de Estado. Había estado hacía dos años como primera dama. Su esposo, en cambio, nunca pisó el edificio mientras gobernó el país. Por eso, el de ayer fue todo un gesto. De paso, subrayaba los lazos indestructibles que el Estado argentino pretende construir con la principal economía sudamericana.Anoche se vieron las caras luego de los roces de la semana pasada, cuando Brasil se alineó con EE.UU. y Europa para abrir más las economías al comercio global. Y Argentina se opuso.
En el palacio, junto a Lula se encontraban ministros clave de su gabinete: la jefa de la Casa Civil, Dilma Rousseff; el canciller Celso Amorim; el ministro de Defensa, Nelson Jobim, y el de Industria, Miguel Jorge. Además, estaba el inseparable asesor en asuntos internacionales Marco Aurelio García. Entre tanto, a unas cuadras de distancia, las cúpulas de la Federación de Industrias de San Pablo y de la Unión Industrial Argentina tuvieron su propia cumbre. Los temas discutidos en uno y otro lugar fueron casi los mismos. Desde hace tiempo, Lula ha convertido cada viaje suyo en una especie de "abrepuertas" de nuevos negocios para los principales grupos económicos brasileños.
Así lo hizo en Bogotá el 19 de julio último y lo repite ahora. Pero aquí los intereses brasileños son muchísimo mayores: con US$ 8.000 millones de inversión directa y un comercio bilateral próximo a US$ 50.000 millones, cae de maduro el peso específico de Cristina. A pesar de las interrelaciones, que hacen difícil desandar el camino de la integración entre los dos países y en el Mercosur, éste dista de ser el "mejor momento" de las relaciones argentino-brasileñas como le gusta decir a Lula. Aun cuando el canciller Taiana, en una breve entrevista que dio en Aeroparque, habló del "objetivo explícito de esta visita, que es fortalecer las relaciones entre los empresariados de los dos países".
Lo cierto es que ayer Cristina y Lula tuvieron que abordar algunas rispideces. Por ejemplo, el último enfrentamiento que protagonizaron los dos países, en uno de los mayores foros mundiales: la Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio. Ayer debieron sincerarse: a la Argentina le preocupa la creciente distancia de sus propias empresas respecto de la madurez demostrada en el mundo por los grandes grupos económicos brasileños. Eso genera distintas visiones del comercio mundial. Mientras el gobierno de Cristina basa su estrategia en proteger a los sectores manufactureros con un tipo de cambio muy devaluado y aranceles altos para trabar importaciones, Brasil ya está en condiciones de abrir más su economía y proyectar sus grandes empresas a la escena global.
Esta divergencia hará difícil consensuar estrategias de apertura al mundo dentro del Mercosur. Sobre todo porque Lula quiere marchar rápido a un acuerdo de libre comercio con EE.UU. y necesita para eso el consenso argentino. Como contrapartida, los presidentes tratarán de vestir con sedas y plumas a la alianza bilateral. Hasta ahora no les fue fácil. Ya van media docena de encuentros entre la Presidenta y su colega brasileño. Sin embargo, hubo pocos avances. Se habla de cooperación nuclear, pero todo indica que fracasaron hasta ahora los esfuerzos. Tal vez sea menos complicado avanzar en la propuesta de fabricar en escala industrial el vehículo 4x4 de uso militar llamado Gaucho, un proyecto de los dos Ejércitos.
La presencia de la ministra Dilma Rousseff podría garantizar que se concreten algunas iniciativas como la central hidroeléctrica binacional de Garabí. Ahora piensan adelantarla para 2010, el último año del gobierno de Lula. Otra sombra se proyectaba sobre esta cita bilateral: el deseo de Kirchner de introducir en algún momento de hoy una tripartita en la que participaría el venezolano Hugo Chávez. Del lado brasileño había gran resistencia.
http://www.clarin.com/diario/2008/08/04/um/m-01729738.htm
08:27
La semana pasada hubo roces porque Brasil se alineó con EE.UU. y Europa para abrir más las economías al comercio global. Y Argentina se opuso. Anoche cenaron junto a Kirchner en la Embajada brasileña.
Por: Eleonora Gosman
Entró en el Palacio Pereda, residencia del embajador brasileño en Buenos Aires, apenas pasadas las 20.30 y se dirigió con su marido al encuentro con el anfitrión: su colega Lula da Silva la aguardaba junto a los cinco ministros que integran su comitiva. Cristina Fernández se dio tiempo para mostrarse sonriente con el jefe de Estado vecino ante camarógrafos y fotógrafos. A la Presidenta la seguían no sólo su esposo, Néstor Kirchner, sino algunos colaboradores clave de su Gabinete, como el ministro coordinador, Sergio Massa, y el canciller Jorge Taiana. También estaba el gobernador Daniel Scioli.
Era la primera vez que Fernández entraba en ese lujoso palacete del siglo XIX como jefa de Estado. Había estado hacía dos años como primera dama. Su esposo, en cambio, nunca pisó el edificio mientras gobernó el país. Por eso, el de ayer fue todo un gesto. De paso, subrayaba los lazos indestructibles que el Estado argentino pretende construir con la principal economía sudamericana.Anoche se vieron las caras luego de los roces de la semana pasada, cuando Brasil se alineó con EE.UU. y Europa para abrir más las economías al comercio global. Y Argentina se opuso.
En el palacio, junto a Lula se encontraban ministros clave de su gabinete: la jefa de la Casa Civil, Dilma Rousseff; el canciller Celso Amorim; el ministro de Defensa, Nelson Jobim, y el de Industria, Miguel Jorge. Además, estaba el inseparable asesor en asuntos internacionales Marco Aurelio García. Entre tanto, a unas cuadras de distancia, las cúpulas de la Federación de Industrias de San Pablo y de la Unión Industrial Argentina tuvieron su propia cumbre. Los temas discutidos en uno y otro lugar fueron casi los mismos. Desde hace tiempo, Lula ha convertido cada viaje suyo en una especie de "abrepuertas" de nuevos negocios para los principales grupos económicos brasileños.
Así lo hizo en Bogotá el 19 de julio último y lo repite ahora. Pero aquí los intereses brasileños son muchísimo mayores: con US$ 8.000 millones de inversión directa y un comercio bilateral próximo a US$ 50.000 millones, cae de maduro el peso específico de Cristina. A pesar de las interrelaciones, que hacen difícil desandar el camino de la integración entre los dos países y en el Mercosur, éste dista de ser el "mejor momento" de las relaciones argentino-brasileñas como le gusta decir a Lula. Aun cuando el canciller Taiana, en una breve entrevista que dio en Aeroparque, habló del "objetivo explícito de esta visita, que es fortalecer las relaciones entre los empresariados de los dos países".
Lo cierto es que ayer Cristina y Lula tuvieron que abordar algunas rispideces. Por ejemplo, el último enfrentamiento que protagonizaron los dos países, en uno de los mayores foros mundiales: la Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio. Ayer debieron sincerarse: a la Argentina le preocupa la creciente distancia de sus propias empresas respecto de la madurez demostrada en el mundo por los grandes grupos económicos brasileños. Eso genera distintas visiones del comercio mundial. Mientras el gobierno de Cristina basa su estrategia en proteger a los sectores manufactureros con un tipo de cambio muy devaluado y aranceles altos para trabar importaciones, Brasil ya está en condiciones de abrir más su economía y proyectar sus grandes empresas a la escena global.
Esta divergencia hará difícil consensuar estrategias de apertura al mundo dentro del Mercosur. Sobre todo porque Lula quiere marchar rápido a un acuerdo de libre comercio con EE.UU. y necesita para eso el consenso argentino. Como contrapartida, los presidentes tratarán de vestir con sedas y plumas a la alianza bilateral. Hasta ahora no les fue fácil. Ya van media docena de encuentros entre la Presidenta y su colega brasileño. Sin embargo, hubo pocos avances. Se habla de cooperación nuclear, pero todo indica que fracasaron hasta ahora los esfuerzos. Tal vez sea menos complicado avanzar en la propuesta de fabricar en escala industrial el vehículo 4x4 de uso militar llamado Gaucho, un proyecto de los dos Ejércitos.
La presencia de la ministra Dilma Rousseff podría garantizar que se concreten algunas iniciativas como la central hidroeléctrica binacional de Garabí. Ahora piensan adelantarla para 2010, el último año del gobierno de Lula. Otra sombra se proyectaba sobre esta cita bilateral: el deseo de Kirchner de introducir en algún momento de hoy una tripartita en la que participaría el venezolano Hugo Chávez. Del lado brasileño había gran resistencia.
http://www.clarin.com/diario/2008/08/04/um/m-01729738.htm
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Colaborador
Aviones, un vehículo militar y obra pública, en la agenda empresarial
Embraer quiere venderle aeronaves a Aerolíneas. Y buscan impulsar el "Gaucho".
Por: Eleonora Gosman
En el Hilton, anoche ocurría otro encuentro para invitados selectos. De un lado se sentaron Paulo Skaf, el titular de la Federación de Industrias del Estado de San Pablo, con los popes del empresariado brasileño. Del otro, Juan Carlos Lascurain, de la Unión Industrial Argentina, con los grandes ejecutivos. Curiosamente, empezó a la misma hora que la cita entre los presidentes Lula da Silva y Cristina Kirchner. Prevista inicialmente para 30 personas, en el restaurante tuvieron que ampliar la capacidad de comensales: fueron en total 90.
Desde hace tiempo, el presidente Lula da Silva viaja acompañado por nutridas misiones empresariales. Pero este encuentro entre los dirigentes de las entidades industriales no formaba parte de la agenda original. Ocurre que tanto la Fiesp como la UIA tienen agenda propia, con muchos temas para intercambiar. Tal vez el más delicado sean las negociaciones que se avecinan del Mercosur con Estados Unidos y con la Unión Europea. Hay muchos intereses en juego en esa posibilidad de ampliar la oferta para mercados de las grandes potencias.
Con Lula da Silva llegaron en esta gira más de 200 ejecutivos de las mayores firmas brasileñas. Entre ellos están los grandes contratistas de obras públicas, como las constructoras Odebrecht y Camargo Correa. Pero también trae al jefe máximo de Petrobras, José Gabrieli.
Al avión también subieron a los directivos de Embraer, la fabricante de aviones de Brasil que ve con interés nuevos negocios que se pueden abrir en Argentina; básicamente, la perspectiva de vender aeronaves a Aerolíneas (AA). Una versión indicó que la operación podría contar con ayuda del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES). Pero consultados por la prensa los directivos de la entidad no confirmaron ni desmintieron.
De cualquier manera, como Embraer es una empresa brasileña y encima de gran tamaño, le sobran requisitos para recibir esa clase de financiación pública. Claro que todo va a depender del monto que represente, sobre todo porque cada aeronave de las que deberían ser provistas a AA tiene un costo de entre 70 y 90 millones de dólares. Clarín supo por fuentes de Embraer que la fabricante aspira a poder avanzar rápidamente. "Sería una gran oportunidad", le manifestaron a este diario. De concretarse, sería entonces factible que la brasileña le venda los aviones.
Vienen también sectores de la metalmecánica brasileña, atraídos por la posibilidad de que finalmente los presidentes Lula y Cristina consigan cerrar la fabricación del vehículo militar Gaucho ya desarrollado conjuntamente por los Ejércitos de los dos países.
Los cinco ministros que acompañan a Lula demuestran la importancia económica que el presidente brasileño le da a este encuentro. En Argentina ya hay tres obras públicas donde participan empresas brasileñas y están en la fila siete contratos más. Brasil es el principal inversor externo de la Argentina y eso juega cuando se definen licitaciones.
http://www.clarin.com/diario/2008/08/04/elpais/p-01729488.htm
Embraer quiere venderle aeronaves a Aerolíneas. Y buscan impulsar el "Gaucho".
Por: Eleonora Gosman
En el Hilton, anoche ocurría otro encuentro para invitados selectos. De un lado se sentaron Paulo Skaf, el titular de la Federación de Industrias del Estado de San Pablo, con los popes del empresariado brasileño. Del otro, Juan Carlos Lascurain, de la Unión Industrial Argentina, con los grandes ejecutivos. Curiosamente, empezó a la misma hora que la cita entre los presidentes Lula da Silva y Cristina Kirchner. Prevista inicialmente para 30 personas, en el restaurante tuvieron que ampliar la capacidad de comensales: fueron en total 90.
Desde hace tiempo, el presidente Lula da Silva viaja acompañado por nutridas misiones empresariales. Pero este encuentro entre los dirigentes de las entidades industriales no formaba parte de la agenda original. Ocurre que tanto la Fiesp como la UIA tienen agenda propia, con muchos temas para intercambiar. Tal vez el más delicado sean las negociaciones que se avecinan del Mercosur con Estados Unidos y con la Unión Europea. Hay muchos intereses en juego en esa posibilidad de ampliar la oferta para mercados de las grandes potencias.
Con Lula da Silva llegaron en esta gira más de 200 ejecutivos de las mayores firmas brasileñas. Entre ellos están los grandes contratistas de obras públicas, como las constructoras Odebrecht y Camargo Correa. Pero también trae al jefe máximo de Petrobras, José Gabrieli.
Al avión también subieron a los directivos de Embraer, la fabricante de aviones de Brasil que ve con interés nuevos negocios que se pueden abrir en Argentina; básicamente, la perspectiva de vender aeronaves a Aerolíneas (AA). Una versión indicó que la operación podría contar con ayuda del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES). Pero consultados por la prensa los directivos de la entidad no confirmaron ni desmintieron.
De cualquier manera, como Embraer es una empresa brasileña y encima de gran tamaño, le sobran requisitos para recibir esa clase de financiación pública. Claro que todo va a depender del monto que represente, sobre todo porque cada aeronave de las que deberían ser provistas a AA tiene un costo de entre 70 y 90 millones de dólares. Clarín supo por fuentes de Embraer que la fabricante aspira a poder avanzar rápidamente. "Sería una gran oportunidad", le manifestaron a este diario. De concretarse, sería entonces factible que la brasileña le venda los aviones.
Vienen también sectores de la metalmecánica brasileña, atraídos por la posibilidad de que finalmente los presidentes Lula y Cristina consigan cerrar la fabricación del vehículo militar Gaucho ya desarrollado conjuntamente por los Ejércitos de los dos países.
Los cinco ministros que acompañan a Lula demuestran la importancia económica que el presidente brasileño le da a este encuentro. En Argentina ya hay tres obras públicas donde participan empresas brasileñas y están en la fila siete contratos más. Brasil es el principal inversor externo de la Argentina y eso juega cuando se definen licitaciones.
http://www.clarin.com/diario/2008/08/04/elpais/p-01729488.htm
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