NPo ‘Almirante Maximiano’ retorna después de 6 meses en la Antártica
El navío de investigación antártico Almirante Maximiano retornó hoy (18) a la capital fluminense concluyendo su participación en la trigésima primera Operación Antártica (OPERANTAR) brasileña. El navío quedó más de seis meses en el mar y sustituyó la Estación Antártica Comandante Ferraz, destruida por un incendio en febrero de 2012, como principal base de los investigadores brasileños en este verano.
Según la Marina, 105 investigadores se revezaram en ese periodo, usando los cinco laboratorios del navío y utilizándolo como medio de locomoção por las diversas islas de la Antártica. Especialista en el estudio de aves, la investigadora Maria Virgínia Petry, que participa de misiones antárticas desde 1984, dijo que algunas investigaciones fueron perjudicadas con la falta de una base en tierra.
Ese, sin embargo, no fue el caso del proyecto de la investigadora, que utiliza los refugios brasileños existentes en islas como la Elefante. “Muchas investigaciones que eran desarrolladas en la base no pudieron ser desarrolladas este año. En nuestro caso, la estación servía de apoyo para ir a los puntos de reproducción aviar. La gente tuvo ese apoyo con el navío y cumplimos 120% del que estaba previsto para este año”, dijo la científica.
En consonancia con el comandante Newton Pinto Hombre, el navío pudo usar íntegramente su potencial porque sustituyó, en parte, la estación Comandante Ferraz. “Este año, tuvo muy más actividades a bordo. Los cinco laboratorios quedaban siempre lotados, con mucha gente trabajando. Como comandante de un navío de investigación, me da mucha satisfacción ver el navío siendo usado a 100% por los investigadores”, dijo.
El militar, que participó de su segunda misión como comandante del navío de investigación, cuenta que la embarcación también fue usada para llevar científicas a los abrigos esparcidos por las islas. Y fue justamente en una de esas movimentações, prójimo a la Isla Elefante, que el navío pasó por su momento más difícil en la misión de este verano.
“La cantidad de hielo estaba muy grande. Y, durante un procedimiento de investigación, me vi cercado por un campo de hielo. Fueron 18 horas directo de navegación en medio a un campo de hielo denso por 70 millas. Yo navegué a 4 kilómetros por hora. A pie yo habría ido más rápido. Fue una situación difícil que exigió bastante del navío”, dijo.
Según el comandante, en una situación extrema, aún con la capacidad de quebrar hielo, el navío podría haber quedado preso por algún tiempo. “Pero como era en medio del verano, aunque el hielo me prendiera, me prendería por poco tiempo. La preocupación era dar una pancada más fuerte en el hielo para no herir la chapa del navío”, dijo.
Para algunos de los 81 tripulantes, sin embargo, navegar en medio al hielo ni fue el mayor desafío. Los meses que pasó lejos de la familia, el militar Eduardo Canejo perdió, por ejemplo, el nacimiento de sus bebés gemelos, que nacieron 11 días tras el navío zarpar de Río de Janeiro.
Lo retorno a la ciudad no fue sólo un reencontro, pero el momento en que cogió sus hijos, ya con seis meses de edad, por primera vez. “Son mis primeros hijos. Luego dos. No pude contener la emoción en ese momento. Quedé muy nervioso. Pero estoy feliz que ellos están con salud y la familia está toda bien”, dijo.
La prójima Operantar será realizada a finales de este año. Esta vez, los investigadores ya podrán contar con los módulos emergenciais implantados en el área donde quedaba la antigua Estación Comandante Ferraz. Los módulos abrigarán los científicos hasta que una nueva estación sea reconstruida.
FUENTE: EXAME