se utilizan varios metodos, y continuamente se van cambiando los mismos, aca se pude observar, el uso d avionetas que ingresaron a territorio argentino, camiones y camionetas que llegaron hasta la Ciudad de la Plata
La ruta. Según acreditó la Justicia, la droga ingresaba en avionetas durante los fines de semana y aterrizaban en pistas clandestinas de fincas ubicadas en la localidad de Santa Clara, en la provincia de Jujuy. Que serían propiedad del detenido empresario sampedrino. También a lomo de burro por la provincia de Salta.
La operación denominada “tomatito blanco” tuvo sus primeros resultados luego de varios días de inteligencia policial de ambas fuerzas, realizadas desde los montes aledaños a las fincas involucradas en el contrabando, propiedad del empresario. Según fuentes cercanas a la investigación, los fines de semana en horas de la noche, aterrizaban avionetas cargadas de cocaína provenientes de países como Bolivia y Colombia.
Una vez que la droga ingresaba a suelo argentino, con un peso aproximado a los mil kilos de cocaína por viaje, se embalaba en camiones con doble fondo en la caja o acoplados, que llegaban hasta la ciudad de Rosario y al Mercado Central de Buenos Aires, camuflada en camiones cargados de cajones de tomates. Se estima que esta organización, con su núcleo principal en la ciudad de San Pedro de Jujuy, sería la responsable del ingreso al país de miles de toneladas de cocaína provenientes de países limítrofes, principalmente de Colombia, que posteriormente eran distribuidas en Buenos Aires y de allí partía a Europa.
Desde Rosario o desde el Mercado Central, una parte de la droga era fraccionada y trasladada en autos de alta gama a La Plata y el conurbano bonaerense. El resto, partía rumbo a Europa.
El detenido Lezcano, alias ‘Tomatito’, de 45 años, está sindicado como una pieza muy importante en la estructura de la banda de narcos que conformarían argentinos, colombianos y bolivianos a nivel internacional. Tiene contactos con gente de Buenos Aires, a quienes surtían con los cargamentos de drogas desde territorio jujeño.
De las investigaciones surgió que en una de las fincas, tenía hasta una pista clandestina (“hechiza” en lenguaje narco) para que aterricen en algunas ocasiones avionetas que transportaban desde Colombia y otras desde Bolivia, la cocaína. En otras ocasiones las tiraban en los sembradíos que luego recogían en camionetas, para acopiar y una vez que recibían los pedidos vía celulares con mensajes en clave, como “ché, tenés del platense o el perita” (tomate). Se referían si los narcóticos eran colombianos o bolivianos. El acopiador contestaba “hay de los dos.” Entonces pedían, “mandame tantos cajones (y ponía la cifra de cantidad de kilos de la cocaína).”
En otras oportunidades los mensajes decían. “Ché, necesito mucho, tengo que hacer dulce, para un cliente de afuera.” La respuesta: “bueno, decime cuánto necesitas y andá mandando los camiones, mira que hay que repartir el kilaje bien entre los ejes, para que no jodan en las balanzas.” Se referían al peso de la carga neta que debe llevar cada camión entre eje y eje. Y así cientos de mensajes, como los pedidos que hacían para que las avionetas lleguen a destino.
En otro de los allanamientos fue detenido César Sánchez Paz, alias “Max”, quien sería el cabecilla bonaerense de la banda y uno de los cerebros en la organización de la logística narcocriminal. El sospechoso es asistido por el abogado platense Juan Ignacio Monti, quien el próximo lunes viajará a Jujuy para comenzar a desarrollar la estrategia defensista.
En otra de las pruebas documentales obtenidas en base a escuchas telefónica, se oye a Lezcano indicarle a un empleado “acomodá las mochilas azules por un lado y las amarillas por otro.” Para de defensa se tratan de los equipos de fumigación y fertilización de las plantaciones de tomate que se dividen en colores para no mezclar los agroquímicos. Pero los investigadores hicieron otra lectura de la escucha. Se tratarían de los distintos precursores químicos utilizados para procesar y cocinar la droga.
Las miles de miles de causas por narcotráfico en el país, siempre hicieron foco en la detención, procesamiento y condena de conexiones locales. Una de las aristas más difíciles para los investigadores es poder desandar el camino criminal completo de los narcos. En esta investigación, además de la conexión local, los instructores lograron ir más allá del dealer barrial o distribuidor zonal. Creen que están haciendo caer el velo hasta los pies de un tramo importante de una mega organización internacional.
La causa está radicada en el juzgado Federal del Partido de Tres de Febrero, provincia de Buenos Aires, a cargo del magistrado Juan Manuel Culotta.