A pesar de los prejuicios, las mujeres brasileñas pasan al frente militar
El cupo femenino en las FF.AA. creció 205% en 14 años; sólo en la aeronáutica se les permite combatir
Dilma, rodeada de militares, durante su asunción. Foto: AFP
RÍO DE JANEIRO.- Una revolución silenciosa está ocurriendo en las fuerzas armadas de Brasil, que desde la llegada al poder de
Dilma Rousseff, hace cuatro años, tienen por primera vez a una mujer como
comandante en jefe. En forma paralela, en los últimos 14 años, ha aumentado en un 205% el número de mujeres militares, pese a que a la mayoría aún no se les permite acceder a puestos de combate.
"El crecimiento del número de mujeres en las fuerzas armadas brasileñas ha sido sorprendente en los últimos años; se triplicó desde 2001, cuando sumaban 7804 militares. Hoy hay 23.787 mujeres distribuidas entre el ejército, la aeronáutica y la marina, aunque siguen representando un porcentaje pequeño de las fuerzas armadas, apenas un 7%", señaló a LA NACION la investigadora Renata Giannini, del Instituto Igarapé, especializado en cuestiones de seguridad pública, que recientemente publicó un estudio sobre el tema.
En su informe, Giannini destacó que durante el mismo período analizado la cantidad de hombres militares aumentó mucho menos, un 30%: se pasó de 258.958 a 335.348 efectivos.
"El aumento de las mujeres es el resultado de una mayor apertura de las fuerzas armadas, aunque esto no significa que estén totalmente abiertas. Todavía las mujeres no pueden ingresar a todas las especialidades y, salvo en la aeronáutica, donde sí hay mujeres pilotos de aviones de caza, no tienen acceso a armas de combate, como sí sucede desde hace tiempo en otros países sudamericanos, como la Argentina, Colombia, Chile o Uruguay", advirtió Giannini, experta en Asuntos Internacionales.
La aeronáutica es la fuerza que cuenta con más mujeres en sus filas: 9927. Así, la mayor parte de las mujeres militares brasileñas, que tienen vedada la entrada a cuerpos de artillería y caballería, deben hoy conformarse con atender cuestiones relacionadas con la salud y los servicios administrativos de las fuerzas armadas. Son médicas, dentistas, enfermeras, ingenieras, abogadas, traductoras e intérpretes. Este panorama deberá cambiar a partir de 2017, plazo que dio la ley sancionada por Dilma en 2012 para que las tres fuerzas acepten por completo a las mujeres en sus academias militares.
Al asumir su segundo mandato como presidenta, el 1° de enero, la propia Dilma resaltó su cualidad femenina. "Siento alegría por haber vencido los desafíos y honrado el nombre de la mujer brasileña. El nombre de millones de mujeres guerreras, mujeres anónimas que vuelven a ocupar, encarnadas en mi figura, el más alto puesto de nuestra gran nación", dijo en su discurso.
Más allá del cargo de Dilma como comandante en jefe de las fuerzas armadas, en el tope de la jerarquía militar brasileña hay actualmente sólo una oficial general, la contralmirante de la marina Dalva Mendes, ascendida por la mandataria en 2012. Médica de profesión, Mendes fue una de las pioneras militares cuando en 1980 ingresó al recién creado Cuerpo Auxiliar Femenino de Reserva de la marina.
"Fue una oportunidad imperdible, que agarré con fervor. Al final, aprendí a amar el mar y a creer en los sueños y aspiraciones que tenía con mi padre, y éste es un sueño realizado. La mujer, como resultado de sus papeles de madre y esposa, también desarrolla habilidades muy necesarias para cualquier ambiente profesional, como la empatía, la flexibilidad, la firmeza en la medida correcta y la capacidad de mediación. Estas características también son aplicables y necesarias en las más variadas actividades de la vida militar, además de que favorecen el ejercicio del liderazgo", explicó a este diario Mendes, de 58 años, madre de dos hijos y directora del Centro de Investigaciones Médicas de la marina, en Río de Janeiro.
Sin embargo, para la investigadora Giannini, quedan por vencer muchos obstáculos en las barracas para que las mujeres puedan llegar a la cima de las fuerzas armadas.
"El principal obstáculo que sufren las mujeres son los prejuicios. Los hombres militares todavía tienen dificultades en entender cuáles son las posibilidades y las ventajas que las fuerzas armadas tendrían para incorporar más mujeres. Aún se ve la función militar como una cuestión de hombres. Es importante incorporar la visión femenina en temas de seguridad y violencia", indicó, y destacó que, por ejemplo en las misiones de paz de las Naciones Unidas hacen falta mujeres para patrullajes, para lidiar mejor con situaciones de violencia sexual, así como para colaborar en mecanismos de protección de las poblaciones afectadas por un conflicto
la nacion