Surgen signos de fisura en las entrañas de EI
Mientras el grupo busca expandir su influencia, empieza a sufrir las primeras luchas de poder
Por
Zeina Karam | Agencia AP
BEIRUT.- Mientras
el grupo Estado Islámico(EI) intenta expandirse y echar raíces en todo Medio Oriente, comienza a tener problemas en Siria, una parte importante de su bastión, donde se quedó estancado e -incluso- perdió terreno frente a
múltiples enemigosen diversos frentes.
Además, empezaron a surgir algunos signos de tensión y luchas de poder en las filas de sus combatientes extranjeros.
No se puede negar que EI sigue siendo una fuerza formidable, y controla firmemente alrededor de un tercio del territorio de Irak y Siria. Pero en este último país parece estar a la defensiva por primera vez desde al año pasado, cuando arrasó el territorio. Desde hace meses, está sufriendo allí los ataques aéreos de la coalición liderada por Estados Unidos y el embate de una miríada de facciones que luchan en el terreno.
"EI enfrenta nuevos desafíos que antes no existían", dice Lina Khatib, directora del Centro Carnegie de Medio Oriente, con sede en Beirut.
El mes pasado, las fuerzas kurdas le asestaron el revés más duro, haciéndolos retroceder de la ciudad fronteriza de Kobane, en el norte de Siria. Y, desde entonces, esas fuerzas se unieron con los rebeldes sirios moderados para recuperar alrededor de 215 aldeas en la zona, según los comandos kurdos y los activistas, incluido el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, un grupo de monitoreo con sede en Gran Bretaña.
Esos avances pusieron en jaque las líneas de suministros entre los bastiones más occidentales de EI, en la provincia de Aleppo, y el núcleo territorial del grupo, en el este de Siria. Ahora se espera que las fuerzas rebeldes kurdas lleven el combate a algunas de esas localidades, en particular a sitios importantes como Minjib y Jarablus, así como a Tal Abyad, un paso fronterizo con Turquía que es una gran vía de comercio para los extremistas.
Alrededor de la ciudad de Al-Bab, uno de los bastiones más occidentales de EI, los extremistas están en retirada táctica, y los residentes ya advierten menor presencia de milicianos.
Por otra parte, los rebeldes se están viendo empantanados en costosas batallas con las fuerzas del gobierno del presidente sirio Bashar al-Assad, cerca de la base aérea Deir ez-Zor, último bastión militar de envergadura de los militares sirios en la provincia oriental.
El mes pasado, EI lanzó un infructuoso ataque para ocupar la base y aún lo sigue intentando.
Es demasiado pronto para decir que estos cambios sean un punto de inflexión, pero son manifestaciones del lento socavamiento logrado por la campaña internacional contra el grupo, que durante mucho tiempo pareció imbatible, mientras ocupaba un larga porción de territorio que se extendía desde las afueras de la ciudad de Aleppo, en el norte de Siria, hasta los suburbios de la capital iraquí, Bagdad.
En Irak, la combinación de ataques aéreos de la coalición, de fuerzas kurdas, de milicias chiitas y de tropas iraquíes empujaron a EI de muchos bastiones, pero esta semana sus militantes lograron tomar el control de un nuevo territorio por primera vez en varios meses.
Pero fue en la ciudad siria de Kobane donde EI sufrió su peor pérdida individual -más de 1000 hombres muertos-, con gran parte de sus armas pesadas y de vehículos destrozados. La derrota de enero llegó tras cinco meses de luchas entre las fuerzas kurdas, mayormente terrestres, y los ataques aéreos de la coalición, que dejaron en ruinas cerca de un 70% de la ciudad y obligaron a decenas de miles de residentes a escapar a través de la cercana frontera con Turquía.
Luego de la pérdida de Kobane, empezaron a emerger fisuras en el seno de EI.
La larga batalla por esa ciudad generó muchas tensiones. "Los combatientes empezaron a acusarse de traición unos a otros y finalmente quedaron enfrentados", dijo Bari Abdellatif, un vecino de Al-Bab que también escapó a Turquía.
Un activista que reside en la capital de facto del grupo, Raqqa, en Siria, dijo también que comenzaron disputas entre los combatientes extranjeros por cuestiones administrativas y financieras. Y varios milicianos fueron ejecutados bajo sospecha de espionaje o de intentar desertar. "Ahora EI tiene problemas para mantener la cohesión de sus propias fuerzas y eso se suma a los factores externos que los están impactando negativamente", dijo Khatib.
