lunes, 21 de enero de 2019
Futuro Puerto pesquero chino en Punta Yeguas, Uruguay, envuelto en controversia
(Nuestro Mar) - Más de 500 barcos de bandera china podrían pronto arribar al oeste de Montevideo, Uruguay debido al proyecto ya confirmado de la empresa Shandong BaoMa de instalar una zona franca con puerto, astillero y planta para procesamiento y congelado de pescado.
El emprendimiento de US$200 millones se realizará en un predio de 28 hectáreas en la zona de Punta Yeguas, un área mayormente rural y con un parque público, y podría tener graves consecuencias para el ecosistema marino del Atlántico Sur, hoy amenazado por la sobrepesca y la pesca ilegal.
El predio, ya adquirido por la empresa china, contará con un muelle de 800 metros de largo, donde podrán aparcar barcos de hasta 50.000 toneladas, de acuerdo con mapas a los que accedió Diálogo Chino. Al ser una zona franca, permitiría que los barcos operen sin control del gobierno uruguayo.
“Los barcos chinos son de los más beneficiados de la pesca no declarada del Atlántico Sur.Por eso nos preguntamos qué garantías nos da este proyecto. Es uno de los lugares con mayor biodiversidad del planeta y podría verse afectado”, sostuvo Rodrigo García, fundador de la ONG Oceanosanos.
Flotas pesqueras internacionales, muchas ilegales y no registradas, regularmente visitan la costa de Uruguay y Argentina en busca de las grandes poblaciones de calamar. Ese mismo animal es un eslabón clave en las cadenas alimentarias de los ecosistemas marinos. La pesca del calamar no sólo impacta a esa especie sino también a otras poblaciones de peces, delfines y albatros que son atrapadas por accidente por los barcos pesqueros. A eso se le suma la descarga de sustancias contaminantes de los barcos y sus consecuencias ambientales.
Un lugar de riesgo
El puerto de Montevideo es el segundo mayor del mundo en la recepción de pesca ilegal, de acuerdo con informes de Oceana y Oceanosanos. Además, según datos de la Administración Nacional de Puertos de Uruguay (ANP), desde el año 2013 se registra la descarga de un tripulante muerto por mes proveniente de estas embarcaciones.
“Respetamos la pesca, son lugares de trabajo para muchos. Cualquier barco puede entrar al puerto de Montevideo, excepto con el delito,” afirmó Juan José Domínguez, vicepresidente de la ANP. “Se necesita una policía mundial para controlar lo que puede estar pasando con la pesca, nosotros sólo somos espectadores”.
El presidente de Shandong BaoMa, Jian Hongjun, presentó el proyecto en diciembre en Montevideo junto a representantes de la empresa uruguaya CSI Ingenieros, su socio local. Para avanzar, deberán cambiar la zonificación de la zona, que deberá pasar de ser considerada rural a ser portuaria.
Con sede en China, Shandong BaoMa tiene alrededor de 4000 empleados y se especializa en distintos rubros, la mayoría de ellos ligados al mar, tales como la pesca, la elaboración de harina de pescado y la gestión de terminales portuarias. Además, ha incursionado en infraestructura para explotaciones mineras.
Diálogo Chino se comunicó con ambas empresas involucradas en el proyecto en Uruguay y no obtuvo respuesta. “Es una zona costera que no es productiva, lo más cercano que tiene es un asentamiento irregular de personas y pequeñas chacras. El proyecto generará 300 puestos de trabajo durante la obra y desarrollará más la zona”, sostuvo Gabriel Otero, alcalde del Municipio de Montevideo, zona en la que se ubicará el proyecto.
El emprendimiento se ubicará cerca de los barrios Santa Catalina y Pajas Blancas y del Parque Público Punta Yeguas, un área de 113 hectáreas recuperada por la Intendencia de Montevideo para uso público en 2006. Es frecuentemente utilizado por sus playas y zonas de esparcimiento.
Rechazo en aumento
Al enterarse del proyecto, los vecinos de la zona decidieron organizarse para hacer escuchar su voz y evitar que se avance con la obra. Han solicitado reuniones con diversos órganos de gobierno en Uruguay para obtener más información y resaltar los efectos sociales y ambientales que podría tener el puerto en la zona. “Nos enteramos de todo esto a través de un artículo de prensa, todo a nuestras espaldas. Por eso nos empezamos a juntar y organizarnos. Se está decidiendo sobre bienes comunes que nos pertenecen a todos y los venden por poco dinero para pagar favores”, afirmó Nieves Cancela, vecina de la zona.
Al mismo tiempo, José Martínez, vecino y trabajador portuario, agregó: “Vivo hace 40 años en la zona y tengo un sentido de pertenencia y respeto por el lugar. El daño social y ambiental de proyectos de este tipo nunca se tiene en cuenta. Esperan que reaccionemos cuando está todo hecho.”
A las preocupaciones se suma el impacto que podría tener el puerto en los pescadores artesanales de la zona. Luis Soria, vecino y pescador artesanal, advierte que su actividad ya se ha visto afectada en los últimos años por la pesca ilegal y la sobrepesca y que al sumarle el puerto verán perjudicado su trabajo. “No vamos a poder pescar más en la zona. Se va a restringir la navegación y no nos vamos a poder acercar. Es todo pérdida para nosotros, le estamos entregando parte de nuestra soberanía a un país que está del otro lado del mundo. No tiene sentido,” afirmó.