Por medio de un mensaje del comandante de la Fuerza de Tareas 317 al Ministerio de Defensa de Gran Bretaña, al Cuartel General del Comando de Ataque de la RAF y, al Comando de Operaciones Aéreas del Reino Unido, se informa que “el C-130 argentino fue interceptado por dos Sea Harrier al norte de la Isla Borbón a 8 mil pies. Luego de la detección, el C-130 viró al Oeste y descendió a 300 pies. La Patrulla Aérea de Combate, controlada por el buque de Control del Área Local, HMS Minerva, que se encontraba operando en el Norte del Área de Operaciones Aéreas (AOA), lo enganchó con dos misiles AIM-9L Sidewinder. El primero quedó corto. El segundo, alcanzó al C-130 también alcanzado por fuego de cañón. La aeronave impactó en el agua. No se sabe si era el KC-130 o el C-130”.
El C-130, matrícula TC-63, cumplía la orden fragmentaria 2258, con indicativo TIZA. Fue enviado a explorar la zona norte del estrecho San Carlos y debía acercarse rasante hasta las inmediaciones de las islas. En un punto prefijado, debía acelerar y ascender a 3.000 metros. En lo alto activaría el sistema de identificación amigo-enemigo. Si la marcación era positiva, el navegador anotaría la posición de la señal y el piloto descendería hasta 300 pies. El procedimiento tenía que repetirse desde otro ángulo para determinar la ubicación del emisor.
A las 10:43 informó que, volando a 10.000 pies fue detectado por la fragata Minerva, y luego interceptado por dos Sea Harrier. El C-130 fue alcanzado por un misil entre los dos motores de la izquierda y luego, fue atacado con cañones hasta estrellarse en el mar.
En este triste hecho fallecieron el vicecomodoro Hugo Meisner, los capitanes Rubén Martel y Carlos Krause, el suboficial principal Julio Lastra, el suboficial ayudante Manuel Albelos, y los cabos principales Miguel Cardone y Carlos Cantezano.