El Ataque al Portaaviones HMS Invencible

El ataque a la Task Force del 30 de mayo de 1982

 

BIGUA82

VETERANO DE GUERRA DE MALVINAS
Colaborador
NUESTROS HÉROES

Nació en provincia de Mendoza el 1° de enero de 1952. A la edad de 15 años ingresó a la Escuela de Suboficiales de la Fuerza Aérea, egresando en 1969 con el grado de cabo con la especialidad de Fotografía Aérea. Sin embargo, el 16 de febrero de 1970 decidió incorporarse al cuadro de oficiales en la Escuela de Aviación Militar. Formó parte de la promoción 39, de la cual egresó con el grado de alférez el 18 de diciembre de 1973. Obtuvo el título de Aviador Militar, especialidad piloto de caza.

Destinado en la IV Brigada Aérea, fue oficial de escuadrilla del sistema de armas Douglas A-4C, instructor de vuelo y jefe del Servicio de Mantenimiento.
Al estallar el Conflicto del Atlántico Sur, mientras comandaba una Escuadrilla, a bordo de la aeronave con matrícula C-301, cuando atacaba al HMS Invincible, fue derribado por un misil lanzado desde el HMS Exeter. Sus restos descansan en aguas del Mar Argentino.
*En forma póstuma, fue declarado Héroe Nacional por el Honorable Congreso de la Nación y ascendido al grado inmediato superior. Y le fueron otorgadas las condecoraciones de La Nación Argentina al Valor en Combate y la de La Nación Argentina al Muerto en Combate.




Nació en Cosquín, provincia de Córdoba, el 31 de agosto de 1953. Con 18 años, ingresó a la Escuela de Aviación Militar, siendo miembro de la promoción 41, de la cual fue su abanderado y egresó con el orden de mérito 1 el 16 de diciembre de 1975. Finalizado el curso de aviador militar, se convirtió en piloto de caza-bombardero.

Al producirse el Conflicto del Atlántico Sur, fue readaptado con los Douglas A-4C en la IV Brigada Aérea. Durante el ataque al HMS Invincible, su avión, matrícula C-310 fue derribado por un misil. Sus restos descansan en aguas del Mar Argentino.

*En forma póstuma, fue declarado Héroe Nacional por el Honorable Congreso de la Nación y ascendido al grado inmediato superior. Y le fueron otorgadas las condecoraciones de La Nación Argentina al Valor en Combate y la de La Nación Argentina al Muerto en Combate.

 
https://www.infobae.com/sociedad/2017/03/30/mision-ataquen-al-invencible/

Lo pongo en este topic porque rescato esta parte del texto para intercambiar opiniones, saludos.

''...La verdad: el misil, las bombas y la metralla inutilizaron el ascensor del Invencible: el mecanismo que eleva los aviones hasta la pista de la nave.
El portaviones abandonó la zona de Malvinas el 18 de junio, acompañado por la fragata Andromeda. Destino: un astillero donde los daños fueron reparados. Dejó de operar durante dos semanas. Y en ese lapso cambió dos de sus motores Olympus. Señal de daños mayores…''
 
https://www.infobae.com/sociedad/2017/03/30/mision-ataquen-al-invencible/

Lo pongo en este topic porque rescato esta parte del texto para intercambiar opiniones, saludos.

''...La verdad: el misil, las bombas y la metralla inutilizaron el ascensor del Invencible: el mecanismo que eleva los aviones hasta la pista de la nave.
El portaviones abandonó la zona de Malvinas el 18 de junio, acompañado por la fragata Andromeda. Destino: un astillero donde los daños fueron reparados. Dejó de operar durante dos semanas. Y en ese lapso cambió dos de sus motores Olympus. Señal de daños mayores…''
Y de dónde sacan que el ascensor y el resto quedó dañado???
El echo que las operaciones aéreas se redujeran (esto lo sacan de los manifiestos de los porta o simplemente porque "veían" pocos aviones), era debido al daño de un porta o que la flota de aviones estaba experimentando problemas de mantenimiento/repuestos/desgaste ???
 

BIGUA82

VETERANO DE GUERRA DE MALVINAS
Colaborador
Fuente:INFOBAE
Fecha:01 de junio de 2019

Doce bombas y el último Exocet: el ataque al Invencible, el buque insignia de la flota británica en Malvinas
Reunidos por primera vez, los cuatro sobrevivientes de la operación del 30 de mayo de 1982 narraron a Infobae los escalofriantes detalles de aquella misión suicida en la que aseguran, sin margen de duda, haberle infligido daños al legendario portaaviones inglés


Por Loreley Gaffoglio

El 27 de mayo fue un día de júbilo en el Centro de Información y Control de la Fuerza Aérea (FAA). El Radar Malvinas, relocalizado el 12 de abril desde su posición primigenia en el aeropuerto a un área lateral y guarecida de Puerto Argentino, había localizado "el" objetivo.
Tras intensos y esforzados monitoreos, el Alférez Hugo Mercau y sus radaristas habían auscultado una febril actividad 160 km al este —casi en línea recta— de Puerto Argentino.
Se trataba de un enjambre de ecos que se disipaban en un mismo punto en aguas abiertas, reaparecían súbitamente y enseguida se dispersaban en el fatigado monitor. Se presumía que aquel trajín provenía de aviones Sea Harrier que operaban desde una de las dos plataformas de la Royal Navy.
Las trayectorias sindicaban que allí, en aquel punto phi omega alejado del epicentro del teatro de operaciones se ocultaba la "Abeja Reina": el buque núcleo e insignia de la flota británica, el portaaviones HMS Invencible.



El portaaviones HMS Invencible, símbolo del poderío naval británico
Había que neutralizarlo. Pero, ¿cómo? ¿Con qué? Tras la masacre del ARA General Belgrano, y el asedio depredador de los submarinos nucleares, el Comando Naval había retirado a la flota argentina.
(Veinticinco años después de la contienda, el Vicealmirante de la Royal Navy, Sir Tim McClement, aseveró que los sumergibles nucleares afectados en Malvinas fueron cinco: además del HMS Conqueror, escaneaban el Atlántico e interceptaban los vuelos de los cazabombarderos a 12 millas de las costas argentinas, los HMS Splendid, Spartan, Courageous, Valiant y el submarino convencional Onyx).

Los sobrevivientes del ataque conjunto del 30 de mayo en Malvinas: Ernesto Ureta y Gerardo Isaac y los pilotos de SUE Alejandro Francisco y Luis Collavino, por primera vez reunidos por un medio de prensa (Foto: Santiago Saferstein)
Cuatro de los cinco Exocet ya habían zarandeado y enviado a pique al Sheffield y al carguero Atlanctic Conveyor y aquel último misil podía ser la "bala de plata". No solo para lacerar al más rentable de los objetivos navales; también para doblegar la moral de una Task Force que, envalentonada, avanzaba incólume desde San Carlos.
Sin dilaciones, ese mismo día por la tarde llegó la orden a la base de Río Grande, centro de operaciones del eficaz tándem Super Étendard (SUE)-Exocet (AM39). El Capitán de Corbeta Alejandro Francisco dispararía el misil subsónico de casi 6m de largo con una ojiva de 170 kg de explosivos, secundado en apoyo de radio e instrumentos por el Teniente de Navío Luis Collavino.
Los Ala, tal el indicativo, debían planificar la misión, maximizar el efecto sorpresa del ataque, permanecer indetectados ante la cortina antiaérea y arremeter en la estocada final con el último Exocet, entregado meses antes sin sus códigos operativos por la francesa Aérospatiale.

Uno de los técnicos de la Base de Río Grande junto al misil Exocet mientras el piloto Francisco pone en marcha el Super Étendard el día de la misión: 30 de mayo de 1982
Había un obstáculo inicial entre la ristra de peligros: el Invencible navegaba en el límite del radio de acción de los SUE, posicionado 100 millas al este de Puerto Argentino y a unos 800 km de Río Grande. Se imponía asomar desde un punto inesperado, bien alejado del asedio aéreo de los misiles Sea Dart y de las avezadas PAC (Patrulla Aérea de Combate).
Encerrados en una sala durante horas de preparación, Francisco y Collavino planificaron la ruta de vuelo y pergeñaron la trampa de desconcierto: un desvío pronunciado a 250 millas (400 km) al sudeste de la posición del portaaviones, fuera del límite de los radares enemigos.
Esa ruta suponía un extenso reabastecimiento con el KC-130. Había que volar hermanados con el tanquero hasta aquel punto de viraje para luego iniciar desde allí el descenso y una aproximación sigilosa en el asalto final a 15 millas del blanco.

Los pilotos de la Armada Alejandro Francisco y Luis Collavino
Al día siguiente, las camionetas que conducían a los Ala por la pista se detuvieron imprevistamente: "Misión cancelada", los anoticiaron. Los Hércules estaban abocados a otras faenas. Reeditaron el mismo trayecto el 29 de mayo y se introdujeron en las cabinas de los SUE, cuando otra vez los técnicos alertaron: "Misión pospuesta".
En la sala de prevuelo, les comunicaron la novedad: aquella sería la primera (y la única) misión conjunta entre la Armada y la Fuerza Aérea.
Los SUE lanzarían el Exocet el 30 de mayo y para potenciar el daño al Invencible otros 4 pilotos de A4-C Skyhawk, munidos con tres bombas de 250 kg cada uno, completarían el ataque un minuto después.
Algo así como intentar rematar al herido y una misión kamikaze para los A4-C. Cuatro "moscas" libradas a su suerte para fogonear a un dragón, dotado con misiles, artillería y aviones de última generación y defendido, además, por el grueso de la flota. Se daba por descontado que la tasa de derribos sería altísima.

El plan de ataque al Invencible
En lo estrictamente técnico, el Comando de la FAA había dispuesto la intervención de los A4-C por su mayor potencia, mejor aviónica y capacidad de oxígeno líquido para la autonomía de vuelo. Pero, fundamentalmente, porque el trayecto era extenso, y sólo los A4-C contaban con raquetas con cinco puntos para cargas externas: dos para sendos tanques de combustible y otros tres para colgar las bombas de 250 kg, que descargarían exactamente tres minutos después del lanzamiento del AM39.

Los técnicos cargando las bombas de 250 kg en uno de los A4-C
Mientras tanto, a 700 km de Río Grande, en la base de Puerto San Julián, el Vicecomodoro Carlos Lupiánez, jefe del Escuadrón I, reunía a seis de sus pilotos más experimentados y con tono circunspecto lanzaba un pedido inusual:
—Necesito dos voluntarios para una misión—dijo lacónico, sin ofrecer mayores precisiones.
Era la primera vez desde el inicio de las hostilidades que se demandaba algo así. Aquella elipsis discursiva permitía entrever que las chances de regresar con vida dependían del azar.
—Yo me ofrezco, señor
—dijo al dar un paso al frente el 1er Teniente Ernesto Ureta.
Segundos después lo emuló su amigo y compañero de promoción, José "Pepe" Vázquez.La directiva del jefe apuntó a que fueran ellos los que seleccionaran a sus numerales en la misión cuyo indicativo era Zonda.
Ureta eligió al Alférez Gerardo Isaac y Vázquez al Teniente Omar Jesús Castillo. Esa misma tarde volaron los cuatro a Río Grande, se juntaron con los pilotos de SUE y estudiaron el ataque del día siguiente.
Al mediodía despegarían los Ala, inmediatamente después los Zonda. Volarían en altura hasta un punto de encuentro a 20.000 pies (6000 metros) de altitud con dos Hércules reabastecedores. Con las dos mangueras de uno de los KC-130, los SUE completarían la carga volando enganchados unas 150 millas (entre 30 a 40 minutos) al sur de Malvinas mientras los A4-C se reabastecerían por turnos de a dos en el mismo trayecto.
En el punto de desacople, a unos 320 km del blanco, Vázquez y Castillo formarían a la izquierda de los SUE (Francisco y Collavino) y Ureta e Isaac por la derecha. Desde allí habría un descenso suave hasta alcanzar posición rasante para la aproximación final y la localización certera del portaaviones inglés.

El reabastecimiento en vuelo de uno de los A4-C
"Para confirmar la posición -describe Francisco- debíamos elevarnos, escanear con los radares de los SUE, intercambiar información con Collavino y volver a descender, para seguir aproximándonos. Al encender el radar, el ataque se hacía absolutamente indiscreto y desde ese momento en que nos detectaban hasta que lanzábamos el AM 39 pasaban 3,5 minutos. En ese lapso, el Invencible no tenía tiempo suficiente para interceptarnos con los Harriers y tampoco para evitar el ataque. El misil alcanzaba el blanco en unos dos minutos y los AC 4, que saldrían detrás del él, llegarían un minuto después. Es decir, que el preaviso que el Invencible y sus escoltas tenían para esperar a los cuatro Skyhawk era de entre 6 y 7 minutos. Tiempo más que suficiente para abatirlos desde cualquier buque".
La intimidad de un pacto
Días antes, y como atajando al destino y su fatalidad, Ureta y Vazquez habían sellado un pacto en el cuarto de hotel que compartían cerca de la base de San Julián. Allí mismo donde algún piloto día por medio debía juntar las pertenencias de otro.
"Si alguno de los dos no regresa –se dijeron–prometamos que sólo el otro se lo comunicará a la esposa". Buscaban evitar otros intermediarios, la información confusa, los rodeos, los consuelos piadosos sobre la recuperación de los cuerpos en aquella ruleta rusa de atacar a la supremacía británica en Malvinas.
Mendocino, de origen humilde y muy devoto, tras recibirse como cabo fotógrafo de la Fuerza Aérea (FAA), Vázquez quiso ir por más y se convirtió en piloto de caza de la IV Brigada Aérea. Sobresalía en su foja. Era el quinto de su promoción y el 11 de marzo de 1982, a sus 30 años, había sido padre por tercera vez. Ureta, de Avellaneda y un año mayor, también esperaba a su tercer hijo. Sus esposas, muy amigas, seguían juntas en Mendoza el devenir de la guerra. Mientras tanto, Isaac (porteño, de 23 años) y Castillo (oriundo de Cosquín, de 28 años) eran solteros sin ataduras.

El piloto Ernesto Ureta fue el primero en ofrecerse como voluntario.
"Aquel gesto de Ureta y de Vázquez los convirtió en el acto en hombres distintos", señala a Infobae Isaac. "Tienen que haber tenido algo muy especial para presentarse como voluntarios, porque lo nuestro era mucho más fácil: nos designaban y listo".
Día D
El 30 de mayo a las 12 despegó la formación. El vuelo transcurrió según lo previsto en absoluto silencio instrumental. Los seis reabastecieron con los nobles tanqueros volando a la par. Era como una miríada de ocho aviones entrelazados preparándose para sobrevivir.
En aquel punto perdido en el extremo sudeste del Atlántico se desacoplaron y viraron a la par con rumbo norte. Cuando llegó el momento, los Ala se elevaron y encendieron sus radares. Un eco grande, flanqueado por otro mediano, unos 10 grados a la derecha, confirmaban en ambos monitores la posición phi-omega que cuatro días antes había trasmitido el Radar Malvinas. Algo insólito en lo táctico para un buque de esa envergadura e importancia capital. O quizá, la confiada convicción de John "Sandy" Woodward, comandante de la flota británica, de que aquella posición sería inalcanzable para los pilotos argentinos.

30 de mayo de 1982: el SUE de Francisco con el misil AM 39 se reabastece mientras los 4 Skyhawk se alternan de dos para cargar combustible.
A unos 150 metros sobre el nivel del mar, lo suficiente para la caída libre del AM39, Francisco comunicó el top de lanzamiento y disparó. Al ver desprenderse el misil como un peso muerto, sin propulsión, Collavino pensó: "Listo, sonamos. ¡Falló!".
Sólo después de una caída apreciable, el Exocet encendió su motor y navegó enhiesto y veloz, dibujando una estela blanca sobre el paisaje peltre y nuboso de un océano encrespado.
En ese instante, las contramedidas del SUE de Collavino detectaron una iluminación de radar enemigo en su cola. Si estaban a distancia de tiro, la muerte era cuestión de segundos. Sin margen para el miedo, lo informó por radio y los Super Étendard huyeron virando por izquierda a máxima potencia.

El actual Capitán de Navío (RE) Alejandro Francisco lanzó el último Exocet contra el Invencible (Crédito: Santiago Saferstein)
En la maniobra Francisco alertó a los Skyhawk:
—Al frente, 20 millas—los guió hacia el Invencible en su tiempo de descuento.
Los 4 Zonda cerraron la formación como dos pares de siameses. Veinte, treinta metros separaban sus alas. Avanzaban en una misma línea como férreo tabique alado, al ras del mar: Vázquez y Castillo por la izquierda; Ureta e Isaac, a la derecha. Así, en bloque, al enemigo se le dificultaría determinar cuántos halcones se alistaban para aquel feroz ataque kamikaze.
Restaba poco más de un minuto para llegar al objetivo cuando la silueta del Invencible desprendía dos columnas de humo a cada banda, en el medio de la estructura del buque.
"Yo lo veía desde su popa y eran como dos bigotes negros a cada costado", grafica Isaac. Para los pilotos no hay dudas: el Exocet magulló a la "Abeja Reina".
A 900 km por hora, arañando el océano en el tramo final, en un milisegundo Ureta observó que el ala de uno de los A4-C a su izquierda se desprendía violentamente; luego se desguazaba la cola y, desestabilizado, el avión de uno de sus compañeros -no sabía cuál- exhibía su panza. "La última imagen de aquel A4-C es aquella panza con el ala derecha solamente", describe Ureta, intentando contener la emoción.

El 1er Teniente José Daniel Vázquez trepando a su Skyhawk tras ofrecerse como voluntario para una misión sumamente peligrosa. Tenía 30 años y acababa de ser padre por tercera vez.
"Yo sentí la onda expansiva de la explosión en mi cabina", agrega Isaac. "Nunca vi el misil. Evidentemente no vino desde el Invencible, sino de otro buque en otra posición. Miré a mi izquierda y veo un A4-C que explota, se le vuela el plano, el triángulo del plano sale hacia arriba, el avión me muestra su panza e impacta contra el agua. Tampoco sabía quién era. No había margen para averiguarlo. No en ese momento. Aunque suene raro la atención estaba íntegramente posada sobre el blanco".
Ureta deseaba comenzar a disparar sus cañones de 20 mm para al menos distraer la lluvia de la artillería de defensa antiaérea que les lanzaba un Invencible humeante.Pero la distancia de tiro quedaba corta. Había que esperar unos segundos más. A medida que se aproximaban aquel humo negro que exudaba el Invencible se iba depositando sobre el agua, cubriendo el casco del navío. Volaban a la altura de la pista del portaaviones.
"El cielo estaba encapotado pero la visibilidad era buena y yo estaba esperando el instante para disparar mis cañones, por el sólo hecho que al apretar el gatillo sentía que nada podía pasarme"
, dice Isaac.
"Y en esa fase el vuelo, a unos 500 m del blanco, sentí adentro de mi cabina otra explosión, mucho mayor a la anterior. Miré nuevamente a mi izquierda y a unos 5 metros de mi ala vi a otro A4-C que explotaba en una forma totalmente distinta a la anterior. Tampoco sabía quién era. El avión se infló, tenía el doble de ancho y de largo y sus placas metálicas remachadas estaban todas separadas pero se mantenía la estructura del avión. Adentro todo era una bola naranja del fuego. Inmediatamente me separé. Lo que yo vi fue fuego de artillería antiaérea, cañones que tienen munición autoexplosiva. Son como pompones que explotan alrededor de uno o en la línea de ataque. Creo que el primer derribo fue con un misil que vino desde atrás. El segundo, estimo, fue producto de esa artillería, que podrían haber impactado en los tanques o en el sistema hidráulico del avión".

Omar Jesús Castillo fue abatido por fuego de artillería a unos 500 metros del invencible. Su avión se convirtió en una bola de fuego.
Ureta nunca llegó a ver el segundo derribo. Estaba concentrado en la inminencia del ataque. Dos, tres disparos y se le trabó el cañon. Isaac en cambio descargó con furia el grueso de sus 200 municiones y al acercarse a la popa del Invencible lanzó sus tres bombas de 250 kg y bordeó su pista por derecha, volando por todo el lateral del portaaviones en su escape final.
A su turno, el otro Zonda, por lo bajo que venía, debió levantar la trompa para arrojar 50 metros antes y con un desvío de 30 grados en relación al eje del buque su racimo de bombas. La maniobra lo obligó a atravesar a baja altura la pista del portaaviones. Al girar a la izquierda para la huida, Ureta no tuvo dudas: sus bombas fueron efectivas. "Todo era ya una nube de humo que envolvía al Invencible. Habían pegado y habían explotado", afirma.

Jorge Isaac y su jefe, Ernesto Ureta, los dos sobrevivientes del audaz bombardeo aeronaval, a su regreso a la base de Río Grande.
Cada uno por su lado, en la soledad de su ruta de regreso, tanto Isacc como Ureta creyeron que solo uno de los cuatro pilotos había sobrevivido. Isaac vio un punto hacia adelante, se acercó y observó por el traje naranja del piloto que los abatidos habían sido Vázquez y Castillo. Prendió su radio y el contó a su jefe de sección la secuencia de lo que había visto. Ambos confluyeron en el punto de encuentro con los dos Hércules, que esperaban la información del ataque para retrasmitirla a la base.

Los leales CK-130 que operaron sin tregua durante toda la Guerra de Malvinas
—A Vázquez y a Castillo no los esperen— dijo Ureta y precisó el resultado de la misión.
Al aterrizar en Río Grande, tras cuatro horas de misión, el abrazo con los técnicos no logró aplacar el llanto.

No hay consuelo. El abrazo fraternal entre los compañeros por la pérdida de dos héroes y mártires. Isaac, a la derecha, será inmediatamente conducido al interrogatorio de Inteligencia Militar.
"Sentía algo muy ambivalente -cuenta Isaac- la alegría de estar vivo y la tristeza por la muerte de mis dos compañeros".
"Yo cumplí con la promesa a mi amigo y la llamé a Liliana, la mujer de Vázquez, y al llegar a la Base San Julián debí contárselo también a su hermano, Pelucho, mecánico de paracaídas de nuestra escuadrilla. Hoy soy el padrino el Mariano, aquel hijo de entonces 50 días que el Pepe Vázquez prácticamente no llegó a conocer", dice con orgullo Ureta.
De los tres interrogatorios por separado a los pilotos tras el ataque con personal de Inteligencia quedó una certeza, que Inglaterra siempre negó: el buque orgullo de la Royal Navy había sido al menos averiado. Fue vencido primero por un Exocet y luego por bombas de 250 kg.
Los cuatro halcones reunidos por Infobae dicen comprender el por qué de esa negación, usual en la historia de las conflagraciones. "Nosotros sabemos muy bien qué vimos y cómo lo vimos. Lo que digan los ingleses nos tiene sin cuidado", repiten, cada uno a su turno. "Si el secreto de guerra es por 90 años, en algún momento la verdad saldrá a la luz".

Héroes de Malvinas: los pilotos de A4-C Pepe Vázquez y Omar Jesús Castillo
El 1er Teneinte José Daniel "Pepe" Vázquez y el Teniente Omar Jesús Castillo fueron ascendidos post mortem al grado de Capitán y declarados Héroes Nacionales. Cosquín emplazó en la plaza "Héroes de Malvinas" un busto de su mártir e hijo pródigo mientras que la Base Aérea de Puerto San Julián añadió a su nombre el del Capitán José Daniel Vázquez. Los pilotos abatidos y el actual Brigadier (RE) Ernesto Ureta recibieron la máxima distinción del Estado Argentino: la Cruz al Heroico Valor en Combate.

Reencuentro y hermandad: .Gerardo Isaac, Alejandro Francisco, Osvaldo Bilmesi, tripulante de un Hércules de reabastecimiento, Enesto Ureta, Luis Collavino y el Brigadier Litrenta, piloto de uno de los Hércules que participaron de la única operación conjunta entre las fuerzas
 
"Destino: un astillero donde los daños fueron reparados. Dejó de operar durante dos semanas"

Ridiculo. En una semana, a 20 nudos, no podria ir mas alla de 3000 millas, lo que seria hacia el E Sudafrica y hacia el N nada mas arriba del Ecuador. Eso suponiendo que pueda hacer 20 nudos, porque los motores estaban dañados!
 
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Lo pongo en este topic porque rescato esta parte del texto para intercambiar opiniones, saludos.

''...La verdad: el misil, las bombas y la metralla inutilizaron el ascensor del Invencible: el mecanismo que eleva los aviones hasta la pista de la nave.
El portaviones abandonó la zona de Malvinas el 18 de junio, acompañado por la fragata Andromeda. Destino: un astillero donde los daños fueron reparados. Dejó de operar durante dos semanas. Y en ese lapso cambió dos de sus motores Olympus. Señal de daños mayores…''
No hace falta ir a un astillero para cambiar sus turbina Olympus. Cambiarlos en alto mar siempre fue parte del diseño y portaba dos repuestos. Por supuesto, se necesitaba estar a una velocidad reducida y con un mar calmado (algo difícil en el atlántico sur en invierno) y con este motivo, y para dar la tripulación un descanso en una zona intocable por la aviación argentina y con mejores temperaturas antes de volver a la zona y proteger las islas de una posible reactivación de actividad aérea por la FAA hasta la llegada de su hermana Illustrious.

A ver. Después del conflicto, está tomada la decisión, antes una comienza de nueva de ataques por la aviación Argentina - solo hubo una rendición en las islas, permanecer un portaaviones en la zona de las islas para proveer cobertura aérea y un base de manteamiento para aeronaves mientras se reconstruye las pista e instalaciones dañadas en el capital.

Hay dos PAL.
  • Una, Hermes, tiene muchas años. Fue sacado de un periodo de manteamiento para ir al conflicto. Su maquinaria es muy vieja y problemática, pero funciona. Se necesita de manera urgente una revision total de su maquinera, sobre todo sus calderas. No fue dañado durante el conflicto. Es la más grande pero quizas más dificil de mantener sin visitar a su base durante mucho tiempo.
  • La otra, Invincible. Tiene poco tiempo en operación. Es más pequeña pero adecuada. Sin embargo, recién fue pegado por un Exocet y luego unas cuantas bombas. Sufrió un incendio y perdió mucha de su tripulación. Se puede navegar, pero por daños a su elevador y mucha maquinaria apenas está operativa. Se ha podido arreglar ciertas cosas del daño, pero como base de aviones no se sirve.
Eres el Admiral. Cual de los dos se elige para ser buque de guardia en las islas hasta la llegada de Illustrious, que está previsto para agosto?
 

rodrigocarra

RED OBSERVADORES DEL AIRE
pero como base de aviones no se sirve.
Eres el Admiral. Cual de los dos se elige para ser buque de guardia en las islas hasta la llegada de Illustrious, que está previsto para agosto?

La función del Porta es de extender su poder con los aviones y controlar incluso parcialmente el espacio aéreo.
Si un Porta ya no hace eso, como expresa en su problema, creo que el Almirante debe quedarse con el que funcione, aunque no esté de lo mejor.
Saludos
 
Con el transcurso de tiempo, siempre van a salir nuevas imágenes que van en contra las teorías que son populares en Argentina.

Recién salido, aquí os comparto dos imágenes del Invincible tras la rendición mientras fondeado en Puerto Groussac (Port William). Se ve en el fondo el faro y en la cubierta se ve el Huey Argentino que fue apropiado por las FF.AA británicas.



En la segunda imagen, se ve dicho Huey en la cubierta de Invincible. Existen otras imágenes de este Huey en un barco británico, pero esto es la primera que se ve claramente que es el Invincible.



A mi no parece que la cubierta ha sido dañado por bombas...

Es AE-424, que fue preparado y volado a Invincible para una revision y para pintar para su destino en el FIGAS. Esto ocurrió en Julio en 1982.

Saludos
 
Última edición:

Patanglén

soʌ sɐʇsǝ ɐʇlǝnʌ opɐp oɥɔǝɹǝp lɐ ʎoʇsǝ oʎ
Colaborador
Con el transcurso de tiempo, siempre van a salir nuevas imágenes que van en contra las teorías que son populares en Argentina.

Recién salido, aquí os comparto dos imágenes del Invincible tras la rendición mientras fondeado en Puerto Groussac (Puerto Groussac (Port William)). Se ve en el fondo el faro y en la cubierta se ve el Huey Argentino que fue apropiado por las FF.AA británicas.



En la segunda imagen, se ve dicho Huey en la cubierta de Invincible. Existen otras imágenes de este Huey en un barco británico, pero esto es la primera que se ve claramente que es el Invincible.



A mi no parece que la cubierta ha sido dañado por bombas...

Es AE-424, que fue preparado y volado a Invincible para una revision y para pintar para su destino en el FIGAS. Esto ocurrió en Julio en 1982.

Saludos


Las fotos muestran al AE-424 en la zona donde supuestamente impactaron las 3 EXPAL de 250 kilos cada una, cuyas explosiones fueron de tal magnitud que provocaron la desviación del segundo avión atacante a causa de la onda expansiva.

El AE-424 fue descendido bajo la cubierta en uno de los ascensores que supuestamente fue alcanzado por el impacto de la inercia del motor de uno de los aviones atacantes.

El AE-424 fue reparado, puesto a punto y pintado en las cubiertas inferiores del buque, las que supuestamente fueron dañadas tanto por el motor anteriormente comentado, como por un AM-39 Exocet, provocando incendios y la emanación de densos bigotes de humo negro.

Lo comento, para que tomemos dimensión de lo que expresa el relato que todos conocemos, cuando este se enfrenta a pruebas de lo que sucedió realmente.

Saludos.

--
 
Exactamente. "Tampoco los demás" engloba mucha gente sin embargo, y por supuesto no pueden afirmar con fuerza de verdad los hechos, salvo los reconocidos por ambos contendientes. No sé qué piensan "los demás" pero puntualmente el forista asegura sin lugar a dudas la negativa, cuando no le consta ni puede constatar, excepto que haya sido uno de los actores. Los archivos desclasificados a los que hace mención son los del Eno. A mí tampoco me consta el resultado del ataque, por supuesto. Saludos.
 
Siempre me intereso este tema pero apenas pude seguir pocas paginas de este hilo. Lo que me queda de certezas:
el operativo existió.
el exocet fue disparado.
los A4b atacaron un blanco gigante y dispararon toda su municion y lanzaron todas sus bombas.
segun declaran los pilotos de la Fuerza Aerea se vio salir humo desde la nave ( un portaaviones).
al regresor declararon a Icia. ''era un portaaviones'' (en los papeles se escribe "queda la duda cual...de los portaaviones).
el Invincible se retiro del area Malvinas (no necesariamente por este ataque argentino del 30/5).
el Invincible volvio meses mas tarde que la flota de la royal navy (no necesariamente por este ataque del 30/5).

puede haber sido otro buque el atacado?

Todo esto no quita en nada el heroismo y valor de la Fuerza Aerea y la Aviacion Naval en el operativo. A ese año no tenian manuales de operaciones conjuntas ni maniobras juntas tan seguidamente. Pelearon con lo que tuvieron.
 
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