Puede disparar en tiro directo, sea contra otro tanque o cualquier otro objetivo a la vista. Se suponen que es una de las tantas cosas para las que se entrenan.
Además, no necesita un impacto directo. Incluso si el proyectil explosiona a varios metros del objetivo, la onda expansiva y esquirlas pueden producir tanto daño como un impacto directo, inutilizando el tanque rival, destruye sus ópticas (con lo cual ya no puede apuntar), cadenas, etc.
De hecho, la artillería aprovecha esto para su rol de ”cazacarros”. Imagine una batería de 6 obuses disparando a una distante sección de tanques. Su lluvia de proyectiles batirán un area y destruirán todo lo que se encuentre dentro de la misma. Quizás ningún proyectil impacte directamente en un tanque especificó, pero La mayoría de los tanques quedarán inutilizados ya que sus equipos optronicos, elementos externos, cadenas, etc. terminaron siendo severamente dañados. No se trata de destruir al rival, sólo se trata de inutilizarlos.
De esta forma, la artillería puede ser el mayor destructor de tanques en una guerra.
Pero regresando a su consulta, aunque un VCA podría defenderse, la realidad es que en dichas circunstancias el tanque tiene mucho mayores posibilidades de tener éxito. Se mueve más rápido. Apunta y dispara más rápido y con mayor precisión. Puede volver a disparar más rápidamente. Es para lo que más se entrenan sus tripulantes.
Es una situación para la cual el tanque está diseñado a combatir y se potencias sus fortalezas, mientras que en el VCA es sólo una acción secundaria, de autodefensa, donde hace lo que puede para compensar sus debilidades.
El VCA puede defenderse, pero tiene todo en contra.