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En San Petersburgo, en el aeródromo de un regimiento de aviación mixta de transporte separado del Ejército de la Fuerza Aérea de Leningrado y la Defensa Aérea del Distrito Militar Occidental, las tripulaciones de los aviones An-12 y An-26 han elaborado una variación del enfoque, única para la aviación de transporte, denominada "gradiente".
La esencia del elemento de pilotaje es que la aeronave desciende en la aproximación al aeródromo de aterrizaje desde una altitud significativamente alta (aproximadamente 4 km). Prácticamente desde arriba de la pista, los pilotos reducen la velocidad de la aeronave y descienden a alta velocidad vertical. La aproximación al aterrizaje se realiza en espiral en el segundo círculo con una pendiente máxima de descenso en un ángulo de hasta 45 grados. Por lo tanto, el avión de transporte pierde altitud directamente sobre el aeródromo dentro de los límites de un área protegida limitada, sin ingresar a las áreas de posible uso de sistemas de misiles antiaéreos portátiles enemigos.
La complejidad de la maniobra radica en la necesidad de llevar rápidamente la aeronave a una trayectoria de vuelo normal: la trayectoria de planeo.
Esta maniobra se realiza únicamente en modo de control manual y requiere la máxima concentración de la tripulación, ya que la aeronave desciende al límite de sus capacidades con un gran balanceo.