16 de Marzo de 2021
A UN AÑO DE LA INMOVILIZACIÓN SOCIAL POR LA COVID 19 Marina de Guerra del Perú cumple con grandeza el honor de servir a la patria
Hoy, la humanidad vive tiempos difíciles, nos ha tocado enfrentar a un enemigo invisible y mortal, su naturaleza es viral, no lo podemos combatir con armas y procedimientos convencionales, procedimientos que fueron estudiados y entrenados por los miembros de las Fuerzas Armadas y que, gracias a nuestra capacidad de adecuarnos a escenarios cambiantes y de crisis, tuvieron que ser modificadas y reemplazadas rápidamente por estrategias sanitarias y de bioseguridad. Para la Marina de Guerra del Perú este fue un reto asumido con honor, profesionalismo y patriotismo, por el cual hemos puesto a disposición de la ciudadanía todas nuestras capacidades logísticas y especialmente, nuestro valioso recurso humano, que hoy está desplegado en todo el territorio nacional apoyando en diversos aspectos a nuestros compatriotas, comprometidos con la misión encomendada, aún a costa de sus propias vidas.
La institución, al tomar conocimiento de este nuevo escenario, y al recibir las órdenes del más alto nivel, consolidó rápidamente diferentes líneas de acción, algunas de ellas no habituales para nuestro personal, sin embargo, el sentido del deber y el compromiso en la defensa de nuestra patria nos hizo asumir el reto sin titubear. Se priorizo principalmente en adecuar las capacidades de infraestructura sanitaria, pero sobre todo en contar con todo el personal miembro de nuestra sanidad naval como son los médicos, enfermeros, auxiliares, y profesionales del área de salud, quienes día a día vienen luchando sin descanso para salvar la vida de nuestros compañeros, de nuestros familiares y de todo aquel que sea atacado por este enemigo, a ellos nuestro principal reconocimiento, pero sobre todo el agradecimiento permanente por arriesgar sus vidas por nosotros.
En el mismo nivel de importancia y prácticamente en simultaneo, se conformó una fuerza enfocada en operaciones de apoyo a la Policía Nacional en el control del orden interno, lo cual constituyó un gran desafío, al formar unidades con personal de diferentes áreas, especialidades y jerarquías. En ese orden de ideas y de inmediatez, el equipamiento y abastecimiento logístico tuvo que adecuarse a las nuevas tareas, permitiendo al personal desplegado cumplir con sus funciones de manera segura y eficaz. Desde el “día cero”, la Marina de Guerra a través de sus comandos operacionales, asumió el inmediato despliegue del personal naval, realizando intensas jornadas de trabajo a nivel nacional, llevando adelante la ejecución táctica de conducir las operaciones en las zonas de responsabilidad.
A ellos se sumó la Fuerza de Aviación Naval con un gran despliegue operativo, estableciendo un verdadero “puente aéreo” con las diferentes regiones del país, transportando personas en delicado estado de salud, personal médico, llevando ayuda humanitaria, medicinas, pruebas, carga general y recientemente vacunas, en beneficio de toda la población.
Recordamos también que la crisis sanitaria originó desplazamientos migratorios de muchos de nuestros compatriotas quienes en momentos de desesperación buscaban regresar a sus localidades de origen, por lo cual se encargó a la Marina de Guerra brindar el apoyo en el control de las vías de acceso y salida de la ciudad de Lima hacia la zona norte del país, así como brindarles alojamiento y alimentación, en coordinación con otros sectores ministeriales.
Asimismo, la Dirección General de Capitanías y Guardacostas, en su condición de Autoridad Marítima Nacional, debió continuar con el cumplimiento de su misión, disponiendo el despliegue de sus unidades y empleo de sus sistemas de control para la continuidad en la labor de resguardo de nuestra soberanía marítima, salvaguardar la vida en el mar y las tareas asignadas durante el Estado de Emergencia, sobre todo en el control del tráfico marítimo y los arribos a puertos nacionales, considerado esto como de muy alto riesgo por las condiciones de un posible portador del virus que origine mayores contagios.
Es así que con el pasar de los días, y como es sabido que, en épocas difíciles es donde los grandes emprendimientos salen a la luz, la capacidad de investigación y desarrollo del personal naval se puso a la altura de las circunstancias, haciendo realidad el respirador mecánico “SAMAY”, que se constituyó en una ayuda médica para el tratamiento de pacientes de COVID - 19 en diversos centros de salud , así como también realizar la reparación de respiradores tradicionales que se encontraban inoperativos en diferentes centros de salud del estado.
La Marina de Guerra, a lo largo de su historia, ha demostrado contar con héroes reconocidos, pero también anónimos, de gran calidad humana, de sólidos principios y amplio amor a su patria. Así lo demostró el Gran Almirante Miguel Grau Seminario y su dotación a bordo del Huáscar en Angamos, así lo demostraron muchos marinos en la defensa de nuestra patria, así lo demostraron nuestros marinos en la lucha por la pacificación nacional en la década de los 80, así lo vienen demostrando nuestro personal que combate actualmente en el VRAEM contra los remantes del narcoterrorismo, así lo vienen demostrando todo el personal hoy en esta dura lucha que ya nos tiene al pie del cañón durante un año y así lo demostraran siempre, todos los marinos del Perú, cuando la patria nos necesite.
Hoy, estando a pocos meses de conmemorar el bicentenario institucional, exaltamos la valentía de nuestros marinos de todas las épocas, cuyo ejemplo serán fuente de permanente inspiración, pero de manera muy especial rendimos homenaje a todos los que están enfrentado al enemigo invisible en carne propia y en primera línea de batalla y aquellos valientes y aguerridos compañeros de armas, militares y civiles, a nuestros familiares y amigos, que en el fragor de la lucha simplemente se nos adelantaron y que desde lo más alto del firmamento seguirán guiando nuestros pasos, a todo ellos les reiteramos nuestro eterno reconocimiento y admiración por su invalorable entrega.
Somos poseedores de un glorioso pasado, afrontamos el desafiante presente y asumimos con responsabilidad la tarea de forjar un futuro prometedor para las generaciones de peruanos; teniendo como única motivación que nos guía e impulsa, el ejemplo de nuestros héroes de ayer y de hoy y nuestro profundo amor por el Perú.