El programa Tronador no tenía “militantes”, “ñoquis”, salvo que el propio Varotto fuera considerado parte de esta categoría. La cantidad y complejidad de exámenes para ingresar era sólo apto para los mejores.
Repetir ese tipo de estereotipos y mitos como afirmaciones para todas las cosas terminan siendo posicionamientos ideológicos no racionales.
Lamentablemente, el programa Tronador fue prácticamente disuelto a partir del 2016. Gran parte de su planta de científicos, ingenieros y técnicos vieron sus carreras truncadas y contratos cesados y los laboratorios y maquinarias quedaron en desuso o arrendadas a proyectos de terceros a precios subsidiados.
Hoy parte de ellos se incorporaron a algunas compañías privadas conocidas (históricamente, siempre se benefician las mismas cada vez que se cancela un programa de este tipo) y docentes e investigadores de algunas universidades.
Retomar este proyecto implica volver a reconstituir el plantel de personal. Probablemente muchos de los que se fueron no regresen y los nuevos tienen que volver a aprender.
No me sorprende, por tanto, que los calendarios expuestos no sean muy precisos.
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También es interesante que gran pare del conocimiento necesario para este tipo de desarrollos se maneja en el mundo del secreto. Secretos de gobiernos y secretos industriales. Todo esta orientado a que terceros países (como el nuestro) y/o terceras compañías no puedan acceder a este tipo de tecnología y conocimiento.
Así que es un desarrolo, en gran medida, autónoma por necesidad. Nadie te facilita la tarea sino más bien lo contrario. Quizás, en muchas cosas implica reinventar la rueda que ya tienen otros, pero es la única forma de hacerlo.
Mucho de estas trabas y frenos tiene que ver con prioridades de seguridad nacional por parte de quienes poseen esta tecnología. Así que ¿por qué un país periférico que tiene potencialmente los recursos humanos necesarios para hacer algo así, debe renunciar a acceder a aquello que otros no quieren que se posea?
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Ya se había invertido en conformar varios laboratorios y plantas industrials con muchos equipamiento de última generación, me parece interesante recordar que como estaban mayormente ociosos, durante el 2020 al menos uno fue muy importante para fabricar componentes para las dos fábricas que se dedicaban a fabricar respiradores.
Lo cual termino siendo vital para poder atender la demanda de estos equipamientos hospitalario en ese momento.
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Muchas veces se pierde de vista los beneficios complementarios de este tipo de programas con importante inversión pública, como nuevos laboratorios y pequeñas fábricas que pueden proveer productos necesarios para otras empresas, manos de obra altamente calificada fichada por algunas grandes corporaciones, docentes e investigadores con “experiencia en proyectos reales” preparando a las futuras generaciones de cientificos, ingenieros y técnicos, know how en gestión en programas complejos y secretos, etc.
No se trata sólo de contar con un lanzador, sino también de cómo este tipo de proyectos impacta en el resto del ecosistema científico, técnico e industrial del país.
Por otro lado, dado que el mercado parece moverse rápidamente hacia pequeños satélites en orbitas bajas no-ecuatorianas formando distinto tipos de constelaciones. Pequeños satélites desechables con vidas tan cortas que a los pocos años tiene que lanzarse un remplazo, entonces el potencial para compañías de lanzamiento de este tipo de satélites es interesante.
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