Andrei Andreyevich Vlasov.
La figura de un militar que nunca ha sido del agrado de los especialistas en la II Guerra Mundial. Unos lo critican por unas cosas y otros por otras.
En 1938, fue enviado como asesor militar del dirigente nacionalista chino Chiang Kai-Shek, aquel que luchó contra el comunista Mao durante la guerra civil china, aunque, en esa época, luchaban juntos contra los japoneses.
Algunos dicen que en ese momento fue cuando empezó a desarrollarse su ideología política. Pues fue en China donde pudo contactar tanto con los nacionalistas como con los comunistas.
En 1940, siendo general de brigada, fue nombrado jefe de la 99 División de fusileros, que era considerada una de las peores unidades del Ejército Rojo, a la que dio un vuelco considerable.
Parece ser que, tras una inspección del mariscal Timoshenko, jefe del Ejército soviético, fue ascendido a general de división, gracias a la gran labor realizada con esa unidad.
Calificandola como la unidad mejor preparada del Ejército.
En 1941, cuando comenzó la invasión alemana de la URSS, Vlasov, tenía el mando del 4º Cuerpo de Ejército Mecanizado. Ya por entonces era teniente general.
Con su unidad, consiguió parar la ofensiva alemana y aguantar su posición durante una semana. También participó en la defensa de Kiev y consiguió que su unidad escapara al cerco germano.
Incluso, cuando participó en la defensa de Moscú, sus fuerzas consiguieron recuperar algunas localidades tomadas por el enemigo y fue objeto de merecidos elogios por parte del diario soviético Pravda, además de recibir varias condecoraciones.
Lo cierto es que se convirtió en un general muy popular. Stalin lo utilizó como un ejemplo de un alto mando surgido del proletariado.
En enero de 1942 fue enviado a Leningrado con la misión de intentar levantar el cerco alemán sobre esa ciudad.
Desgraciadamente, el resto de las divisiones soviéticas no pudieron seguirle y se vio rodeado. El Alto Mando soviético no le permitió retirarse, así que se estrechó el cerco y gran parte de sus tropas fueron aniquiladas por el enemigo.
Parece ser que las tropas de Vlasov estaban desesperadas. Tuvieron que comerse sus propios caballos y hasta cortezas de árboles.
Sus superiores le ofrecieron a nuestro personaje un avión para poder escapar.
Aquí hay diversidad de opiniones. Unos autores dicen que se negó a dejar a sus tropas abandonadas a su suerte. Mientras que otros afirman que se escondió en un granero y fue detenido tras una denuncia de un granjero.
Parece ser que fue apresado por las tropas del general alemán Lindemann,y tras su interrogatorio afirmó que, durante esos días que permaneció escondido, tuvo tiempo para meditar sobre la política de Stalin hacia su propio pueblo y se convirtió en anti-estalinista.
Durante su estancia en prisión, Vlasov, conoció al capitán Strik Strikfeldt, un alemán, que había combatido en el Ejército Blanco y que intentaba organizar una especie de movimiento anticomunista ruso para intentar echar del poder a Stalin.
Posteriormente, Vlasov y sus colegas, estuvieron haciendo preparativos para organizar el llamado Ejército de Liberación de Rusia, también conocido por sus siglas ROA.
A comienzos de 1943, redactó un folleto anticomunista, llamado la Proclamación de Smolensk, del cual se imprimieron miles de ejemplares, que fueron lanzados desde aviones alemanes sobre las líneas soviéticas a fin de incitar a los soldados soviéticos a la deserción.
Pero Hitler no confiaba lo suficiente en los rusos como para dejarlos luchar contra URSS.
Todo esto sólo cambió en septiembre de 1944, cuando el Ejército Rojo se acercaba a Alemania. En aquel momento los nazis estaban tan desesperados que estaban dispuestos a todo para conservar su imperio, al borde del colapso. El mismísimo Heinrich Himmler se reunió con Andréi Vlásov y aprobó la creación del Comité para la Liberación de los Pueblos de Rusia y sus Fuerzas Militares, que debía estar bajo el mando de Vlásov. Estas últimas estaban formadas por unos 50.000 efectivos.
Lucharon contra el Ejército Rojo durante sólo tres meses, desde febrero hasta abril de 1945. Como probablemente puede adivinar, no tuvieron mucho éxito. La Alemania nazi ya estaba condenada. Después de su derrota, Vlásov y todos sus comandantes fueron capturados por los soviéticos y rápidamente juzgados, ejecutados y olvidados.