Mikoyan Gurevich MiG 15 / 17

El LV-X216 esta semana en el aeropuerto de morón, parece que vuelve a volar!



Creditos: Tadeo Frezzia
 

michelun

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Camuflado en un esquema de 'serpiente' en verde oscuro y tierra, este MiG -17F de 921st IAP "Sao Do" se ve estacionado en la línea de vuelo en Noi Bai junto a MiG -21 en 1972. El pilar del VPAF en los primeros años durante la guerra de Vietnam, el MiG -17 'Fresco' (construido bajo licencia en China como J-5) era un caza subsónico derivado del MiG -15, con un ala trasera en flecha de 45°. Aunque no llevó misiles hasta el final del conflicto, el 'Fresco' estaba fuertemente armado con dos cañones Nudelman-Rikhter NR-23 de 23 mm y un cañón Nudelman N-37 de 37 mm, el primero con mayor alcance (hasta 5000 pies) . Si bien el 'Fresco' tenía una velocidad de giro fenomenal, especialmente a velocidades bajas (por debajo de 400 nudos), estaba limitado a altas velocidades subsónicas, a pesar de su motor de poscombustión, y poseía una velocidad de balanceo de solo 136 grados. La velocidad de giro del MiG -17 era tan superior que el manual de combate del VF-21 decía específicamente: "La filosofía básica que se enseña actualmente a todas las tripulaciones de aviones a reacción en relación con el caza MiG -15 y MiG -17 es no, repito, NO gire con ¡a ellos!' Posteriormente, ambos factores se volvieron importantes para los instructores de Topgun, ya que capacitaron a los estudiantes y pilotos de flota sobre cómo combatir el MiG-17 utilizando los puntos fuertes del Phantom II.
 

michelun

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Proyecto Pitbull. 1ra parte.
Artículo de Maikel Mederos Fiallo.
Desde hace mucho tiempo la fotografía del MiG-17AS No. 216 portando el misil aire – aire K-13 AA-2 “Atoll” ha sido objeto de análisis y opiniones. Hay algo completamente cierto que hemos afirmado y que se ha corroborado por veteranos pilotos de 17 y el personal técnico que atendía estos aviones. Los MiG-17 de la DAAFAR se equipaban con armamento aire – tierra.
Pero la foto ahí está y la misma tiene su historia. La reciente adquisición y lectura del libro del General del Pino “9050 horas” nos acaba de esclarecer el asunto completamente. Sucede que una vez más se demuestra que hay que leer de todos los autores, porque lamentablemente, prevalece el hábito de escribir lo “conveniente” y no mencionar cuestiones “incómodas”. Eso en detrimento total de la verdadera historia.
Antes de entrar en el análisis de lo que fue el proyecto Pitbull, hay que recordar una experiencia anterior ocurrida fuera de Cuba.
El General del Pino fue miembro de una de las varias comisiones DAAFAR desplegadas en Vietnam para obtener experiencias de la guerra y para aportar a sus colegas vietnamitas. Estando allí fue partícipe de la controversial actitud de los pilotos vietnamitas que preferían el MiG-17F al MiG-21.
Expresa el General del Pino:
“Para mí el MiG-21, era en ese momento el mejor avión de que disponían para luchar contra la aviación norteamericana, en términos de aerodinámica y armamento aire-aire de mísiles. La aviónica o sistemas electrónicos y de radio del avión eran una basura. Los vietnamitas habían rechazado el MiG-21 y la mayoría de los derribos hasta ese momento lo habían realizado con los viejos MiG-17F empleando los cañones.
Lo más triste del caso es que esta desafortunada opinión del mando vietnamita, encontró eco en los burócratas al frente de la Defensa Antiaérea y Fuerza Aérea de Cuba. Burócratas que jamás habían puesto sus fondillos en un avión de combate. Su miopía fue tan grande que estos burócratas llegaron al extremo de solicitar un regimiento (36 aviones) de MiG-17, en lugar de los MiG-21PFM, que los soviéticos estaban despachando para Cuba.

Por suerte, el contrato ya había sido despachado y los nuevos aviones (se refiere a MiG-21PFM) estaban camino de Cuba. Esto hubiera sido el error más garrafal que hubieran podido cometer nuestros superinteligentes estrategas.
Durante mi visita a varias bases aéreas y mis largas charlas con los pilotos vietnamitas descubrí que el sistema aplicado por los soviéticos era en realidad el causante de la poca asimilación del MiG-21. Simplemente, era imposible explicarles fórmulas de trigonometría a personas que eran mayormente analfabetas. Mucha calidad humana pero poca base de comprensión. Además, los soviéticos no tuvieron las agallas de hablarle claro a los vietnamitas diciéndoles que su aviónica, como dije antes, era una basura.
Le pedí al segundo jefe de la fuerza aérea, que me diera un voto de confianza y me dejara hablar con los pilotos, otra vez después que se fueran los asesores soviéticos. El coronel dio el visto bueno y programó una serie de reuniones donde pudiera contarles a los vietnamitas, algunas de nuestras experiencias con el MiG-21”.
Haciendo uso de sus extraordinarias dotes de comunicación, el General del Pino abordó el complicado tema:
“Trate de reconstruirles lo más exacto posible, mis explicaciones a los pilotos y para mi satisfacción profesional las charlas significaron un viraje total en la forma de pensar de aquellos hombres.
—Amigos, para sacarle al MiG-21, el máximo de sus posibilidades combativas, tenemos que empezar echando todos estos manuales de teoría de combate, trigonometría, y fórmulas matemáticas que están sobre esta mesa en el latón de la basura y empezar de nuevo desde cero.
Mi audiencia se había quedado con la boca abierta y noté cierta incredulidad, pero continué inmutable.
—La otra cosa que tenemos que reconocer y aceptar es esta: la mira de radar y todos los otros sistemas electrónicos de los MiG-21 (se refiere al RP-21), son una basura. Y segundo, el motor consume más combustible que los cuatro motores de los B-52, juntos, y, por lo tanto, es una basura también.
—Como resultado de este análisis objetivo de nuestro “Talón de Aquiles”, nosotros debemos descubrir y analizar el lado positivo de la máquina que volamos hoy.
Con esta disyuntiva resalté que aerodinámicamente el MiG-21, era el mejor avión de combate en el mundo en ese momento y que poseía un excelente sistema de armamento aire-aire guiado térmicamente, con un tipo de misil muy fácil de operar y muy efectivo, el K-13 (R3S en los manuales soviéticos).
Los sensores instalados en el cabezal de esos mísiles envían una señal auditiva al casco del piloto, cuando detectan la irradiación de calor emitida por los motores del avión enemigo.
Al acortarse la distancia entre el MiG-21 y el avión enemigo, la señal que envía el misil al casco del piloto aumenta en intensidad, indicando que está en “Captura” del objetivo. Después de analizar todos los pros y los contras del avión, les di mis recomendaciones finales.
—Amigos, resulta muy difícil dar consejos desde fuera del ring, pero si yo estuviera volando en los cielos de Vietnam hoy, dependería totalmente de mis ojos y me olvidaría de todos esos sistemas incompetentes.
Para determinar el momento exacto para lanzar el K-13, yo dependería en primer lugar de la máxima señal de “Captura” del objetivo que el K-13, me envía al casco de vuelo a través de su cabezal infrarrojo y sin vacilación alguna apretaría el disparador, cuando sienta la turbulencia que el otro avión deja tras de sí.
Note en los rostros de mis interlocutores que comenzaban a entender la esencia de lo que trataba de explicarles y fui a la explicación más sencilla de todas. Tomé una pequeña pelota de jugar ping-pong y le pedí a uno de los pilotos que se pusiera de pie de espaldas a mí. Tiré la pelota suavemente, le dio en la espalda al joven aviador y al rebotar se quedó a mitad de camino entre él y yo.
La pelota representa las ondas que lanza el radar de a bordo en los MiG-21, buscando al avión enemigo y que al rebotar deben llegar al caza propio para que se nos refleje en nuestra pantalla de radar en la cabina.
—Aquí viene mi pregunta, les dije. El radar del MiG-21, el RP-21, en alturas de 3,000 a 4,000 metros, que son las alturas en que más vuelan los norteamericanos, tiene un alcance efectivo de 10-12 kilómetros, aunque el manual diga que 15-18. ¿Alguien puede decirme a qué distancia visualmente un piloto puede ver al avión enemigo a esas alturas? Nadie contestó y proseguí. ¡Pues yo estoy cansado de verlos a 20, 22 kilómetros!
Si esto es así, cuando usted está tratando de detectar al avión enemigo usando el radar de a bordo, lo que está haciendo es el mismo experimento que hicimos hace unos minutos. Las ondas de sus radares chocan con el avión enemigo, pero se quedan cortas y no llegan a nuestro radar.
¿Y quién se beneficia con esto? ¡Los malos! ¿Por qué? Porque ellos tienen en sus colas los sensores que le indican desde dónde los están irradiando.
Simplemente, ellos están sabiendo, antes que nosotros, que nos estamos acercando por la semiesfera trasera y les estamos dando la ventaja de tener el tiempo necesario, para evadir nuestro ataque o avisarle a sus grupos de cobertura para que los protejan.
Uno de los jóvenes pilotos pide la palabra y dice que a él le resulta muy difícil estar cumpliendo con las órdenes que recibe desde el controlador en el radar de tierra dándoles rumbos, distancia y otras órdenes y al mismo tiempo tratar de buscar visualmente al enemigo en el aire.
Fui hasta mi maletín, extraje la cámara fotográfica Zenith que viajaba conmigo a todas partes, destapo el protector del lente, regulo el enfoque con un libro que está sobre la mesa a la distancia de medio metro y llamo al joven piloto que acababa de hablar.
—Mira, sin cambiar el foco de la cámara, cierra tu ojo izquierdo y léeme los últimos números del cartel, aquel que ves al final del aula.
—No puedo, veo todo borroso, me dice después de tratar varias veces.
— ¡Por esa misma razón es que no puedes ver los aviones enemigos cuando estás cumpliendo las órdenes de rumbo y distancia que te dan desde tierra!
—Señores, el ojo humano funciona exactamente igual que esa cámara que ustedes ven ahí. Cuando ustedes están leyendo los valores de los instrumentos en la cabina, el foco de la cámara humana, llamada ojo, está regulado a la distancia de medio metro y hasta menos, si usted cambia la vista hacia fuera para tratar de ver algún objetivo no van a ver nada debido al tiempo de retardo que demora el ajuste del foco del ojo.
(…) Creo que en nuestra misión en Vietnam ganamos todos. Conocimos mejor a los hombres que llevaban en sus hombros el peso de una guerra tan desastrosa y complicada. Llegamos a comprender el porqué de muchas de sus decisiones y evaluaciones. Aunque algunas no fueran las más apropiadas como fue la tendencia inicial de preferir los MiG-17, en lugar de los MiG-21”.
Continuará…
 

michelun

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Proyecto Pitbull. 2da parte.
Artículo de Maikel Mederos Fiallo.
Tras la experiencia en Vietnam y su regreso a Cuba, se desarrolla en la DAAFAR una interesante experiencia en la que participa Del Pino. Los viejos misiles S-2 SOPKA de la MGR que habían llegado con la Agrupación de Tropas Soviéticas (ATS) en 1962, agotaban sus recursos y se decidió utilizarlos para un ejercicio de intercepción aérea con los diversos modelos de MiG en una competencia que sin duda elevaría disposición combativa. Ya en alguna oportunidad escribimos sobre ese tema.
Expresa el General del Pino al respecto:
“El resultado de estos ejercicios, superó lo que inicialmente eran solo preocupaciones, con lo que veíamos en Vietnam, para convertirse en alarma. Si nuestros MiG-17, no podían ni derribar un avión subsónico volando recto y nivelado, sin siquiera la presión de poder ser derribado por otros cazas enemigos.
¿Qué podía suceder cuando la cosa fuera de verdad contra la aviación norteamericana? Pero había algo más preocupante.
El resultado logrado por los vietnamitas con los MiG-17F, aunque pobres, era mucho más efectivo que el logrado por los MiG-17AS, nuestros contra un blanco desarmado y no maniobrable.
Sin embargo, de los reveses grandes en ocasiones surgen las soluciones. No sé cómo, pero viendo aquello se me ocurrió pensar: ¿Y por qué no le pedimos a los soviéticos que hagan una modificación a los aviones y le instalen misiles aire-aire K-13, a los MiG-17 nuestros? Enseguida aparecieron los escépticos argumentando que la burocracia soviética era tan grande que cuando se aprobara la modificación ya no habría ningún MiG-17, en servicio en el mundo.
Y tenían razón. En cuanto les sugerí a los asesores soviéticos la modificación, todos se echaron a reír diciéndome que me olvidara de eso.”
Pero la idea no era descabellada, más bien todo lo contrario, y es en este punto donde entra a jugar el personal técnico, el imprescindible para aplicar la idea, convertir la teoría en práctica. Todas las fuentes coinciden en el aspecto que explicaremos a continuación.

Dice Del Pino:
“Un hombre en la sección de ingeniería de la Fuerza Aérea, el capitán Miguel Pérez, que estaba al frente del departamento de armamento de la sección de ingeniería, me llamó aparte una tarde y me abrió las esperanzas.
— ¡Capitán, eso que usted anda proponiendo se puede hacer sin problema ninguno! ¡Cuente conmigo! me dijo Miguel, en los pasillos del Estado Mayor.
Como era la primera voz de apoyo que escuchaba por esa idea, le propuse irnos para el club de la Casa Central de las Fuerzas Armadas. Lo invité a almorzar. Y así, tomándonos algunas cervezas, podríamos analizar mejor el asunto. Miguel, siempre fue muy emprendedor y uno de los fundadores de la fuerza aérea rebelde, cuando se trataba de un puñado de aviones en un intrincado paraje de las serranías de la región oriental de Cuba, durante la guerra civil.
—Del Pino, ¿Se acuerda el T-33, matrícula 701, en que usted tuvo el accidente con el capitán Klein en el despegue?
— ¡Claro que me acuerdo! ¡Con el susto que pasamos!
—Bien, ¿Recuerda que como los T-33, solo tenían dos ametralladoras calibre .50 en la nariz, Douglas quería adaptarles a todos las seis ametralladoras que llevaba el F-80, que era la versión del T-33, de una sola cabina? ¿Se acuerda que utilizamos la nariz del 701, que había quedado intacta en el accidente y en ella hicimos el experimento y funcionó?
— ¡Verdad que sí Miguel! Pero como la invasión de Bahía de Cochinos, llegó antes de que se pudiera hacer la modificación en los aviones, aquello se quedó así en el aire.
Efectivamente, aquello fue un trabajo complicadísimo pero se llegó a realizar y ahora Miguel me hacía recordar.
—Mire, yo tengo en el departamento unas cuantas vigas y pilones de los que usa el MiG-21F13, para llevar los mísiles aire-aire K-13. Esas son vigas de aviones que se han accidentado o caído como el del F13, en que se mató el teniente Iván Portuondo. En la base de reparaciones hay dos MiG-17, que están en reparación. Por qué no experimentamos con uno de ellos y hacemos lo que hicimos con el T-33.
Aquí es mucho más fácil, pues no hay que hacer trabajo de sheet metal como en el T-33.
Aquí lo único complicado es la adaptación del circuito eléctrico, para activar el cabezal del cohete, enviar la señal de captura al casco del piloto y la conexión al disparador en la palanca de mando del avión.
— ¡OK, manos a la obra! — Le respondí entusiasmado.
Había varios obstáculos que superar. Primero debíamos hacer todo el trabajo a espaldas de los soviéticos. Si estos se enteraban, pondrían el grito en el cielo, por estar inventando cosas que no estaban autorizadas por el fabricante del avión. Si los trabajos trascendían a ellos, la criatura estaba muerta antes de nacer. Ese era el más complicado de los obstáculos por tener que hacer las cosas prácticamente en secreto.
El otro obstáculo, era, por supuesto, con la jefatura de la Base de Reparaciones de Aviación, que debía conocer sobre el proyecto, ya que ellos responden al jefe de la DAFAAR, por lo que suceda.
Aquí no debía haber problemas, yo era en ese momento el único piloto de pruebas, que le efectuaba estos vuelos a los aviones que salían de reparación, que por cierto me dieron bastantes sustos y dependían de mí para cumplir sus planes de producción. Una mano lava la otra como dice el refrán”.
En toda la literatura pública sobre temas de aviación militar cubana, les puedo asegurar, con total responsabilidad, que solo en un libro se ha tocado esta cuestión. Vamos a exponer textualmente como abordaron el asunto.
En el libro del autor Ojeda Nerey “Artillero de cola” se expresa:
“Un trabajo en el que estuvimos enfrascados algunos meses y donde la mayor parte de la construcción de los circuitos recayó en el compañero Eliades y en mí (Ojeda Nerey), fue una invención diseñada por el compañero Miguel Pérez, para lograr adaptarles a los MiG-17 un sistema de suspensión adicional en cada ala para llevar tanques auxiliares y bombas o cohetes al unísono”.
 

Motocar

Colaborador
Interesante relato... Lástima qué cómo nos cuenta él autor dél relato a veces los constructores imponen sus criterios sumado a decisiones políticas que dejan poco margen a los verdaderos protagonistas (técnicos y pilotos) dé crear en basé a experiencia y necesidades sus soluciones... Más allá dé un cómodo "No sé puede" o el "ahora también eres ingeniero".

Gracias por compartir, aunque quedé "Picado" dé ganas dé leér más...!
Motocar
 

michelun

Co-laborador ZM
Miembro del Staff
Moderador
Interesante relato... Lástima qué cómo nos cuenta él autor dél relato a veces los constructores imponen sus criterios sumado a decisiones políticas que dejan poco margen a los verdaderos protagonistas (técnicos y pilotos) dé crear en basé a experiencia y necesidades sus soluciones... Más allá dé un cómodo "No sé puede" o el "ahora también eres ingeniero".

Gracias por compartir, aunque quedé "Picado" dé ganas dé leér más...!
Motocar
Yo también me quedé con ganas, pero no había más...-:(-
 
Dos videos actuales de la versión biplaza del MiG-15

Primer video: encendido del motor de un ejemplar que fue dejado abandonado 12 años. Excelentes tomas de la cabina -->>


Segundo video: Vuelo asistido. Bastante instructivo -->>


Cordiales Saludos
 

Grulla

Colaborador
Colaborador
"Invitados inusuales"

Parecería: aviones de combate MiG-17F de la Fuerza Aérea Siria Air en el aeródromo de campo. ¿Qué podría ser inusual aquí y por qué son invitados? Y fue así. El 12 de agosto de 1968, 2 aviones aterrizaron en la pista sin pavimentar de Moshav Bezet en Galilea occidental, Israel. Eran MiG-17 de la Fuerza Aérea Siria. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) habían ganado la Guerra de los Seis Días contra una coalición de estados árabes un año antes, comenzando la Guerra de Desgaste. Siria era considerada un enemigo y, por lo tanto, conseguir los MiG fue un verdadero golpe de suerte.

Pero, ¿los pilotos sirios desertaron voluntariamente con sus aviones? No. No tuvieron suerte con... las cartas de navegación. En lugar de los modernos, usaron mapas de 1945. Israel aún no estaba sobre ellos, pero se marcó un aeródromo militar británico cerca de Bezet, entonces ubicado en el Líbano. Los pilotos estaban seguros de que aterrizaban en el Líbano.

Los MiG-17F han sido cuidadosamente estudiados y probados por la Fuerza Aérea de Israel. Después de eso, se entregó un avión a los Estados Unidos y el segundo se transfirió a la exposición del Museo de la Fuerza Aérea de Israel.


https://m.ok.ru/dk?st.cmd=altGroupMedia ... n=3515#lst




 
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