Detrás de escena de una sesión fotográfica aire-aire del Gripen
Realizar una sesión de fotos aire-aire exitosa requiere mucha planificación y un poco de suerte con el clima. En el departamento de comunicaciones de Saab Aeronautics hicimos una solicitud formal a la Fuerza Aérea Sueca para utilizar uno de sus C-130 Hercules y un avión Gripen C para poder grabar imágenes del Gripen C y el Gripen E volando juntos.
Cuando obtuvimos el visto bueno, el primer paso fue averiguar cuál de nuestros aviones Gripen E estaría disponible en las fechas posibles (una fecha prevista y una plaza de reserva al día siguiente). Como nuestros Gripen E: son aviones de prueba, tienen varias versiones de hardware/software instaladas y, por lo tanto, diferentes envolventes de vuelo aprobadas. Las fechas de la Fuerza Aérea fueron fijadas, ya que los C130 son un recurso muy buscado.
La segunda etapa consistió en considerar las envolventes de vuelo de todos los aviones involucrados. El C-130 tiene una velocidad máxima aprobada con una rampa de descenso de 150 nudos. Para un avión de combate, especialmente un avión de prueba, esto es bastante lento, lo que a su vez restringe la carga y las maniobras posibles. Tuvimos una reunión con uno de nuestros pilotos de pruebas para discutir qué sería posible lograr teniendo en cuenta estas limitaciones. Armados con este conocimiento, los fotógrafos nos sentamos a crear una “lista de deseos” de las tomas que queríamos.
Documentación de planificación.
Resultado final.
Las tomas se visualizaron en 3D con descripciones de cómo debería posicionarse y moverse el avión. También tuvimos que considerar el tiempo de vuelo disponible y cuánto tiempo se necesita para preparar las diferentes maniobras. Se seleccionaron ocho posturas y se enviaron a los pilotos para su aprobación, asegurándonos de que nuestras maniobras planificadas pudieran realizarse con seguridad.
A medida que se acercaba el día quedó claro que la primera fecha no sería posible debido al clima. Noviembre no es el mes más fiable desde el punto de vista meteorológico en Suecia. Conduciendo hasta el ala F7 en Såtenäs el día antes del rodaje, no teníamos muchas esperanzas de poder volar, algo que se confirmó cuando nos sentamos a dar la sesión informativa de vuelo por la tarde. El pronóstico preveía una nubosidad compacta de hasta unos 9.000 pies.
A esa altitud estás cerca del nivel en el que necesitas usar máscaras de oxígeno. También iba a haber una capa de nubes sobre nosotros. Esto significaría que las imágenes serían menos llamativas de lo que esperábamos, ya que no podríamos ver el suelo y la luz sería plana y apagada debido al cielo nublado. Al disparar aire-aire, no desea un cielo azul claro o una capa de nubes compacta. Las condiciones ideales son nubes dispersas para que tengas una sensación de escala y referencia al avión que estás fotografiando. Especialmente al filmar, volar cerca de las nubes te da una sensación de velocidad, en lugar de que el avión se quede quieto en un gran espacio azul. Regresamos a nuestro hotel bajo la lluvia sintiéndonos un poco deprimidos.
Al salir del hotel a la mañana siguiente, para nuestra sorpresa, fuimos recibidos por un glorioso amanecer con una capa dispersa de nubes a unos 3.000 pies. No podíamos creer nuestra suerte al conducir hasta la base, y cruzamos los dedos para que así fuera. permanecería constante durante un par de horas. La luz era mágica y, al estar en noviembre en Suecia, la luz tiene un carácter crepuscular teñido de amarillo durante la mayor parte del día, a diferencia de junio, cuando la luz es dura y plana con contrastes extremos la mayor parte del tiempo.
Lo que puedes lograr cuando los dioses del tiempo te sonríen.
Nos recibió el capitán del C-130 diciéndonos que el vuelo estaba en marcha y el encargado de carga nos condujo rápidamente al avión para prepararnos. Recibimos arneses con cordones para sujetarlos al piso y poder movernos por la rampa. También conseguimos auriculares para poder comunicarnos con la tripulación y, a través del capitán, dirigir los movimientos del Gripens. Aproximadamente una hora antes del rodaje salimos a explorar el tiempo en la zona designada sobre el lago Vänern y hacer los últimos preparativos. Utilizamos cámaras Canon R5 junto con lentes Canon 70-200 f2.8 y 24-105 f4.0.
Yo iba a filmar y mi colega tomaría las fotografías. Atamos un trípode a la rampa ya que mi plan era usarlo para obtener un video fluido, pero en el aire nos dimos cuenta de que las vibraciones se transmitían a través del trípode haciendo que el video temblara. La computadora de mano era el camino a seguir. Para lograr una mayor flexibilidad en la posproducción, el vídeo se grabó en 4K, 100 fotogramas por segundo.
Ningún plan sobrevive al primer contacto con la realidad, y si algo se aprende en esta línea de trabajo es a adaptarse e improvisar a medida que cambian las condiciones. Los Gripen debían llegar al C-130 simultáneamente, pero en realidad el Gripen E apareció unos 15 minutos antes que el Gripen C. Sin embargo, teníamos un avión detrás de la rampa, así que nos pusimos manos a la obra haciendo algunas maniobras en solitario que se suponía que debían hacer. ven más adelante en el rodaje. No desperdicies una oportunidad como ésta, ya que mantener varios aviones en el aire para una sesión de fotos no es nada barato.
Cuando llegó el Gripen C empezamos a repasar las poses. Además de brindarnos imágenes perfectas, el clima también nos ayudó al estar completamente tranquilo, por lo que la rampa era muy estable para trabajar. Si te movías hacia los bordes de la rampa, sentías algunas turbulencias alrededor de los tobillos, pero las condiciones eran excelentes con la temperatura justa para que pudiéramos trabajar sin guantes, lo cual siempre es una ventaja cuando se juega con los controles de la cámara.
Condiciones ideales el día del rodaje.
Estuvimos en contacto constante con los pilotos y les dijimos que consiguieran los ángulos y posiciones correctos para lograr el resultado que planeábamos. Lo que siempre me llama la atención cuando hago una sesión aire-aire es cómo cambia tu percepción del tiempo cuando te concentras al 100% en el trabajo que tienes entre manos. Es como si el tiempo transcurriera simultáneamente a cámara lenta y muy rápido. Cámara lenta porque estás haciendo muchas cosas al mismo tiempo; comprobar la composición de la imagen, el enfoque, la configuración de la cámara, dónde se encuentra en el programa, qué se supone que debe hacer a continuación, etc. Rápido porque una hora no es tan larga y debe producir resultados lo suficientemente buenos como para motivar el costo y el esfuerzo invertidos. de todos los implicados en el rodaje.
Cómo se veía desde la perspectiva de los pilotos del Gripen.
Finalmente, el Gripen E regresó a la base y nos concentramos en los tiros en solitario del Gripen C. Obtuvimos algunos primeros planos realmente bonitos, ya que el Gripen C es un avión de serie con una envolvente de vuelo completamente abierta, a diferencia de nuestro avión de prueba Gripen E. Esto significó que el piloto del Gripen C podía maniobrar más libremente, haciendo giros de barril y acercándose al C-130. Al partir hacia casa, lo último que hizo el Gripen C fue encender el postquemador y sumergirse hacia abajo, lo que hizo que el C-130 vibrara con el potente sonido de un Gripen. También generó algunos ángulos inusuales que nunca antes había podido captar.
No todos los días se puede ver un Gripen desde este ángulo.
Al aterrizar de regreso en Såtenäs estábamos eufóricos. Todo se había unido para brindarnos la sesión de fotos perfecta. La variedad de las nubes y las condiciones de iluminación dieron como resultado material que parecía ser el resultado de media docena de vuelos diferentes. Dos fotógrafos muy contentos, pero también muy cansados, regresaron a Linköping y no podían esperar para empezar a editar todo lo bueno que teníamos en nuestras tarjetas de memoria.
Una sesión de fotos de una hora que nos brindó una mezcla heterogénea de opciones.
Fuente: Saab
Saludos.
