La vasta modernización naval rusa sufre un revés por la guerra de Ucrania.
22 noviembre, 2024 Redacción 2357 visitas
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Rusia,
Submarinos nucleares,
Ucrania
La
Armada rusa, aunque sigue siendo una seria preocupación para la
OTAN, muestra signos de declive que recuerdan a los de la década de 1990. Los costosos proyectos de reconstrucción se están resintiendo. Los esfuerzos por recuperar grandes buques de guerra, como el crucero de batalla de propulsión nuclear
Almirante Nakhimov, parecen más motivados por el orgullo nacional que por su valor estratégico.
Rusia ha pasado los últimos 15 años modernizando y rearmando constantemente su armada. La labor pretende recuperarla del punto más bajo de la posguerra fría en la década de 1990, alcanzando nuevos niveles. La introducción de nuevas clases de buques de guerra, aunque más pequeños que los que sustituyen, supone un salto significativo en modernidad. Mientras tanto, los nuevos submarinos, en particular los de propulsión nuclear de la
clase Severodvinsk (
Yasen), son realmente de clase mundial.
Pero el proyecto se enfrenta ahora a un gran obstáculo. Ya se ven las grietas, y es poco probable que Rusia pueda mantener la modernización de sus fuerzas navales si continúa la guerra.
La invasión de Ucrania ha calentado la economía rusa y ha creado nuevos retos políticos y financieros para el
Kremlin. Esto se deja sentir en el campo de batalla, y también es visible en la reconstrucción de la armada. Así pues, aunque la
futura armada rusa pueda conservar algunos activos de alta gama, en particular submarinos avanzados, es probable que su influencia general en el mar disminuya.
Los grandes planes de Rusia
Rusia lleva construyendo nuevos buques de guerra y submarinos desde mediados de la década de 2000, y se aceleró a finales de 2010. Los mejores buques de la Guerra Fría fueron seleccionados para su modernización. Al mismo tiempo, se construyeron numerosas clases nuevas y se desarrollaron nuevas armas pioneras. Se instalaron misiles de crucero
Kalibr en casi todos los buques que podían portarlos y se probó la nueva generación de misiles hipersónicos
Zircon. Durante un tiempo, la modernización de las capacidades navales fue una de las principales prioridades, posiblemente más que la de las fuerzas aéreas o el ejército.
La ambiciosa carrera de Rusia en la construcción de submarinos desde la década de 2010 ha dado como resultado algunos de los submarinos más formidables del mundo. Con un mando competente, representan una amenaza submarina de primer nivel para las armadas de la
OTAN, especialmente en el Atlántico. Mientras que el
Ejército ruso recibió un puñado de los últimos carros de combate principales
T-14 Armata, la Armada encargó 12 submarinos de propulsión nuclear.
Pero la construcción siempre ha sido lenta y parece que va a peor. Algunos de los problemas son anteriores a la invasión, pero no por ello han mejorado. En las últimas décadas, los submarinos convencionales rusos se han quedado atrás en términos tecnológicos................................................
La Armada rusa, aunque sigue siendo una seria preocupación para la OTAN, muestra signos de declive que recuerdan a los
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