The Islamist attack on Aleppo came right after the Israel-Hezbollah truce in Lebanon, professor Huseyin Bagci has told RT
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El momento de la ofensiva militante en Siria plantea interrogantes, dice experto turco
Los aliados de Al Qaeda atacan Alepo tras el alto el fuego entre Israel y Hezbolá en el Líbano
Es interesante que los militantes islamistas en Siria lanzaran su ofensiva justo después de que entrara en vigor el alto el fuego entre Israel y Hezbolá, dijo a RT Huseyin Bagci, profesor de relaciones internacionales y fundador de Ankara Global Advisory Group.
El grupo terrorista Hayat Tahrir-al-Sham (HTS), antes conocido como Jabhat al-Nusra, inició el miércoles un ataque a gran escala hacia la ciudad de Alepo. En los dos últimos días se han producido los combates más intensos en la región desde 2020.
En declaraciones a RT el jueves, Bagci describió los combates como
“una situación muy peligrosa” y dijo que el ejército sirio tendrá que recuperar el territorio y hacerlo rápidamente.
“Habrá un nuevo tipo de alianza en los próximos días”, dijo, prediciendo que Turquía, Siria y Rusia trabajarán juntos contra los militantes afiliados a Al Qaeda.
Según Bagci,
“fuerzas externas” están interesadas en intensificar el conflicto en Siria. Mencionó a Estados Unidos, Israel y
“ciertos países europeos”.
Turquía inicialmente apoyó a los rebeldes que intentaron derrocar al gobierno de Damasco en 2011, dijo Bagci, subrayando que desde entonces Ankara ha cambiado su enfoque y apoya la integridad territorial de Siria.
Si los militantes del HTS se fortalecen, esto creará problemas para Turquía, así como para Siria y Rusia, y podría desencadenar otra oleada de inmigrantes hacia Europa, dijo Bagci.
El conflicto en Siria estalló en 2011, cuando los rebeldes respaldados por Estados Unidos y varios países vecinos intentaron derrocar al gobierno del presidente Bashar Assad en Damasco.
Los militantes del Estado Islámico (EI, también conocido como ISIS) aprovecharon el caos como una oportunidad para capturar grandes porciones de Siria e Irak en 2014.
El “califato” islamista acabó reducido a pequeños focos de resistencia por las fuerzas del gobierno sirio, respaldadas por Rusia, Irán y Hezbolá, y por las fuerzas kurdas, respaldadas por Estados Unidos. Mientras tanto, los militantes que no pertenecían al EI que quedaban fueron obligados a retroceder a la provincia de Idlib, donde han contado con la protección de Ankara.