La película del prisionero inglés
Jeff Glover piloteaba el Harrier derribado en Malvinas. Estuvo detenido entre Comodoro Rivadavia y Chamical.
“Es polémica. Quería que la película fuera polémica. Aposté a la discusión”, dice Victoria Reale, directora del documental Desobediencia debida que se verá el lunes en el Espacio Incaa. Por primera vez, el único prisionero británico retenido por la dictadura militar habla frente a cámara. Cuenta Reale que la relación con Jeff Glover llevó su tiempo. Se contactaron en 2005 y recién lo conoció en 2007 cuando viajó a Stamford (cerca de Londres). El otro eje de la investigación es el doctor Luis Reale, padre de la directora, que atendió al prisionero después de que se eyectó de su Harrier. El doctor cuenta que un superior le pidió que “presionara” a Glover para obtener información, pero se negó. A más de 20 años de aquellos sucesos, Victoria se pregunta: “¿Significaba torturar?”.
Las entrevistas trazan el paralelo entre los dichos y recuerdos de Glover; el oficial Jerry Pook; un piloto argentino; el doctor Reale, y quienes conocieron a Glover prisionero. El documental va armando un viaje en el tiempo que se hace cada vez más revelador.
“Pook estaba escribiendo un libro sobre su escuadrón en Malvinas, así que me regaló las filmaciones caseras que había hecho. Intenté que la película no fuera sobre mi papá. La Guerra de Malvinas como tema no me llamaba la atención. Cuando volvió a casa, estaba muy deprimido. Lo único que contó fue que conoció a un piloto inglés. Quedó en la leyenda. Yo tenía 9 años. Hace un tiempo contó que se había negado a cumplir esa orden y yo empecé a preguntarme cómo fue”, comenta Reale.
La anécdota le sirvió para diferenciar las “dos guerras” de las que hablan los militares. “Dicen que hubo una guerra contra la subversión y la de Malvinas. Quise demostrar que es mentira lo de las dos guerras, porque si hubo una guerra, debieron respetarse los procedimientos que señala la Convención de Ginebra, que prohíbe expresamente torturar, matar o desaparecer prisioneros. Glover tuvo mucho miedo. Los militares estudian los procedimientos según la Convención de La Haya y la de Ginebra”, explica la directora.
“No me resulta agradable volver al hospital”, dice el doctor mientras camina por el predio del hospital de Curuzú Cuatiá (Corrientes). Después afirma: “Jamás procedería a efectuar lo que me habían pedido”.
Desobediencia debida es un documental inteligente, de factura impecable, con subtítulos precisos, que mete la cámara donde antes nadie llegó.
“Desobediencia Debida”
Documental
Dirección: Victoria Reale. Proyecciones: lunes, martes y miércoles a las 21.30 en el Espacio Incaa Km 700. Ciudad de las Artes, avenida Riccheri y Concepción Arenales. General, $ 6; jubilados y estudiantes, $ 3.
fuente:
http://vos.lavoz.com.ar/content/la-pelicula-del-prisionero-ingles-1