Muy fiable testigo anónimo, ¿de que miedo hablas? Por favor…
Mi país, a pesar de todos sus problemas internos producto de su muy joven historia, presento al menos tres veces propuestas de arbitraje ante el gobierno británico.
-El 2 de Enero de 1885 el presidente Julio Argentino Roca por medio de su ministro de relaciones exteriores Francisco J. Ortiz sugiere un arbitraje a Gran Bretaña, este ofrecimiento es rechazado
(“la cuestión esta cerrada”, en carta de Sir Edmund a Ortiz)
-En 1887 el gobierno británico vuelve rechazar una propuesta de arbitraje internacional realizada por el canciller argentino Norberto Quirno Costa (durante el gobierno del presidente argentino Miguel Juarez Celman)
-El 28 de agosto de 1936, el ministro de relaciones exteriores de Gran Bretaña, Anthony Eden, envió a N. Henderson, embajador en Buenos Aires, una nota confidencial resumiendo los títulos de su país sobre las Islas Malvinas y rechazando nuevamente el recurso al arbitraje pedido por Argentina.
¿Qué pensaban los funcionarios británicos acerca de un arbitraje con Argentina?
Bueno aquí tenemos una pequeña pista:
Minuta de John Vyvyan (1935)
El segundo secretario del Foreign office, John Vyvyan, redacto el 24 de julio de 1935 una minuta interna en la cual advirtió:
"nosotros no podemos confiar en que nuestro reclamo sobre las islas tenga éxito en caso de ser sometido a arbitraje internacional".
Memorando Fitzmaurice (1936)
En febrero de 1936, el asesor legal del Foreign Office, George Fitzmaurice, coincidió en la necesidad de evitar un arbitraje internacional:
"Pero a decir verdad no estamos particularmente ansiosos por ir a arbitraje, Nuestro Reclamo de soberanía sobre las islas Malvinas tiene ciertas debilidades" Sin embargo, Fitzmaurice sostuvo que, habiendo ocupado las islas durante mas de un siglo ("aunque sea ilegalmente, como dice la Argentina") y mediando "razones estratégicas", El Reino Unido no podía renunciar a esas posesiones. En virtud de esto, el asesor legal -oficiando en este caso de asesor político- aconsejaba "Entonces parece (mejor) no tomar la línea dura...
Y creo que la política correcta es que permanezcamos firmes en las Islas Malvinas y rehusemos discutir el asunto, más allá de intimar de tiempo en tiempo que no admitimos reclamo argentino y lamentamos su continua insistencia en esto... "
Estas expresiones no son nada extrañas porque la política de tu gobierno desde el año 1834 con Lord Palmerston, y salvo muy honrosas excepciones, fue la de evitar discutir sobre el fondo de la disputa y esto se manifestó claramente a lo largo de la historia.
Carta de Spicer (1911)
En carta del propio De Bernhardt, Spicer confeso en 1911: "Es dificil evitar la conclusión de que la posición argentina no es totalmente injustificada y que nuestra acción ha sido algo despótica (....)
No podemos llevar fácilmente a cabo un reclamo valido y debemos sabiamente evitar una discusión con la Argentina sobre este tema"
Vos mismo expresaste esta “posición” con tus propias palabras:
El Reino Unido no sentarse a la mesa de diálogo con la Argentina, porque Argentina no tiene nada que decir y no tiene interés en la negociación. Argentina es simplemente no estaban interesados en cualquier otra resolución que el total y la plena anexión de la FI y ha dejado muy claro que esta es la única cosa que sea aceptable para ella.
Es cierto que el reclamo argentino peca muchas veces de intransigente, en esto yo coincido con el Dr. Terragno, algo que exprese en otros posts, cuando dice:
"La Argentina debe entender "todo o nada" significa nada", que no se puede pretender todo; con solo derechos y títulos Argentina no va a lograr nada (las veces que pudo hacerlo desperdicio las oportunidades por cuestiones internas) debe conciliar y negociar para obtener lo lógicamente posible.
Tenemos que ser imaginativos, inteligentes, pragmáticos y con una gran dosis de realidad, pero no solo nosotros, ustedes también, porque volviendo a citar a Terragno:
“el error de ambas partes fue preferir la épica al pragmatismo”
Es obvio que la voluntad conciliadora debe ser reciproca y simétrica, porque no alcanza con que una sola de las partes pida negociar y la otra haga oídos sordos. Siempre en una negociación se parte de pretensiones extremas, pero a través del dialogo estas se liman para alcanzar un acuerdo que satisfaga en alguna medida a los lados en conflicto, pero, para llegar a esto, ambos deben sentarse a negociar.
En resumen, sin discusión no hay solucion.
En lo que respecta a la Corte Internacional de Justicia...
Carta del embajador sir Malcolm Robertson a sir Ronald Lindsay (1928)
"Con respecto a las islas Malvinas, siempre he considerado, desde que leí el memorándum de Bernhardt del Foreign Office de diciembre de 1910, que nuestro reclamo a las islas es en verdad muy débil. En realidad está basado sobre la fuerza y muy poco más. Esta opinión parece haber sido mantenida por sucesivos gobiernos británicos desde los días de Lord Palmerston, porque han realizado esfuerzos para evitar que la verdad sea proclamada. Me doy cuenta que las islas son de un valor estratégico vital para nosotros y que no podemos renunciar a ellas, sin importar lo justa o injusta que pueda ser nuestra posición.
Todo lo que quiero es continuar la política de los gobiernos anteriores y permanecer en silencio. No creo que el gobierno argentino presente seriamente la cuestión a menos que los forcemos por resentirnos ante sus periódicas punzadas y sus periódicas reafirmaciones de su reclamo. (...)
Mantenemos nuestro reclamo al mantener la ocupación, que es por lejos más fuerte que un número de notas que sólo pueden dar lugar a desagradables controversias y finalmente podrían llevar al gobierno argentino a la sugerencia de que se remita todo el asunto a la Corte Internacional de Justicia de La Haya"
Todo ello sin contar que a su función de tipo contenciosa (exclusiva entre Estados), es decir tocante a los litigios que las partes le sometan, la misma es de carácter voluntario.
Los querellantes en un tribunal internacional son estados soberanos, y no es posible conminarlos a someterse contra su voluntad a la jurisdicción de la Corte. Esta no puede proceder a juzgar una controversia por la simple razón de que un estado presenta un caso contra otro, pues también la otra parte -el estado demandado- tiene que consentir en que la Corte se haga cargo del caso.
Es decir que si el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte no acepta ir a este tribunal, Argentina por más que presente su caso, la Corte Internacional de Justicia no puede hacer nada.
y como la política oficial del gobierno británico es no discutir (además alega que tampoco existe controversia) sobre la soberanía de las islas, Gran Bretaña nunca va a prestar su consentimiento para asistir a la Corte.
En otras palabras y terminando, presentar un caso en la CIJ sin el consentimiento previo de la otra parte para someterse a la decisión del tribunal, a sabiendas que tampoco va a presentarse, solo es una perdida de tiempo, recursos y dinero, sin olvidar el ridículo ante la comunidad internacional por realizar algo de este estilo.
Más acoso de Argentina sólo muestra que la Argentina es inherentemente inestable, propensa a la violencia, poco fiables, poca.
¿Así que nosotros somos propensos a la violencia? porque no tomamos las guerras en que intervino Gran Bretaña en los últimos 200 años (y soy bueno porque ni siquiera te pido todos los conflictos en los que participo a lo largo de su historia) y los comparamos con las guerras que tuvo Argentina desde su independencia.
Antes de mirar la paja en el ojo ajeno, porque no quitan el edificio (porque una viga es poco) que tienen en sus propios ojos.
Saludos