Combates de infantería en Malvinas

AIMARA

Colaborador
Colaborador
No tengo el rol del 7, pero voy a averiguar.

Oscar

Te agradezco yo entre a la pagina oficial del EA pero de Malvinas solo tiene los listados de los caídos no del personal que combatió en las islas.
Te comento que me interesa saber ya que un amigo que viejo hace menos de un mes me trajo Tierra de una posición de London y según le dijeron la posición perteneció al Tte. López.:sifone:
 

g lock

Colaborador
Che, José... tu amigo se está trayendo las Islas de a poco...:D
Está buena la idea, jejejeee!!

Un abrazo, amigo
 

Jorge58

Veterano Guerra de Malvinas
Aimara / Juan :
Yo traia un monton de tierra de MLV !! , en los pies , en el pelo ...hasta en el culo !! ...pero los malditos British me hiceron bañar cuando estaba prisionero !!!!
No por nada mi sobrenombre en el EA era "Mugre" ....!!! jajaja
Un poquito de humor che !!!!
Abrazos
Jorge
PD : Para aquellos que puedan imaginar quien soy ....silencio please que en una de esas tengo que acompañar a Lossito !!!!
 

g lock

Colaborador
Malditos!! Descubrieron el plan!!
Jajajaaa!! Feliz día, mi Artillero amigo!!
Me causó gracia su apodo, pero nunca lo usaría con Ud.... Una cuestión de RESPETO, ¿Vió?

Un abrazo enorme
 

Jorge58

Veterano Guerra de Malvinas
El apodo me quedo del CMN : Sucio para todo !! : Futbol ( no sabes lo que pegaba !!) , Billar ( les corria las bolas cuando no me veian !! ) Tiro : una ves en 3er año en un concurso de tiro con fusil le cambie la posicion del alza a un "competidor" sin que se diera cuenta ....jajaja !! Atletismo : el que corria delante mio casi siempre se "caia " ...y alunas otras sandeces que mejor no contar....
Como habre sido de famoso que hasta Balsa me llamaba MUGRE !! jajajaj
Abrazo
 

preloader

Colaborador
Aimara / Juan :
Yo traia un monton de tierra de MLV !! , en los pies , en el pelo ...hasta en el culo !! ...pero los malditos British me hiceron bañar cuando estaba prisionero !!!!
No por nada mi sobrenombre en el EA era "Mugre" ....!!! jajaja
Un poquito de humor che !!!!
Abrazos
Jorge
PD : Para aquellos que puedan imaginar quien soy ....silencio please que en una de esas tengo que acompañar a Lossito !!!!

silencio de radio ;)

un abrazo.
 

Willypicapiedra

Miembro del Staff
Moderador
El apodo me quedo del CMN : Sucio para todo !! : Futbol ( no sabes lo que pegaba !!) , Billar ( les corria las bolas cuando no me veian !! ) Tiro : una ves en 3er año en un concurso de tiro con fusil le cambie la posicion del alza a un "competidor" sin que se diera cuenta ....jajaja !! Atletismo : el que corria delante mio casi siempre se "caia " ...y alunas otras sandeces que mejor no contar....
Como habre sido de famoso que hasta Balsa me llamaba MUGRE !! jajajaj
Abrazo

Muy bien hecho, la versión argentina de Pierre Nodoyuna:cheers2:

Saludo uno....dos

Willy
 

oscarteves

Colaborador
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Te comento que me interesa saber ya que un amigo que viejo hace menos de un mes me trajo Tierra de una posición de London y según le dijeron la posición perteneció al Tte. López.:sifone:

En el RI 7 figura un Tcnl llamado Luis Eduardo López, quizá en la época de Malvinas haya sido teniente. Es una pista.

Oscar
 

AIMARA

Colaborador
Colaborador
Fotos recientes del viaje de un trio de veteranos
moody brook enterrando la bandera a nuestra espera


un poco de historia

Tripulación del Glamorgan en donde reconocen que las bajas británicas son más de los que admite su gobierno
 
Te agradezco yo entre a la pagina oficial del EA pero de Malvinas solo tiene los listados de los caídos no del personal que combatió en las islas.
Te comento que me interesa saber ya que un amigo que viejo hace menos de un mes me trajo Tierra de una posición de London y según le dijeron la posición perteneció al Tte. López.:sifone:


Te paso el link al listado de veteranos de la pagina de la Infanteria del EA:

http://www.infanteria.ejercito.mil.ar/malvinas/listado.html

Aca aparece un Lopez, Luis Eduardo del RI7, fijate si fue el.

Saludos
Hernan
 
Tripulación del Glamorgan en donde reconocen que las bajas británicas son más de los que admite su gobierno

100% de acuerdo, nada de conspiraciones, mentiras, propagandas y todas las sandeces que se dijo.
Esa es la realidad, creo en lo que afirman los veteranos argentinos, sobre todo lo que nos comentó el coronel Enrique Stel.

Buen aporte AIMARA

Por otro lado, la amistad entre nuestros adversarios.

Saludos!
 

coruño

Forista Sancionado o Expulsado
Esto no sabia donde ponerlo:el 21 de mayo,el teniente aviador del EA,sanchez mariño a los mandos de un bell,emprendia una mision para dejar comandos en mte.kent.En ese momento fue interceptado por una pac de harriers,que sin poder derribarlo,lo obligan a aterrizar.tras abandonar todos el helicoptero,uno de los harriers dispara cohetes contra el helicoptero,errando el blanco,aunque algunas de las esquirlas dañaron las palas del rotor principal,que fue reparado en el lugar usando adhesivo poxipol,lo que le permitio al helicoptero seguir operando hasta el final de la guerra.
 

bagre

2º inspector de sentina
estimados foristas
especialmente coruño
hay, habria que averiguar los nombres de esos pilotos, un gesto de esa magnitud en esas circunstancias habla de enorme caballerosidad, en una oportunidad hablando con un "sub oficial mayor" o su equivalente en la raf, me comento algo al respecto...
saludos
bagre
 

coruño

Forista Sancionado o Expulsado
no se si ya fue posteado pero por si acaso lo pongo: relato del s/c 62 DIEGO GALAT.ASI COMBATIMOS EN MONTE KENT.en mte.kent lo pasamos muy mal,mucho frio,hambre,comiamos cada 24horas,dormiamos poco y lo haciamos cuando podiamos.al 1 de mayo aparecen unos helicopteros ingleses y descubren a los chinook nuestro y los bombardean,luego descubren nuestra posicion y entramos en combate en ese combate tuvimos 5 bajas,un compañero mio de apellido guanes,una esquirla le saca la tapa de las rodillas.a la semana me entero que le amputan la pierna y a los 15/20 dias me entero de su muerte.a las 8 nos preparan para el contrataque,yo no tenia armamento,entonces me dan un fap de un soldado muerto.en ese enfrentamiento mueren los soldados balbidare,tode y famas.algo que recuerdo fue la noche que combatimos a las 4 de la madrugada,se repliega el rimec3 y viene un soldado correntino a mi posicion.lloraba y me decia:"guri,vienen muchos,vienen muchos".ese soldado traia un visor nocturno,me lo presto y pude ver alos ingleses,que venian como si nada.eran una cantidad enorme.entonces nos replegamos todos.los apuntadores de MAG eramos MANENTI,POLTRONIERI y yo DIEGO GALAT.nos replegamos al rimec25.en otro dia que soportamos el hostigamiento enemigo,estaba en mi pozo,a 5 mts.del pozo del soldado garcia,que me dice:"che,GALAT tengo ganas de *****".hacelo en el pozo le digo. NOOO...me dice"sale del pozo y se mete detras de unas rocas.en ese instante empieza el bombardeo y las bombas empiezan a caer cerca,en un momento dado siento un silbido que venia directo hacia mi,me tiro al piso del pozo y siento una terrible explosion.me paro ,miro y el pozo de garcia no existia mas.les puedo asegurar que este soldado se salvo cagando.en malvinas pasamos hambre,las raciones de comida llegaban saqueadas,un dia discuti con el subteniente FRANCO,llego a pegarle al soldado FAMAS,le dije que esto no se hacia,que todos estabamos por la misma causa,que tenia que ser mas compañero y que si pasa por mi linea de fuego lo iba a matar,porque eso no se hace.el subteniente FRANCO estaqueo a 5 soldados,al punto de que los tipos no podian ponerse en pie,tenian de la cintura para abajo principio de congelamiento y FRANCO saco la pistola y les disparo a los pies,este tipo se porto muy mal con la tropa,en cambio el subteniente ROBLEDO fue un verdadero soldado combatio al lado nuestra y se hizo cargo de una mag,cuando mataron al apuntador.ESTO LO PUSE AQUI POR PRINCIPIOS,EN EL COMBATE HAY QUE SER SOLDADOS,NO ASESINOS Y MENOS DE TU PROPIA TROPA.
 

AIMARA

Colaborador
Colaborador
Combate de la 4ta seccion Ca Nacar BIM 5

El relato es largo pero describe como se sintieron los soldados en sus pozos en los momentos culminantes del combate.

Tumbledown
4ta sección Ca Nácar
Los centinelas vigilaban en forma constante los 200 metros de frente por los 50 de ancho que ocupaba la 4ta sección, muchas veces adelantados de sus posos para poder dar la alerta general.
A las 21 comenzó a bombardear el lugar la donde estaban los morteros de 60 mm. , a unos 650 metros a retaguardia sobre Tumbledown. Uno de los proyectiles corto la línea telefónica, lo que le preocupaba bastante a Vázquez, pues no tenía contacto con el teniente Miño, quien a 150 metros le cubría las espaldas. Con quien había acordado que si recibían la orden de replegarse, ambos se encontrarían en un punto acotado y con las dos secciones unidas y en combate retardante, se desplazarían hasta el comando de la Compañía "Nácar".
Fue un conscripto a tratar de reparar la línea telefónica pero no la encontró, por ello el teniente Vázquez manda a llamar al cabo 2º Amilcar Tejada quien estaba a 100 metros.
-Tejada- le dijo ni bien apareció en la boca del pozo – tiene que solucionarme el corte de la línea telefónica. Vea que puede hacer.
A pesar del intenso fuego de artillería, Tejedor corrió de piedra en piedra tratando de seguir la línea y así llego hasta la gran pared de piedra, donde estaba el subteniente Silva. El cable se había cortado y era imposible repararlo. En medio de las explosiones el cabo llegó hasta la posición de Vázquez para informárselo.
El ataque de la artillería continúo hasta las 23,10. Vázquez ubicado en la boca del pozo, para tener una mejor vista, dar las órdenes y formular los pedidos a través del suboficial Fochesatto, que había pasado a desempeñarse como radio operador. En ese instante el conscripto Güida, desde su pozo situado a la izquierda, le gritó.
-¡Señor! ¡Señor! ¡Lo hirieron a Khin!
-¡Ya voy! –le respondió Vázquez, dejando su fusil en el pozo para poder correr con mayor velocidad.
Cuando llego el conscripto Khin estaba afuera, tomándose el estomago, con la mirada perdida y tambaleante, con las piernas muy abiertas. Con el mismo impulso de la carrera, lo empujo hacia el interior del pozo, al tiempo que le decía:
¡Esta loco, parado afuera!
Una esquirlas le había abierto el costado derecho del abdomen y no existía posibilidad de evacuarlo. Otro infante se introdujo en el pozo para ayudar. La oscuridad era total y solo entraba algo con las explosiones. Vázquez, tanteando la herida, comenzó a practicarle un vendaje de emergencia. Cuando cesó el cañoneo.
No había pasado ni un minuto cuando escucho una ametralladora Sterling, ahí nomás, en la misma boca del pozo de zorro ¿Qué había ocurrido? Los ingleses habían aprovechado el intenso fuego de artillería para aproximarse a escasos metros de la Sección.
-¿Quién podría estar tirando con Sterling? Voy a ver que ocurre – exclamo extrañado Vázquez.
Cuando saco la mitad del cuerpo fuera del pozo quedo petrificado: dos ingleses, cada uno a no más de 5 metros y a ambos costados de donde estaba Vázquez, iban avanzando y disparando. El de la Sterling, con la bayoneta calada y el otro con un FAL, con un cigarrillo en la boca. Fue entonces que Khin comenzó a gritar de dolor. Vázquez se zambullo en el pozo y le tapo la boca.
-Cállate Gringo, porque acá nos cocinan a todos- le dijo en voz baja.
Vázquez debía regresar a su pozo de inmediato, por varios motivos, se encontraba a 100 metros de su posición, desde donde tenia que dirigir el combate. Allí estaba la radio, único enlace con su jefe. Además recordó que había dejado su fusil, cosa que lamento.
-Termina de vendarlo – dijo Vázquez al conscripto que le ayudaba a vendar a Khin. -Yo regreso a mi posición
Sacó la pistola, la cargo, tomo una granada de mano, le saca el seguro y salió del pozo corriendo, el tiroteo se había generalizado. Los británicos habían pasado al asalto con bayoneta empleando gran cantidad de hombres (como se supo después el Regimiento que ataco a la 4ta Sección fue el 2º Batallón de la Guardia Escocesa) y a medida que pasaban por los pozos disparaba encima de ellos.
Mientras corría Vázquez, se cruzaba a menos de cinco metros de los ingleses, justo cuando la ola de asalto estaba sobre la 4ta Sección Los Guardias Escoceses, preocupados de usar todo el poder de fuego contra los soldados, que enterrados les disparaban sin cesar, se sorprendieron al ver un hombre del bando contrario corriendo entre ellos. Era una situación confusa e ilógica, ocurrió en segundo, no daba margen a reaccionar. Es razonable que en medio de un asalto un hombre escape, pero resulta difícil imaginar que corra a lo largo de las posiciones. La reacción fue tardía.
En esos instantes, se encendió un iluminante y la zona quedo como sí fuera de día. Es ahí cuando Vázquez comenzó a ver la trazantes que se cruzaban delante suyo. Le estaban tirando con fusil y ametralladora tenía dos posibilidades: o se tiraba en un enorme cráter o sé hacia el muerto y la decisión a tomar las tomo mientras corría. Optando por simular que le pegaban un tiro y se dejo caer boca abajo, con las piernas y los brazos abiertos.
En la mano izquierda tenia aun la granada, en la otra la pistola. Apoyo la cara sobre la derecha con el derecho cerrado y al izquierdo lo pudo mantener abierto.
Los minutos que siguieron fueron una eternidad. Para colmo el iluminante no se apagaba. Algunos ingleses pasaron tan cerca que solo veía desde sus rodillas hacia abajo. Tuvo pánico, sabia que le podían dar el tiro de gracia o el bayonetazo "Tengo que quedarme quieto, no moverme, no salir corriendo porque no llegaré a mi pozo" Para ocupar la mente comenzó a rezar.
Al cesar la iluminación. Como un resorte se levanto y comenzó a correr, mientras tiraba con la pistola, sin apuntar a ningún lado en especial. Ya sin aliento y con las piernas sin responderle, observo que en la boca del pozo no había nadie. Sin dudarlo y a pesar de que tenia 2 metros de profundidad, se zambullo de cabeza.
-Foche, realmente creí que no iba a llegar nunca – le dijo al suboficial Fochesatto, quien estaba sorprendido por la forma que su jefe había caído dentro del pozo.
-¿Qué paso jefe?
-Hirieron a Khin- respondió Vázquez – los ingleses nos atacan con muchos hombres.
Recuperándose, guardo la pistola, tomo el FAL y asomo medio cuerpo fuera del pozo. Rápidamente busco al grupo de ingleses más cercanos y les lanzo la granada que lo había acompañado en su corrida. Tenía para elegir. La cantidad de soldados enemigos era importante; algunos combatían en las posiciones otros habían sobrepasado la línea de la 4ta Sección unos 30 metros sobre retaguardia.
Comenzó a dar ordene, los gritos, los que a su vez eran pasado de pozo en pozo hasta los extremos.
No tenía noticias de lo ocurrido al subteniente Silva, que con cinco soldados, ubicados a unos cincuenta metros más atrás, sobre la cresta de Tumbledown, cubriendo las espaldas de la gente de la 4ta Sección de la Nácar y sirviéndole de apoyo para el caso de que tuvieran que replegarse.
 

AIMARA

Colaborador
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A espalda de Silva estaba Miño con su sección de ingenieros anfibios, pero del otro lado de la altura y sin camino ni comunicación accesible, pues allí Tumbledown estaba cortado por picos con paredes de hasta diez metros en la vertical. La única manera de comunicarse era por el punto de reunión previamente convenido.
El flanco izquierdo de asalto británico había escalado el monte por el Noreste de Tumbledown, directamente al Norte, por un sitio por el que no se lo esperaban (la existencia de muchos recovecos desorganizaba toda defensa) Sin embargo los escoceses subieron por allí y a medida que avanzaban gritaban y tiraban con todas las armas.
Miño y sus hombres, sorprendidos en su flanco, respondieron con fuego de FAL, lanzacohetes y granadas de mano y de fusil. Veían perfectamente los disparos ingleses a través de la estela químicas que marca el trayecto de las trazantes.
Antes de las 24, Miño le aviso al guardiamarina De Marco cuyo observatorio para dirigir el fuego estaba próximo, que se iba a replegar a un punto intermedio, en dirección al puesto de Comando del teniente Villarraza, enviando a un conscripto hasta la posición de Vázquez para avisarle que se replegaba. Aparentemente por producto del fuego y del ataque que sufría Vázquez, ese hombre no ubico la posición de la 4ta Sección. Lo cierto es que la comunicación no le llegó a Vázquez y que Miño inició el repliegue solamente con sus hombres.
Cuando la fracción de Miño se replegó de esas posiciones en la cresta militar Norte, el subteniente Silva quedó con sus espaldas desprotegidas y fue entonces que los ingleses lo tomaron por atrás, matando a los cinco soldados que lo acompañaban.
A la una y veinte de la madrugada y como el enemigo no cedía en su ataque Vázquez llamó por radio al puesto de comando de Compañía del teniente Villarraza. Por varios motivos tenias problemas para comunicarse con su jefe: se había cortado la línea telefónica; ambas posiciones se encontraban en la laderas opuestas de una misma montaña que hacia de pantalla y, como si eso fuera poco, desde la tarde del 13 los ingleses interferían los equipos radioeléctricos hablando y con ruidos. Por ello, a veces la 3ra. O la 2da. Sección retransmitían las comunicaciones.
-Verde, aquí Verde 4- insistió Vázquez.
-Verde 4 – fue la respuesta inmediata del puesto de comando de Villarraza.
-Solicito fuego de mortero sobre mi Sección
-Recibido
El suboficial Elbio Cuñe, jefe de la Sección morteros 81 mm dependía de la central de fuego a cargo del teniente de navío Ubaldo Pagani, instalado en el puesto de comando del Batallón 5. Cuando comenzó el ataque sobre las posiciones del teniente Vázquez, Pagani lo liberó y le dijo que se comunicará directamente con el comando Nácar, para hacer más efectivo el apoyo hacia esa Compañía.
Villarraza retransmitió a Cuñe el pedido de fuego de Vázquez. El suboficial había reglado el tiro sobre la punta que bajaba de Tumbledown a Dos Hermanas, en un pequeño valle de 300 metros delante de la 4ta. Sección. De todas manera tenía que recibir la orden del lugar exacto donde hacia falta el apoyo.
-Verde, aquí Naranja- dijo respondiendo el llamado de Villarraza.
-Aquí Verde adelante Naranja
-Corríjame, va disparo. ¡pum.!- dijo Cuñe.
Vázquez, que ya había alertado a sus hombres que les caería fuego de morteros, le comunicó a Villarraza la corrección del tiro y éste le retransmitió a Cuñe:
-Acorte 100, derecha 50.
-Recibido. Va- respondió Cuñe.
-Bien, esta en zona batida.
De inmediato cayeron sobre la 4ta. Sección unas quince salvas, provocando una gran sorpresa entre los británicos, que comenzaron a desbandarse. También hizo fuego el suboficial Lucio Monzón con sus morteros de 60 mm, ubicados a 500 metros a retaguardia de la 4ta Nácar, con seis conscriptos.
Ese fue un momento muy difícil, durante el cual quien está combatiendo desde su pozo no puede merece adentro y tiene que seguir tirando. Si deja de disparar, el enemigo, que lo tiene localizado perfectamente y que ya está jugado pues el fuego lo toma desprotegido, se le va encima y, como hacían los ingleses, le arroja una granada dentro del pozo o se para en la boca del mismo y vacía un cargador en el interior, ocupando luego ese mismo agujero.
Además el combate en esas condiciones es totalmente entreverado. A los proyectiles de los morteros de 81 había que sumarle los cohetes, granadas y misiles Milán que tiraban los británicos. Un infierno, donde las distancias entre contendientes no excedían los 8 o 10 metros y donde los disparos de cada uno eran su mejor cubierta. Nadie tenía tiempo de apuntar, sólo de tirar al bulto, sin exponerse demasiado porque con seguridad uno o más enemigos le estaban tirando. Esa situación fomentaba la inseguridad de ambos bandos y dificultaba la precisión de los disparos.
Ante la intensidad del fuego de morteros, los británicos se replegaron a la posición de partida que habían adoptado para el ataque, en el valle, al Oeste de Tumbledown. Muy pocos quedaron a retaguardia de la 4ta. Sección, escondido detrás de alguna piedra al no poder escapar con el grueso. Era exactamente la 1,30 del 14 de junio.
El asalto de la Guardia Escocesa de la Reina había sido rechazado. Un silencio absoluto que se prolongó por espacio de media hora se apodero del monte. Ni siquiera había viento y la visibilidad, pese a ser de noche, era buena, luego de haber pasado momentos de niebla cerrada, fuerte lluvia de granizo y nevadas.
De pronto, ese extraño silencio se rompió con los gritos de los marinos argentinos "Viva la Infantería de Marina", "Vengan, ingleses hijos de ****", " Que Venga la Reina, Carajo", "Vengan que acá esta la 4ta. Sección". Los nervios, la tensión vivida durante más de dos horas de combate ininterrumpido, el cansancio, el miedo, daban paso a un desahogo merecido. Los habían rechazado, que para esos hombres era mucho.
A los pocos minutos los ánimos los ánimos se tranquilizaron. Vázquez bajo a su pozo para calentarse, pues tenia las manos muy frías, casi sin tacto. De inmediato solicito que le comunicaran las bajas y el estado de la munición, dato que se le paso al teniente Villarraza:
-Verde, aquí verde 4.
-Verde.
-Señor, informo que los ingleses se retiraron, prácticamente se fueron en desbandada, en este momento no hay fuego, Tengo cuatro muertos y tres heridos. Estamos haciendo recuento de munición.
En la sintética, Vázquez le relato a su jefe lo ocurrido, quien le respondió:
-Recibido. Pregunto si se va o se queda.
-Señor, yo no domino del todo la situación pero los ingleses tampoco. Si me envía refuerzos puedo aguantar y de aquí no me saca nadie.
-Recibido. Espere
Pasaron unos minutos, los necesarios para que el teniente Villarraza consulte con el puesto de comando del Batallón. El capitán Robacio le respondió que le enviaría refuerzos.
-Verde 4, aquí Verde
-Verde 4- contestó Vázquez.
-Bien, resista, van a ir refuerzos
-Recibidos
.Recibidos, Aquí Verde 4, corto
 

AIMARA

Colaborador
Colaborador
Continua 4ta seccion
Poco duro la tregua del primer ataque. Exactamente a las dos, apenas media hora después de retirarse, los británicos lanzaron una segunda ola de asaltos, pero con tropas "frescas": habían reemplazado a los hombres de la Guardia Escocesa que combatieron la primera vez, por otro de las mismas unidades, descansado y con todo su armamento.
-¡Señor! ¡Se vienen de nuevo! grito uno de los vigías desde la boca de un poso cercano a Vázquez, quien, con la mirada de su cuerpo fuera, comenzó a dirigir las alarmas sobre determinados blancos, a pedir el estado de la munición y básicamente a dar las órdenes de fuego.
De nuevo el combate generalizado, todos tirando contra quien estuviese cerca. Otra vez el infierno del combate de infantería, donde se entremezclaba el tableteo de las ametralladoras, las explosiones de granadas, cohetes y proyectiles de diverso calibre, los disparos de los fusiles y los gritos de los heridos.
A las 12,30, el grupo del suboficial primero Julio Castillo, en el extremo derecho de la sesión trataba de contener la embestida enemiga., con Castillo estaba el cabo segundo Almilcar Tejada, que habían viajado a Malvinas con el teniente Vázquez y el dragoneante José Luis Galarza, un muchacho que se habría destacado en ese grado y a quien Castillo quería como un hijo "Ese es mi pollo" decía con orgullo.
Tres soldados británicos salieron de atrás de un montículo rocoso y disparando mientras corrían, mataron a la joven Galarza. El cabo Tejada, echado a unos siete metros de distancia, giró la ametralladora MG con la que hacía fuego hacia el sur y comenzó a disparar en dirección al enemigo, derribando a los que se acercaban a la carrera.
Castillo, al ver la forma en que habían caído su de dragoneante, se incorporó, furioso, en momentos en que otros tres ingleses avanzaban hacia él, desde unos 15 a 20 metros.
_ ¡Ingleses hijos de punta a! _ grito e intentó disparar su fusil automático. Pero un tiro en el pecho que salió por la espalda abriéndole una herida de 20 centímetros, lo tiró hacia atrás violentamente.
Tejada giro otra vez la ametralladora y disparos sucesivas ráfaga hasta que los tres ingleses cayeron. Se arrastró hasta Castillo, con la esperanza de que hubiera querido, pero surge ese había fallecido instantáneamente (*).
Castillo, Tejada y Galarza habrían aguantado estoicamente el avance enemigo, ya que el extremo derecho de la 4ta Sección, donde ellos estaba, era el sitio que recibía todo los ataques. Los británicos que desde el oeste llegaban al centro y la de izquierda de la Nácar, habían pasado primero por el extremo derecho donde eran "filtrados" por el Castillo y tejada Sólo en el primer asalto avanzaron por el Sur y por el Oeste.
Con la muerte de Castillo, tejada pasó a ser el único jefe que le quedaba a Vázquez en la punta derecha de su sección. El único para la base órdenes y alentar a la tropa.
El teniente Silva intentaba defenderse como podía. El combate y eran intensísimo y el enemigo aparecía detrás de una piedra tanto a tres metros como a veinte. Dos de los conscriptos que estaban con él cayeron herido por una ráfaga de ametralladora. Sin dar un instante Silva dejó la protección de su pozo y comenzó a arrastrar a uno de los conscriptos, buscando el reparo de una roca. Casi treinta metros lo separaban de lo que estimo que era un buen refugio para ese hombre que, de todas maneras, sin tiempo ni medios para curarlo moriría en poco minutos más.
Quédate aquí _ y le dijo, tratando de la le animó _. Te pondrá bien. En cuanto pueda regresaré a buscarte. Por favor no te mueva.
El conscriptos con sus dos manos tomándose el estómago del que brotaba mucha sangre, miro fijó a su jefe, en silencio, sin pronunciar palabra, tal vez de despidiéndose para siempre.
_ Tranquilo, tranquilo. Regreso enseguida _ insistió Silva.
Arrastrándose y evitando ser un blanco del nutrido fuego, hizo el camino de vuelta. Jadeando, se metió en el pozo donde estaba un FAP abandonado, pues el soldado a cargo había sido muerto, y comenzó a disparar hasta que se le trabó.
_ ¡Alcánzame algo para tirar! _ le pidió al conscriptos Rodríguez, de la sección del teniente Vázquez.
Rodríguez, que estaba ubicado cerca, se aproximó y le entrego un fusil.
_ Gracias, algo es algo _ dijo Silva intentando que una sonrisa se dibujaba en su cara en merecida.
Poco a poco, en una avance en perfecta formación los británicos se fueron afianzando. Las bajas de los hombres de la nácar fueron en aumento, al mismo tiempo que se le incrementa el número de los ingleses mezclados entre los pozos de la sección.
¿Qué estaba ocurriendo? ¿Por qué durante el primer asalto y pese a la intensidad del combate de los infantes argentinos tuvieron tan pocas bajas? La respuesta surge un ante un rápido análisis: porque la cuarta sección estaba entera y había apoyo mutuo entre los conscriptos. Cada pozo era apoyado por los pozos de sus costados. Cada uno protegía la espalda de lo otro, el costado del otro. De ahí que los ingleses tuvieron que combatir no contra un pozo sino contra varios a la vez.
Pero en el segundo asalto, los británicos comenzaron a utilizarse una táctica que rápidamente le dio muy buenos resultados: tres o cuatro hombres, agazapado a diez o doce metros de distancia, se levantaban simultáneamente y corría en dirección al pozo más cercano. Se le podía tirar a matar a uno o dos, pero un paro de ellos llegaba al pozo matando a los que allí estaban. Un precio caro, pero cuando así procedían el resultado era siempre el mismo. Las granadas de mano en esos casos eran inútiles. los infantes argentinos utilizaban granadas americanas M-67, inservibles para frenar a un hombre que se acercaba corriendo a un pozo, ya que sólo explotaba con 5 o 6 segundos de retardo, por lo que las distancia de combate cuerpo a cuerpo la tornaban inapropiadas.
Así paulatinamente, la desproporción de las fuerzas de hizo cada vez más evidente. A Vázquez, más que las bajas, le preocupaba no poder sacarse de encima a sus enemigos; impedir que fueran ocupando las posiciones en la forma en que lo estaban haciendo. Le pidió a Fochesatto que lo comunicara con el teniente Villarraza:
_Verde, aquí Verde 4.
_Verde
_ ¿Que ocurre con los refuerzos?
_Aguante que están por salir.
_Recibido.
Minutos antes de las tres de la madrugada, un soldado de ejército se arrastró hasta el pozo donde estaba Vázquez y grito:
-¡Mi teniente! ¡Mi teniente! Le dieron al subteniente Silva.
_ ¿Qué le pasó?
_ Le dieron un tiro en el pecho y uno en el brazo tira sangre por la boca (**)
_ ¿Está vivo?
_ Si mi teniente.
_ Bueno, arrástralo con cuidado, mételo en un pozo y trata de hacerle alguna curación.
"¿Qué puedo hacer?", "¿Que le puedo decir?", pensó Vázquez. Pero cinco minutos después el mismo soldado regresó.
_ Mi teniente, el subteniente Silva murió.
Vázquez perdía así un oficial muy valioso, que permanentemente arengaba a sus hombres para que combatieran y que transmitía las órdenes en forma constante, allí donde la voz de Vázquez no llegaba.
¿Qué había movido al soldado a regresar para avisar que Silva había muerto? ¿Para que arriesgarse?
Esa necesidad de informar tan sólo la muerte de un jefe hay que buscarla en un sentimiento que se da en todo combatiente: no hay peor cosa para el que maten a su jefe. Lo destruye. Su jefe, que es la única esperanza de salvación, por qué es el que más sabe. Si el jefe, que es el más adiestrado y el que más sabe murió, ¿qué esperanza le queda a él, que sabe menos y esta menos adiestrado? ¿Quién lo sacará de problema? Además su jefe, por la misma rutina de la vida militar, es el que atiende los problemas de los subordinados. Ha muerto quien atendía sus problemas. Y ahora ¿Quién se ocupara de él? ¿Quien le va a decir "córrete de ahí que te van a matar" o "cubrir" o "apunta para allá"? ¿Quien va a organizar el repliegue? Nadie.
El jefe en combate y todo. De ahí que con la muerte de los jefes se incrementa de inmediato la muerte de los subordinados. Caen en la desesperanza, en la desorientación, en la inseguridad, y es cuando los conscriptos comienzan a tener reacciones dubitativos, temerosa, inseguras, sobre todo en el combate cercano, en el que sobrevive el que tienen reflejo más aptos. El otro no.
Ese conscripto se arriesgó dos veces por dos motivos: primero, quiso ver la posibilidad de que salven a su superior herido, y segundo, si su jefe moría quería ser tomado por otro, escapar a la idea de que quedaba desprotegido. Una reacción muy humana. Una de las tantas facetas de la guerra.
Vázquez no tuvo tiempo de pensar en la muerte del subteniente Silva. Una ametralladora comenzó a tirarle desde una pared de piedra ubicada un poco más arriba de su pozo. Lo británicos lo tenían perfectamente localizado y ni bien asomaba la cabeza para impartir órdenes, recibía una andada de proyectiles. No podía dejar de dirigir el fuego, aún en un forma entrecortada. "Te voy a reventar", dijo entre dientes, con rabia, y tomando una granada antitanque la disparó en dirección a la ametralladora que le vomitar fuego. De inmediato tiro otra, era la suerte no lo acompañaba: una pego la base de la piedra y la otra siguió de largo. Era inútil, no podía abatidos .
_ ¡ Gasco! ¡Gasco! ¡ Tírale a esa ametralladora! _ grito Vázquez aún conscripto ubicado a su izquierda y al que había ascendido ese mismo día. "Cosas de guerra", pensó. Se había tomado la atribución de ascenderlo a dragoneante en pleno combate, pues le tenía mucha confianza.
_ ¡ Gasco! ¡Gasco! ¡ No seas hijo de ****! ¡ No me dejes solo ahora !
Sabía que el conscripto estaba vivo. Entonces, ¿ por qué no contestaba?
El dragoneante estaba tratando de destrabar la ametralladora. "Menos mal", exclamó cuando logró hacerla funcionar. Sin perdía el tiempo dirigió el fuego hacia quienes atacaban a Vázquez, dejándolo fuera de combate.
La situación era desesperante. Vázquez decidió bajar para hablar por radio, lo que generalmente y estaba a cargo del suboficial Fochesatto, pero cuando se trataba de algo muy importante lo hacia personalmente.
Alentar al pozo, lo primero que hizo fue apretar la tecla del equipo; en forma instantánea desaparecido el ruido característico de los aparatos que están receptando. Bajo tierra se escuchaba bien todo lo que ocurría afuera: las explosiones, los gritos, los disparos. Las detonaciones hacían temblar el suelo y estremecían a esos hombres que, sin embargo, ya les importaba poco la forma en que morirían. Eran conscientes de que posiblemente no saliesen con vida de ese pozo. Pero también estaban convencidos de que los ingleses no se le llevarían de arriba.
De pronto alguien hablo en inglés, ahí nomás, casi la boca del pozo. Vázquez y Fochesatto se quedaron petrificados.
_¡Al diablo ! ¡ No van a meter una "pepa" por el agujero ! _ exclamó Fochesatto.
Vázquez tenían la costumbre de dejar afuera dos fusiles, uno con la granada antitanque puesta y apuntando en una dirección y el otro en dirección opuesta.
En la desesperación se llevó por delante la radio, pero igual saltó fuera del pozo y tomo el fusil que tenía más a mano: el de la granada antitanque. A unos 7 metros, tirado cuerpo a tierra, de costado, un soldado británico hablaba por radio, y listo para meter una granada dentro del pozo, Vázquez no lo pensó dos veces; apuntó y disparó. El proyectil antitanque que pego a menos de medio metro del inglés, cuyo cuerpo saltó desplazado.
En esos instantes, en el medio sector oeste del teniente Vázquez, pero más hacía la derecha, un inglés llegó hasta uno de los pozos de zorro. El conscripto Feliz Ernesto Aguirre, a unos 30 metros vio al enemigo pero le falto rapidez para deducir si era un ingles o no, algo perfectamente aceptable teniendo en cuenta la confusión propia del momento, dado que el ataque británico era incesante.
_¡Si, es un inglés ! _ exclamó Aguirre y disparó su fusil.
Fue tarde. Un segundo antes de recibir un impacto en la espalda, el soldado tuvo tiempo de activar una granada de mano incendiarias y arrojarla dentro del pozo. El estallido fue inmediato. Lenguas de fuego salieron del interior, como buscando más víctimas. Un soldado salió rápidamente. Era una tea humana. Sin titubear se desprendió una manta en forma de poncho, revolcándose por el suelo. Le pareció increíble que no estuviese quemado. Como un resorte se irguió y giro la cabeza en uno y otros sentido buscando un arma. A poca distancia había un fusil, lo tomó, se arrastro hasta otro pozo y se metió en un interior para seguir combatiendo.
Vázquez volvió a comunicarse con el teniente Villarraza.
_ ¿Que pasa con los refuerzos? _ exclamó sin ocultar su preocupación.
_Ya están marchando, están en camino _ fue la respuesta, una mentira piadosas, ya que los refuerzos no se habían puesto en marcha.
Lo cierto era que el apoyo que necesitaba Vázquez y no llegaba y la situación empeoraba cada vez más. Las bajas iban en aumento. Munición no abundaban., En ese instante, Vázquez tomo una decisión: solicitar nuevamente fuego de artillería.
_Que tiren los morteros _ pidió por radio en un intento por sacarse de encima a los ingleses .
_ No, los morteros no porque en estos momentos están cumpliendo otra misión de fuego.
_ Bueno, entonces que tiren los 106 _ reclamo refiriéndose a la sección de morteros 106,6 mm, con seis piezas ubicada retaguardia entre el puesto de comandos del teniente Villarraza y el BIM 5 .
_ Recibido.
Pocos minutos después, los proyectiles de los mortero comenzaron a hacer temblar lugar, aliviando algo las presiones de los británicos, pero sólo un breve tiempo.
A las 3,30 de la madrugada, la ametralladora ubicada en el centro de la 4ta sección quedó sin municiones. El conscripto Aguirre y otros tres hombres que la servían continuaron disparando con sus fusiles.
A las 4, la ametralladora del extremo izquierdo envió una aviso "Munición consumida". Hasta esa hora Vázquez había mantenido el control sobre su sección. Sus ordenes eran cumplidas y se le informaba de cuanto ocurría, incluida la bajas que se iban produciendo. Sin duda, el sector más afectado era el centro y el del extremo derecho.
A partir de las 4,30, los ingleses comenzaron a ocupar los pozos de zorro. Ni en mataban hombre le sacaban y se metían en ellos. Así las cosas, los infantes de marina se encontraron con que a 7 o 10 metros a la izquierda o a la derecha, a atrás o adelante, en el sitio donde pocos minutos antes estaba un compañero, era ocupado por un enemigo.
La situación se había tornado desesperante, insostenible. Cada vez habría más ingleses disparando sorpresivamente desde los pozos. Vázquez sabía que no podía resistir mucho tiempo más. Tampoco disponía de mucho tiempo para pensar. Entonces tomó la decisión: batir la sección con su propio mortero calibre 60, con los cincuenta y cuatro proyectiles disponible . Una decisión terrible, el verdadero manotazo de abogado. Otra cosa no podía hacer. Salvo rendirse o morir irremediablemente. El intento valía la por.
Como el mortero es un arma de tiro cuervo, si se lo colocaba bien parado, tiene una distancia mínima de disparo. La única forma de batir su propia posiciones es sacándole el bípode. Eso fue precisamente lo que hicieron: le sacaron las patas, le pusieron dos cajones de municiones para sostener los... Y quedó paradito.
_Rótela _ dijo Vázquez dirigiéndose al dragoneante que hacía las veces de jefe de pieza , secundado por el conscripto Güida y otro al que aprobaban "Pankuka" _ ¿Tiene Güida puesto el guantes ?
_ Sí señor. Está listo.
Güida con un guante colocado en su mano derecha para protegerlo de calentamiento de el tubo, sostenía con la otra el proyectil. Con sus ojos fijos en el mortero , esperaba ansioso la orden para el primer disparo.
_¡Fuego !_ gritó Vázquez.
Comenzaron por el extremo derecho de la posición que ocupaba, pasando por el Centro y llegando al extremo izquierdo. Uno tras otro fueron explotando, provocando temblores y abundante humo y terronazos. En vano intentaron corregir la dirección de los disparos: un tubo sostenidos por cajones y con inclinación dada por la mano de un soldado, no podía asegurar mucha precisión. Los resultados fueron pobres; a pesar de sufrir numerosas bajas, los ingleses no retrocedieron.
Además de ser muchos, estaba bien protegido en los pozos de zorro.
_¡Esto se va al carajo! _ exclamó Vázquez _:Así no podemos continuar por mucho tiempo más .A ver si puedo comunicarme con el comando. Se acercó a la radio y comenzó a llamar al capitán Robacio.
_ Señor, aquí el teniente Vázquez _ dijo con voz angustiada.
Sí, capitán Robacio. Estábamos tratando de comunicarnos con usted. En gran parte del peso del combate esta centrada en su sección. ¿Qué quiere que hagamos?
_ Señor. ¡Tire con los obuses contra nosotros!
El pedido significaba ser batido por la propia artillería, nada menos que con abuse de 105 mm, los proyectiles más grandes que tenían y capaces de destruir los pozo de zorro. De todas formas no saldrían vivos.
Robacio alejó el tubo de su oreja y dudo un instante.
_ Pero Vázquez...
_Señor, por favor, tire ya mismo. Esto es insostenible.
_Bien, así lo haré. Continuemos al habla.
Se dio vuelta y dirigiéndose a su ayudante le dijo:
- Ordene abrir fuego con los 105 sobre las posiciones del teniente Vázquez.
Ya mismo. Pronto.
El primer disparo cayó lejos del blanco, exactamente a unos 500 metros. El terreno muy blando de las Islas y la intensa actividad a la que habían sido sometidas las piezas de artillería terminaron por desencajarlas totalmente.
- Señor, mando corrección, Alargar 900, derecha 500 - exclamo Vázquez.
Normalmente, la corrección en un tiro de artillería no es tan exagerada. De ahí la respuesta del capitán Robacio:
- Tranquilícese Vázquez. Esa corrección es imposible.
Tapando el tubo del teléfono de campaña, le dijo a su ayudante:
- Este pobre pibe, ya debe estar mal de la cabeza.
Pero Vázquez no estaba mal de la cabeza. Realmente el disparo había pegado lejos. Como el segundo tiro tardaba en llegar, el teniente gritó desesperado:
- ¡ Que esperan! ¡Tiren! ¡Tiren! ¡Nos están haciendo pelota!
Llega el segundo tiro. Largo, lejos de la posición.
- ¡Pero esta artillería de mierd@, no sirve para un carajo! ¡Métanse los cañones en el culo!
Vázquez estaba hablando nada menos que con su comandante. La muerte segura de él y de sus hombres lo desesperaba. Quería detener a los ingleses a toda costa. Tenia que hacerlo. No había otra alternativa.
De pronto, el tercer tiro pegó en la Sección.
- ¡Bien! ¡Así! ¡Así! - grito por radio -. Bien, señor, así. Señor perdóneme.
- Esta bien, hijo. Trate de aguantar _ dijo Robacio consiente del difícil momento por el que estaban pasando sus hombres.
A partir de ese momento los obuses de 105 comenzaron a batir la posición guiados por el oficial de la central de fuego de la batería de artillería, teniente Oscar González, un intimo amigo de Vázquez, que sabia perfectamente que estaba tirando contra su amigo y que lo más probable es que éste muriera ante el tremendo poder de fuego de esas piezas.
Pocos minutos después cesó el infierno desatado por las explosiones. Sin embargo, los ingleses estaban ahí, en su pozos.

Aproximadamente a las 5, el enemigo inicio su tercer asalto, en el que no hubo pausa como ocurrió entre el primero y el segundo, sino que al no quedar tantos británicos combatiendo, apareció otra oleada de refresco. La otra diferencia con las dos anteriores fue que no ocurrió de manera orgánica, no atacaron en perfecta formación.
Otra vez Vázquez reclamó los refuerzos, obteniendo una repuesta similar;
"Están en camino". Entonces insistió con el apoyo de los morteros de 81 mm del suboficial Cuñe, quien a pesar de tener otras misiones de fuego, había estado batiendo la zona de Vázquez con tres de sus piezas.
Pero Cuñe también tenia sus problemas. La insistencia de sus disparos les ocasionaba serios inconvenientes a los británicos en su avance. Desde el sur una fragata intentaba silenciarlo, pero su sección estaba al pie de Monte William, en un ángulo muerto donde los proyectiles no podían alcanzarlo. En cambio si recibía los impactos de dos morteros de 120 mm, abandonados en Dos Hermanas por tropas del RI-4, los que no tuvieron tiempo de destruirlos.
Mas tarde un buque Británico intento ubicar la posición de Cuñe. Este se comunico con el puesto de comando del BIM 5 desde donde le informaron que una fragata, en dirección al aeropuerto estaba tirando hacia Monte William.
Cuñe y el Cabo Principal Ramón Molina, tomaron el tiempo de bólido de los proyectiles de ese buque, desde el estampido de la boca del cañón hasta que caía, de manera tal que teniendo listos los morteros, los disparaban justo cuando caían los tiros del buque. Así, se confundían los explosiones del fuego enemigo con el fogonazo que se produce cuando es disparado el mortero, visible a mucha distancia.
A las 05:30 hs. Vázquez perdió el control efectivo de la sección. Ya no existía la cadena de hombres para retransmitir las órdenes.
La sección estaba cortada. Cada uno combatía por su pozo. Cada pozo era un mundo. Cada pozo una guerra. Cada uno peleaba por su pozo y por su vida. Así de simple.
A las 05:30 hs. Lo que había sido la 4ta. Sección ( mas los soldados del Subteniente Silva) estaba reducida a unos veinte o veintidós hombres. Había comenzado a agotarse la munición. Ante esa circunstancia tenían dos posibilidades: una quedarse en el pozo y rezar para que no les sucediera nada; la otra calar bayonetas… y a combatir.
Bayoneta. Una palabra que inspira miedo a cualquier soldado, por bueno que sea, por entrenado que esté. Esa lucha desagradable, a la cual se va, generalmente, con escasa practica, no cabria en la mente de ninguna persona que piense en la guerra, nada menos que a fines del siglo XX. Una guerra donde la electrónica y la sofisticación están a la orden del día. Sin embargo, los marinos del BIM 5 combatieron con bayoneta. Y los ingleses, adiestrados o no para ese combate cuerpo a cuerpo, apelaron sin dudar a ese elemento. Hasta los que estaban armados con Sterling.
Poco a poco los Británicos fueron ocupando los escasos pozos que quedaban en poder de los hombres del teniente Vázquez, bien matando a los que quedaban adentro, bien hiriéndolos y tomándolos prisioneros. Esto es algo para destacar .cuando podían tomaban prisioneros. Y tomar un prisioneros en esas sircunstancias, cuando a 10 metros el enemigo se defendía como podía, tirando con lo que tenía a su alcance, es un hecho que hablo muy bien de los británicos, ya que salvo la vida de muchos hombres.
CAE LA 4ta SECCIÓN
A las 7de la mañana, noche cerrada pues amanecía aproximadamente a las 08:30 quedaban combatiendo solo tres pozos: el de Vázquez y uno a cada ladote este. El resto no combatía, ya casi no se escuchaban disparos.
El pozo de la derecha consumió toda la munición, por lo cual el conscripto Acosta se metió adentro y se quedo quieto, esperando que dios lo ayudase. En ese momento Vázquez tomo la radio y se comunico con el Capitán Robacio pidiéndole a los gritos:
- señor, ¡donde están los refuerzos que todavía no llegaron? No tengo mas munición, la gente no Combate, no contestan mis ordenes. No sé si están vivos o muertos.
Era la verdad. Vázquez no sabía si no combatían porque no querían pelear más o si no lo hacían porque no tenían mas municiones o estaban muertos. Desde las 4 de la madrugada no todos le habían informado ” munición consumida” . El daba una orden, pedía una información, pero nadie le contestaba
- aguante que van los refuerzos.
- Pero señor no aguanto más ¿que hago?.
En ese momento se escucho una fuerte detonación. Era en el pozo que estaba a la izquierda, a unos 8 metros de distancia. Allí estaban los conscriptos Güida y Pérez, en un primer momento integrantes de la dotación del mortero de 60; al quedar sin munición, habían continuado combatiendo con fusiles.
Cuando Güida se quedo sin municiones para su fusil, tres británicos se le fueron encima. Solo atino a meterse dentro del pozo, un enemigo a la carrera se acerco y metió una granada de fósforo en el interior. La explosión fue tremenda. Las esquirlas le perforaron las piernas, los pulmones. Los gases no le permitían respirar, Güida salio arrastrándose y tosiendo intensamente. El mismo ingles lo estaba esperando… con una ráfaga de Sterling afortunadamente con mala puntería pues solo una bala impacto en su espalda.
Güida no murió y su enemigo no quiso rematarlo, lo ayudo a incorporarse y lo tomo prisionero, aun grave como estaba.
El único pozo que quedaba era el de Vázquez, pero este solo tenia 10 proyectiles en el cargador de su fusil. Entonces tomo la decisión.
- fochesatto – le dijo al suboficial que compartía el pozo- se acabo todo ya no va mas. me voy a rendir.
- ¿rompemos la radio, señor?
- - si vamos
Cuando Vázquez asomo la cabeza , encontró a tres ingleses abundándole. Dos con fusiles FAL y uno con Sterling, los tres con bayoneta calada, esperando que saliese a solo 5 meteros de distancia. La primera reacción que tuvo fue meterse nuevamente con la rapidez de un topo. Como no escucho ningún disparo, saco una mano y grito.
-¡no tiren! ¡No tiren!
- esta bien salga de ahí.
- voy a salir. Si escucha un solo tiro salga y reviente a los que pueda. Si me dan a mi, también la liga usted.
- Esta bien señor- dijo Fochesatto mientras estrechaba la mano de su jefe.
Vázquez salio del pozo con las manos en la nuca. Sin dominar bien el idioma trato de hacerse entender.
- Soy el teniente Carlos Vázquez, jefe de las tropas de este lugar. No tiren más sobre mi gente que voy a ordenar que ellos no disparen más.
- -esta bien hable con ellos
- Vázquez grito lo más fuerte que pudo.
- Atención la 4ta. sección les habla el teniente Vázquez. La sección no combatirá más. Dejen sus armas y las posiciones y acérquense a mi pozo, con las manos en la nuca. Quédense tranquilos se va a respetar sus vidas.
Vázquez se quedo mirando. No salía nadie. Recién en ese momento tomo conciencia de las bajas que había tenido. Unos segundos después salieron cuatro hombres, todo lo que había quedado de la sección. No todos habían muerto, pero o estaban heridos y no podían moverse del pozo o ya los habían tomado prisioneros.
Vázquez tenía en su chaleco de combate una pistola. No sabía cuantos proyectiles le quedaban, pero tenía algunos. En ese instante un oficial escocés que observaba, un poco más alejado, lo que allí ocurría, se acerco y le dijo:
- entrégueme la pistola.
- Vázquez obedeció y cuando el oficial hizo prueba de mecanismos se le escapo un tiro que casi roza su cabeza( pensó Vázquez si este se mata a mi me amasijan) si inmutarse descargo el arma y se la guardo.
Comenzó a caminar en dirección a un soldado británico herido con el estomago abierto por una herida muy grande, gritaba de dolor. No era el único, muchos hombres eran retirados a pulso por enfermeros. A los muertos los dejaban en el lugar, para ser recogidos luego. El cuadro era dantescote por si, se completaba con una gran cantidad de equipo disperso por todos lados. El combate había sido terrible.
- señor – dijo Vázquez antes que el oficial se alejara – solicito permiso para revisar los pozos. Hay soldados heridos y si no los sacamos de ahí y les damos intención médica se van a morir.
- - lo lamento , pero por razones de seguridad no podrán ser revisados hasta el amanecer.
- Pero señor …
- Quédese tranquilo que ni bien amanezca yo mismo me encargare de que se revisen y recuperen a sus heridos(*). Si lo desea puedo acompañarlo para que reconozca sus muertos, los que se encuentran fuera de los pozos.
- Los Primeros cuerpos que vio fueron los de los 5 soldados del EA , que dos días atrás se habían incorporado a su sección, por lo que no conocía sus nombres. En todos los casos se agachaba, revisaba las chapas de identificación, pero ninguna estaba grabada, Del ultimo soldado extrajo de sus bolsillos una estampita de la virgen de lujan, una llave y un pequeño candado.
- esto lo guardare de recuerdo – dijo con voz entrecortada- quisiera saber como te llamas, aunque sea eso solo.
Siguió caminando. El oficial y tres soldados lo vigilaban a pocos metros. De pronto, se detuvo al lado de uno de sus conscriptos , de apellido Serles. “una onda expansiva” pensó al ver el cuerpo Hinchado. En su mano derecha apretaba una granada. Otro de sus hombres estaba muerto sobre una ametralladora, abrazándola, como , como no queriendo desprenderse de ella.
-¿No podemos darles sepultura? – dijo Vázquez.
- no de eso nos encargaremos después. Ahora usted y su gente tiene que venir conmigo.
Así finaliza el combate de la 4ta sección de la Compañía Nácar.
(*) Al día siguiente Vázquez se entero que el oficial Escocés había cumplido con su palabra y gracias a esa actitud se salvaron varios conscriptos. Entre ellos Khin a quien Vázquez consideraba muerto, luego de haberles curado precariamente una herida grave en el estomago. Es de destacar el buen trato que dieron los británicos a los heridos argentinos y la esmerada atención medica. Que estos recibieron.
Fuente libro de guerra del BIM 5
Y libro BIM5 de Emilio Villarino
 

Leutnant

Colaborador
Colaborador
Tremendo, AIMARA!

El relato de la 4ta Sección del Tte. Vázquez, es realmente duro.
Te muestra lo que es tratar de dirigir una posición defensiva en medio de un ataque total.
Pese a todo, recistieron bastante. Haber repelido la primera oleada de Guardias Escoceses, luego otra, y al final luchar a bayoneta calada con una tercera, es algo que requiere de muchisima hombria, valor, y suerte.
Lo que más me llamó la atención es lo brutal de todo. No es nada facil estar ahí.
Imaginense tener que pedir repetidas veces que la artilleria dispare sobre tus mismas posiciones para tratar de desalojar al enemigo, o en todo caso hacerlo entrar en pánico en busca de rufigio para que asi tus tropas (en caso de que sobreviviesen al bombardeo), puedan levantar la cabeza y seguir disparando.
Otra cosa que me heló la sangre es el hecho de que para la segunda y tercer oleada de ingleses, esto iban tomando posiciones, y los soldados argentinos se veian en dificultades al estar siendo abatidos desde cualquier parte a la vez. Debe de haber sido un verdadero infierno. Solo imaginiense estar ahi, en un pozo de zorro, tirando a los bultos, y en eso desde la posicion de tus compañeros ves que te disparan... O tus amigos se confundieron, o estan muertos y los que te disparan son ingleses, pero vos no podes responder el fuego a todos lados a la misma vez. Debe ser horrible. A eso hay que sumarle que no tenes munición, que problablemente no te salve nadie, que probablemente te mueras; es muy dificil mantenerse a uno mismo, me refiero que debe ser terriblemente dificil poder sobrellevar la situación y tener aunque séa una leve perspectiva de lo que está ocurriendo y desde allí saber qué hacer.
Y desde el punto de vista británico, tampoco las cosas eran muy faciles en ese combate. Ya con el hecho de hacer un ataque frontal contra posiciones defensivas, es algo que de por si es dificil, por más que estes al amparo de la noche, y que tengas el equipo que tengas. O la tactica de abrumar al defensor corriendo de a cuatro o cinco a la vez, sabiendo que el que está en la trinchera pueda a lo sumo "bajar" a dos o tres... Es jodido. Uno siempre piensa que bueno, es lo que hay que hacer, pero, mierd@... hay que hacer eso.
Tambien es dicil volver a atacar una y otra vez. Y para el que defiende, ni hablar. Primera oleada, segunda oleada... tercera. Diós, debe ser muy jodido.

Saludos!!!

P.D: muy buenas las fotos de las islas y los veteranos.
 
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