Georgia: el nudo caucásico de la OTAN
La geopolítica y el petróleo juegan un papel importante en el conflicto del Cáucaso. ¿Un caso para la OSCE?
Georgia busca desesperadamente el apoyo de Europa y EE.UU. pero tendrá que contar con algunas decepciones. Ni la OTAN, cuyos embajadores se encontraran este martes en Bruselas, ni la Unión Europea, cuyos ministros de Exteriores se reunirán el miércoles, decidirán algo que pueda cumplir con las altas expectativas en Tiflis.
La cautela se debe a la complejidad del caso. Los papeles del “bueno” y el “malo” no son tan claramente repartidos como algunos comentaristas lo quieran hacer pensar. Por lo tanto se escucha desde Bruselas y la mayoría de las capitales europeas un simple llamado a una tregua entre Rusia y Georgia. Acusaciones y amenazas no sirven en esta situación. Primero tienen que callar las armas.
EE.UU. y el petróleo de siempre
¿Pero luego qué? EE.UU. dejó bien claro desde hace años que Georgia es un pilar sumamente importante para su política en el Cáucaso. Ningún otro país en la región recibe tanta ayuda financiera como Georgia. Washington ayuda también en el entrenamiento de las fuerzas policíacas. El General James L. Jones, ex Comandante Supremo de las fuerzas de la OTAN en Europa, resaltó en 2005 la importancia de esa región: “El Cáucaso es cada vez más importante. Su corredor aéreo es la vena de sangre entre las fuerzas en Afganistán y nuestras bases de suministro en Europa. El petróleo caspio que traspasa el Cáucaso cubre la cuarta parte de nuestra demanda adicional.” EE.UU. tiene muchas razones para seguir apoyando con fuerza una inclusión de Georgia a la OTAN: por los recursos de petróleo y gas, como puente hacia Afganistán, Irak e Irán, y para debilitar a Rusia.
Reservas en Europa
De momento no se puede hablar de una postura unánime en la Unión Europea ante el conflicto. Posiblemente nunca la habrá. En las capitales de Europa del Este predomina la condena hacia Moscú. Entre los países que antes sufrieron la ocupación por la Unión soviética Georgia encuentra sus mejores aliados para su objetivo de entrar lo antes posible en la OTAN. Alemania, Francia y otros países sostienen que Georgia tiene que resolver antes sus problemas internos en Osetia del Sur y Abjazia.
De todos modos, la OTAN se ve obligada por Georgia a jugar un papel que no puede ni quiere adoptar. Ya en octubre del 2007 el secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, subrayó que el mandato y la experiencia para solucionar el conflicto en la región se encontraba en las manos de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) o en las de Naciones Unidas, pero no en las de la OTAN.
Aparte de los juegos de diplomacia no se debe olvidar que en estos momentos mueren tanto civiles como soldados en Georgia. Lo más importante ahora es el inmediato cese de hostilidades y la retirada de las tropas rusas. Este es y debe ser el objetivo primordial de los países europeos. EE.UU. y Georgia deberían abstenerse de presionar a la OTAN y pasar el caso a donde pertenece: la OSCE.
En el Cáucaso se armó durante años un tremendo nudo gordiano. Lamentablemente no se ve a ningún Alejandro Magno alrededor que pueda solucionar el problema al momento cortando el nudo con la espada. Europa (todavía) no posee esa espada. EE.UU. Rusia y Georgia aún menos.
Deutsche Welle