Estuve leyendo el post y como VGM, confieso que la película me pareció aburrida, poco seria, con "golpes bajos" de una simpleza terrible. No es lo que viví desde el 27 de abril hasta el 5 de junio, día en el que nos evacuaron por civiles y, en mi caso, herido. Estuve en el B/M Río Carcarañá, como 1er oficial de Radio, mercante. El 1º de mayo estuvimos en Puerto Argentino, el 16 de mayo nos atacaron tres harriers y tuvimos que abandonar el buque. Nos llevaron a Bahía Fox. Ahí tuvimos la enorme suerte de estar junto a la Ca Ing 9, a cargo del entonces My Oscar Minorini Lima y su 2do, el Cap. Anibal Medina. Ahí estaba gran parte de la carga que habíamos traido, en especial combustible en tambores 200 lts, miles de tambores. A partir de la noche del 25 de mayo, nos "sacudieron" alegremente las fragatas inglesas, noche por medio, Desde las 2200 a las 0400 aprox, horita más horita menos, calculenle unos 800 impactos por noche, en andanadas de 5. El ataque de los aviones es duro, pero sabés que pasa rápido, 3 minutos, ponele 5, como extensísimo. Sigo creyendo que no eran más de dos minutos, aunque se te hicieran eternos. Ahora bien, el cañoneo naval o de artillería, no se lo deseo ni al más odiado, ****** y desgraciado de mis enemigos. No para, son horas. Durante esos bombardeos, Minorini Lima y Medina, mandaban a toda su gente al pozo. Ellos se quedaban afuera, atentos a que el bombardeo no fuera la previa de un desembarco helitransportado. Tampoco me lo contó nadie. Todo el mundo comía lo mismo, Minorini arregló con el mayordomo de la estancia, la faena de 3 ovejas por día, si no me equivoco. Todo soldado comía por lo menos una vez por día, un pedazo de cordero, si se podía las dos comidas. Caliente. Cuando había Operacion Peceto y un novillo pisaba "involuntariamente" una mina, a todos se les repartía lo bueno y lo mejor de la vaca. De esa operación formaba parte el suboficial carnicero que hacía de "mina" con el FAL y carneaba al animal "fruto prohibido". Minorini lo visitaba al mayordomo y le decía en perfecto inglés: "No lo pudimos evitar se metió en el cmapo minado". La Ca tenía un médico, AOR, neuquino de Centenario, para más datos, Abel Vallejo. Minorini los reunió a todos los oficiales y suboficiales y les dijo que las recomendaciones que diera el médico tenían la misma autoridadque sifeueran emanadas por él. Como estábamos en Bahía Fox Este, los kelpers se habían desplazado a las estancias del ocidente de Gran Malvina, donde no hubo, prácticamente, conflicto. Entonces, quedaron casas abandonadas. Ocupó una casa para cada sección. En cada casa había sun soldado de "semana·, cuya misión era mantener la casa limpia, calefaccionada y siempre con agua caliente. Todos los días venían dos soldados de cada sección a cada casa. Se bañaba, lavaban y secaban su ropa, dormían una noche en el pueblo. No hubo un solo pie de trinchera durante todo el tiempo que estuvieron ahí.
Un día, creo que el 17 de mayo, nos vamos los dos radios del Carcarañá a darles una mano con los equipos de comunicaciones. mientras estábamos trabajando, pasaron dos Harriers para atacar al Bahía Buen Suceso, amarrado, averiado al minúsculo muelle de madera de Fox. ¿Qué se escuchó cuando empezó el ataque? Civiles y soldados al pozo, el resto conmigo, tratando de disparar los SAM 6 rusos, a cargo del Alférez Ugarte, ahora Brigadier, que bien nos prestaron nuestros Hermanos Peruanos.
Lo que viví, no tuvo nada que ver con lo que se ve en Iluminados por el fuego. Coincido con los foristas que dicen que las discusiones sobre ella, es gastar póvora en chimangos.
Gracias a todos por su reconocimiento, gracias Gerardo, Jorge y Manuel por todo lo que hicipor narrar lo que pasamos a la vuelta de Malvinas. Para muchos, los Veteranos perdimos un partido de futbol. Perdimos mucho más que eso, recién ahora más de 25 años después, por lo menos nos miran con respeto, estén de acuerdo o no con las decisiones políticas que generaron la invasión.
Por ahora, paro acá pero hay más anécdotas para contar. Gracias a todo por las cosideracione habidas hacia nosotros, VGM.
Saludos y abrazos
Francisco Elizalde,
Pancho