Bárbaro, ese tal "Sun Tzu" debe ser un cocinero de campaña y su libro "El arte de la guerra", un recetario de cocina cantonesa, ¿no?.
Quien haya leído "El arte de la guerra" a buen saber tiene que no se halla ante un tratado de filosofía como tal, o por lo menos no encaja dentro del concepto occidental. Es bien sabido que la filosofía china, sea cualquiera, se ha caracterizado desde siempre por carecer del caudal de introspección y abstacción propios de las culturas de la palabra; la virtud del simbolismo del ideograma, la síntesis de lo material en la idea, ha dado al mundo múltiples y valiosas plumas que han sabido plasmar como ninguna la esencia de la naturaleza; pero a la par han servido como óbice a las reflexiones más profundas que las grafías románicas, dada la importancia de la palabra como vehículo de pensamiento en el mundo de la filosofía, posibilitan. Quien sea conocedor de las grafías chinas, su esencia, sus mecanismos..., bien sabrá de lo que hablo, y de la imposibilidad de llegar por estos medios a la abstracción en su máxima expresión conocida... el psicoanálisis es una quimera. La obra de Sun Tzu camina por estos derroteros, a carecer de método filosófico o camino alguno de búsqueda del todo desde la parte. Es, más bien, un conjunto de máximas que, en palabras de su autor, "permitirán vencer al general que siga su consejo". Por otro parte, la condición de "primer filósofo militar de todos los tiempos" para con Clausewitz, ha sido publicitada en diversas obras, alguna de las cuales le puedo citar o, llegado el caso, escanear.
SALUDOS