¿FRAGATAS VOLADORAS?
Las fragatas, si bien su peso de combate es limitado, pueden golpear como pesos pesados, pero a partir del conflicto Malvinas también quedó demostrado que tienen mandíbulas de vidrio. Por que no construir entonces una flota de aviones navales (hidroaviones) pesados, que tengan el poder de combate de una fragata pero casi nada de su vulnerabilidad.
El concepto no es nuevo dado que esto se barajó luego de la II GM pero en general siempre ha quedado postergado o rebatido por argumentos que en el campo político tuvieron mas peso que en el estratégico militar y así solo fue quedando en la mera intención de realizar dicho cambio radical en el concepto de lo que sería una fuerza naval.
Según algunos críticos una fuerza naval pequeña que opere con un portaaviones seria fácil de ocultar por un tiempo limitado pero, dado los profusos medios aéreos y submarinos y estos a su vez operando combinados, harían que estas flotas sean escasamente mas difíciles de destruir que las instalaciones terrestres. Y cuando la flota se divide, su vulnerabilidad queda aún mas expuesta ( Estrecho San Carlos/ Bahía Agradable).
Por otra parte, una flota de enormes dimensiones, sería mucho menos inexpugnable, pero tan fácil de ubicar como una ciudad además de que sería prohibitiva para casi todos los países por su elevado costo.
Si nos guiamos por esto, se puede llagar a la conclusión de que la confiabilidad de los buques de guerra es relativa y que debería generarse un nuevo concepto de diseño de naves de combate, pero ¿ cuales serían estas naves en reemplazo de los buques de superficie?
Si las soluciones fueran parciales es posible la aplicación de mejoras en velocidad y manejo del buque pero que seguramente serían en detrimento de otras capacidades que habría que resignar, además de representar un gran desembolso de dinero y muchos piensan que cuando la mejora es limitada produce efectos limitados.
De no ser esta opción, la cualitativa, se puede encarar la mejora cuantitativa que solo se logra aumentando el tamaño de la flota y que si se analiza a la luz de los acontecimientos se puede sacar la conclusión de que una enorme flota con portaaviones emplea mas tiempo en autoproteger su integridad que en proyectar su poder contra un enemigo.
Surge entonces la posibilidad de formar o combinar el uso de unidades de combate tradicionales con grandes hidroaviones armados y equipados para tener el mismo poder de fuego de una fragata y a su vez de retener la cualidad de efectivizar la presencia naval allí donde se lo requiera y reducir en gran parte su localización dado su gran movilidad, además, podrían cumplir muy bien el rol antisubmarino; y serían muy eficientes en una incursión naval. En cambio un punto en contra es su autonomía, mas reducida con respecto a una fragata, pero siempre estará la posibilidad de instalar un “Hidródromo” en cualquier parte del océano para el abastecimiento, ya que todo es pista de aterrizaje y la seguridad se podría dar con submarinos y aviones combinados solo por el tiempo que requiera el servicio para luego desaparecer de la posición rápidamente para dejar de ser un posible objetivo.
Es obvio que la aeronave que cumpla dicha función deberá ser de grandes dimensiones y por consiguiente cara para muchos clientes potenciales que consideren viable esta opción, pero no esta mal analizar su implementación en una fuerza naval mediana.
Sintesis del articulo de Artigiani y Harper Lt. Cdr. USN, Poder Naval
Willy
Las fragatas, si bien su peso de combate es limitado, pueden golpear como pesos pesados, pero a partir del conflicto Malvinas también quedó demostrado que tienen mandíbulas de vidrio. Por que no construir entonces una flota de aviones navales (hidroaviones) pesados, que tengan el poder de combate de una fragata pero casi nada de su vulnerabilidad.
El concepto no es nuevo dado que esto se barajó luego de la II GM pero en general siempre ha quedado postergado o rebatido por argumentos que en el campo político tuvieron mas peso que en el estratégico militar y así solo fue quedando en la mera intención de realizar dicho cambio radical en el concepto de lo que sería una fuerza naval.
Según algunos críticos una fuerza naval pequeña que opere con un portaaviones seria fácil de ocultar por un tiempo limitado pero, dado los profusos medios aéreos y submarinos y estos a su vez operando combinados, harían que estas flotas sean escasamente mas difíciles de destruir que las instalaciones terrestres. Y cuando la flota se divide, su vulnerabilidad queda aún mas expuesta ( Estrecho San Carlos/ Bahía Agradable).
Por otra parte, una flota de enormes dimensiones, sería mucho menos inexpugnable, pero tan fácil de ubicar como una ciudad además de que sería prohibitiva para casi todos los países por su elevado costo.
Si nos guiamos por esto, se puede llagar a la conclusión de que la confiabilidad de los buques de guerra es relativa y que debería generarse un nuevo concepto de diseño de naves de combate, pero ¿ cuales serían estas naves en reemplazo de los buques de superficie?
Si las soluciones fueran parciales es posible la aplicación de mejoras en velocidad y manejo del buque pero que seguramente serían en detrimento de otras capacidades que habría que resignar, además de representar un gran desembolso de dinero y muchos piensan que cuando la mejora es limitada produce efectos limitados.
De no ser esta opción, la cualitativa, se puede encarar la mejora cuantitativa que solo se logra aumentando el tamaño de la flota y que si se analiza a la luz de los acontecimientos se puede sacar la conclusión de que una enorme flota con portaaviones emplea mas tiempo en autoproteger su integridad que en proyectar su poder contra un enemigo.
Surge entonces la posibilidad de formar o combinar el uso de unidades de combate tradicionales con grandes hidroaviones armados y equipados para tener el mismo poder de fuego de una fragata y a su vez de retener la cualidad de efectivizar la presencia naval allí donde se lo requiera y reducir en gran parte su localización dado su gran movilidad, además, podrían cumplir muy bien el rol antisubmarino; y serían muy eficientes en una incursión naval. En cambio un punto en contra es su autonomía, mas reducida con respecto a una fragata, pero siempre estará la posibilidad de instalar un “Hidródromo” en cualquier parte del océano para el abastecimiento, ya que todo es pista de aterrizaje y la seguridad se podría dar con submarinos y aviones combinados solo por el tiempo que requiera el servicio para luego desaparecer de la posición rápidamente para dejar de ser un posible objetivo.
Es obvio que la aeronave que cumpla dicha función deberá ser de grandes dimensiones y por consiguiente cara para muchos clientes potenciales que consideren viable esta opción, pero no esta mal analizar su implementación en una fuerza naval mediana.
Sintesis del articulo de Artigiani y Harper Lt. Cdr. USN, Poder Naval
Willy