Este testimonio fue escrito por el veterano de guerra Juan Carlos Díaz unicamente para su amigo de la infancia "Eternauta" de la página el Malvinense. Si publican esto en otras páginas, por favor poner de donde y a quien se lo sacaron.
Gracias Eternauta, un gran trabajo.
Saludos!
El Eternauta dijo:Soldados Aeronáuticos
Soldado c/63 – Juan Carlos Díaz
Relato de los soldados
Este homenaje a los soldados que combatieron en el aeropuerto de Darwin.
A los caídos en combate que no dudaron en dar la vida por la patria y defender a sus compañeros.
Dios los tenga en su sagrado manto a todos los soldados que lucharon para la patria y su bandera.
Relata Juan Carlos Díaz
13/04/82, Mi partida a las islas Malvinas fue por voluntad propia, ya que tenía un hermano enfermo de cáncer, mi intención era estar lejos en el momento de su muerte.
Partimos un día martes 13 de abril del año 1982, -que día de mala suerte.
Pero esto no cambia en nada, partimos a Comodoro Rivadavia- a las 14 hs. Del Aeropuerto de Córdoba, -Llegamos al atardecer y ahí fuimos a comer a la 9 Brigada Aérea, esa misma noche a la hora de comer, hicieron un simulacro de ataque aéreo, tuve miedo y presentía lo que iba a ser en la isla. Esa noche estuve de guardia y a las primeras horas del 14/04/82 partimos a las islas.
14/04/1982, partimos en 2 hércules C 130, llegamos a las 6 hs. Divisamos las islas Malvinas y empezó el carreteo en esa pista tan corta y al mismo momento, el miedo inmenso de cómo estaríamos y que pasaría en los meses que nos esperaban.
Tuvimos una noche muy agitada ya que un Focker (avión de la Armada) se había despistado y nos llevaron a socorrer-
15/04/82, Al día siguiente – nos llevaron al sector llamado puerto Darwin – en dos transportes de tropas dos helicópteros Bells –
La dotación que constituía eran soldados de la escuela de aviación militar Córdoba – en total 110 soldados de la compañía de servicio y militar – yo estaba en la compañía de servicios – al mando del primer teniente Sifón, mayor Saporta, los suboficiales, cabo Ayala, Oviedo, cabo primero Ocaño y cabo primero Ferreyra.
Cuando llegamos, nos dejaron a 3 kilómetros del pueblo, la zona se denominaba Pradera del Ganso (Goose Green) (Ganso Verde), (Pradera del Ganso), en la realidad a esa zona le dicen Ganso Verde, porque el plumaje de las aves al darle el sol se torna verde.
Nos instalamos en una escuela de los ingleses, el primer teniente Sifón, dio instrucciones de que se dividieran en secciones y a su vez en grupos de diez soldados y un suboficial. Yo estaba al mando del cabo Oviedo y este a su vez por el teniente Bustillo.
En abril –
Desde el 15 de abril hasta fines del mes cumplimos funciones de hacer los pozos de zorro y las posiciones estratégicas y el bunker para los pilotos que estaban en la punta de la pista –
La pista de aterrizaje contaba con 15 Pucaras, los grandes héroes de la patria que surcaban los cielos y como águila atacaban a los ingleses.
El 1º de mayo, día negro para los soldados y suboficiales que murieron ese día.
La mañana se presentaba calma y el cielo despejado algo que nos daba miedo por el ataque aéreo de los ingleses. Todavía no teníamos alarma contra ataques aéreos.
En determinada hora de la madrugada ocurrió lo inevitable, entran en formación tres aviones ingleses, en formación y poniendo sus cohetes contra la pista. No dañando los aviones, pero se llevó 9 vidas de suboficiales de FAA. que Dios los tenga en la Gloria.
Atónitos por el tronar de las bombas cayendo en la tierra y dejando una nube de humo y gritos en la mañana, supe en ese momento que estábamos en guerra.
Todo se puso sombrío en la mañana, rondaba la tristeza y el peso de la angustia por nuestros camaradas heridos y muertos.
3/05/82, nos visita el periodista Kasansews, estaba de descanso, de guardia en la carpa en un costado del Bunker, eran las 9 horas de la mañana y todo estaba tranquilo, hasta que escuchamos la alarma, y salimos corriendo pero no era nada.
Seguimos descansando, pero como el cabo Oviedo dijo guarda que pasan primero a altura para observar y después atacaron, tarde nos tomó de sorpresa, los aviones atacaron a las 9:30 hs.
El día que me salvé de milagro
Hacia el frente venía tocado por la antiaérea del 35 milímetro un avión inglés, directo a donde estábamos los soldados descansando y lamentablemente tuvimos tres compañeros salteños heridos, entre ellos Miranda Ever que quedó ciego y otros dos compañeros más.
Los gritos se sucedían y el desorden después de un ataque, teníamos 18 años sin el temple de un hombre de batalla.
El avión pasó sobre nosotros en llamas ya que el heroico soldado Báez -que pelotas amigo, fue corriendo al pozo y puso la ametralladora MAG en posición y le disparó al piloto inglés y es por eso que estoy contando la historia.
Me puso mi compañero abrazado a Miranda y lo llevamos al hospital y cuando llegué vi su cara agrietada y me puse helado y tembloroso por unos momentos.
Pasaron los días y la cosa se ponía bien fea, empecé a sentir el miedo que no quería tener.
Gracias al primer teniente Sifón pude llevar adelante mi miedo y como el me enseño a rezar el Rosario y vivir con él todo los días. Los jefes de la FAA se portaron bien.
Doy gracias a Dios de tener a los comandantes Wilson Pedrozo, primer teniente Sifón, cabo Ayala, cabo Oviedo, mayor Saporta y tantos otros, el hombre que me salvó la vida, el soldado Rossi, al cabo Oviedo por su coraje.
26/05/82, a las 4 hs, empezó el bombardeo a las fragatas que nos hostigaban todas las noches. El cañón 105 hizo 800 disparos a las fragatas esa noche y después empezó a sonar el clarinete de ejército llamando a agruparse y allí me di cuenta que era el día de que se venía el fin de esta guerra.
27/05/82, nos desplazamos hacia las posiciones a 3 kilómetros del pueblo en la pista del aeropuerto, en la cabecera a donde nos atrincheramos con el jefe de sección teniente Bustillo, el cabo Oviedo, pero un nido de ametralladora nos sorprendió que estaba en un Pucará que quedó en pista, éramos 50 de la guarnición que teníamos fuego cruzado y empezó el fuego de morteros de los destacamentos de gurkhas. En esos momentos tuve miedo, estaba con el soldado Luna.
El teniente Bustillo, empezó a tirarles con granada Strim y por supuesto se callaron, había impactado en el nido de ametralladora de los ingleses, había acabado con 5 enemigos.
Después el silbido de los morteros era incesante y en un momento me quedé abrazando a mi compañero y rezando ya que el silbido se sentía muy cerca, empecé a rezar y sentimos el impacto desafortunadamente cayeron los primeros amigos y héroes.
En esos momentos sentí impotencia y bronca. Después el teniente Bustillo, informó las bajas y el mayor Saporta ordena el despliegue a la sección atrapada hacia las posiciones seguras en el pueblo.
Gracias al coraje del cabo Oviedo y teniente Bustillo pudimos salir y desplazarnos.
Llegamos a las posiciones seguras.
28/05/82, eran las 16 hs., de desesperación ya que los aviones hicieron su último ataque y los Aermacchi avanzaron y los A4Q de la Armada y equivocadamente el ejército derribó un Aermacchi, este se va hacia la escuela donde solíamos estar, en esa escuela había unos 30 ingleses o mercenarios como dicen nuestros enemigos.
Quiero creer que esa tarde fatídica muere el soldado Aguirre, ya que se levantó a tirarles a los aviones que pasaban por los techos de las casas. Pedí asistencia médica, por lo que mi mano sangraba de la nuca de mi compañero, tenía muerte cerebral, lo único que decía era Dios mío, Dios mío, estuvo media hora vivo.
A las 18 hs., hubo un silencio sepulcral, había cese del fuego, estábamos atónitos, hasta que el teniente Bustillo da la orden de no hacer un disparo. A las 20hs. Oscuro nos ordena descargar el fusil, en la mano derecha el fusil y en la mano izquierda el cargador. Nos dirigimos a un galpón de esquilar ovejas, donde estuvimos hasta el día siguiente. Ordenan, rendirse en el aeropuerto, nos dicen que por sección. Marchar hacia el sector donde nos rendimos.
El primer teniente Bustillo nos da la orden de cantar la marcha de San Lorenzo, y lo hicimos, cantamos con fuerza, pero se nos hacía un nudo en la garganta. Llegamos frente al mástil del aeropuerto, allí bajaron la bandera de nuestra patria y subían el trapo sucio del vencedor, que agonía de no poder hacer nada.
Al tercer día ordenan a un grupo de soldados, entre ellos yo, pido levantar los cuerpos de mis compañeros de armas, en ese momento vi lo que no quería, era desolador, los tantos jóvenes que dieron la vida por su patria. Un paisaje aterrador y al mismo ver que habíamos combatido a tantos ingleses o como los quieran llamar mercenarios, sus bajas eran considerables, entre ellos gente de color negra, que serían de las tantas colonias inglesas que tienen los usurpadores.
Un abrazo
Gracias Eternauta, un gran trabajo.
Saludos!