Colombia ultima un acuerdo para aumentar las operaciones militares de EE UU en su territorio
El pacto permite el traslado de las operaciones contra el narcotráfico que los estadounidenses hacían desde la base ecuatoriana de Manta
EL PAÍS - Bogotá - 16/07/2009
El Gobierno del presidente Álvaro Uribe justificó ayer por todos los frentes el acuerdo que negocia con EE UU para ampliar la presencia de militares y contratistas estadounidenses en el país. El pacto permite a Washington trasladar al territorio colombiano las operaciones de su base de Manta, en Ecuador. El uso de parte de estas instalaciones, cedido por Quito a EE UU hace diez años, caduca en noviembre de este año y el presidente Rafael Correa hace ya tiempo que avisó a la Casa Blanca que no iba a renovar la concesión.
Los estadounidenses ya han comenzado a salir de Manta y han prometido que para mediados de septiembre ya no habrá ni uno solo de sus efectivos. Este puesto de operaciones en Ecuador conformaba, junto a los de El Salvador y Curazao, una especia de trampa casi invisible ideada por Washington para cazar los vuelos de los narcotraficantes. En Manta, Estados Unidos podía tener hasta ocho aviones para el rastreo de naves y submarinos del narcotráfico. Las naves cubrían un área de 6.400 kilómetros sobre el Pacífico, desde Perú hasta Centroamérica. Hasta octubre se habían decomisado unas 1.617 toneladas de drogas en operaciones en este triángulo, según cifras oficiales estadounidenses.
El nuevo acuerdo de cooperación militar entre EE UU y Colombia prevé, según la prensa colombiana, que los estadounidenses utilicen las bases de Malambo, en la región Atlántico, Palanquero (Cundinamarca) y Apiay (Meta) para operaciones contra el narcotráfico. Añadido a esto, Bogotá querría que Washington también aumente su personal en las bases de Larandia (Caquetá) y Tolemaida (Tolima). Con este despliegue, Bogotá pretende que dar tanto peso a las operaciones orientadas a la lucha contra la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) como a las que efectúan contra el narcotráfico. La de Apiay, por ejemplo, sería la punta de lanza para intensificar la lucha contra el frente oriental de los guerrilleros.
Uribe quiere garantizar con este acuerdo que su país estará más que presente en los planes de asistencia de Washington, sobre todo con vistas a la futura renegociación del Plan Colombia (el pacto de ayuda militar suscrito en 1999). El presidente también quiere que el servicio secreto colombiano se beneficie de los datos en tiempo real que los aviones espías estadounidenses pueden brindarle. A cuantos más vuelos y más regiones vigiladas, más información. Añadido a esto, Colombia prevé quedarse con todo lo que EE UU construya en esas bases a lo largo de los próximos años, según indica el diario El Tiempo.
El acuerdo ha suscitado un arduo debate político en Bogotá. La oposición teme que haya una verdadera concesión de soberanía hacia los militares estadounidenses. Sin embargo, el Gobierno ha asegurado que el control de todas las operaciones las seguirán teniendo las autoridades del país y que el número de efectivos estadounidenses en territorio colombiano se mantendrá en un máximo de 800 militares y 600 civiles, cifras ya pactadas en el Plan Colombia. El senador Jorge Enrique Robledo, del izquierdista Polo Democrático Alternativo, advirtió de que el pacto "viola de manera flagrante la soberanía y la autodeterminación nacional, convierte a los colombianos en peones en la estrategia militar de la Casa Blanca por el control del mundo, constituye una acción hostil con las países vecinos y es contraria a la Constitución".
"El objetivo es la lucha y el fin del narcotráfico y el terrorismo", señaló el canciller, al explicar que la cooperación con Washington se remonta a 50 años y que el nuevo esquema respetará los acuerdos vigentes, basados "en la neutralidad y el respeto a la soberanía", aclaró el ministro de Exteriores colombiano Jaime Bermúdez. "No se permite la creación de una base militar estadounidense, no se afectará a terceros Estados", detalló Bermúdez, quien agregó que tendría una vigencia de diez años y supondría inversiones en infraestructuras por parte de EE UU por 5.000 millones de dólares. El alcance "es exclusivamente para Colombia, no debería afectar la relación con los países vecinos ni con un tercer país, sino al contrario porque en la medida en que Colombia acabe con el narcotráfico y el terrorismo, se va a beneficiar a la región", añadió.
Fuente: http://www.elpais.com/articulo/inte...territorio/elpepuint/20090716elpepuint_12/Tes
Habria que ver si tiene alguna repercusion en los vecinos (desde ya diplomatica o economica, nada de militar), Venezuela esta al lado.
Desde el punto de vista militar y diplomatico, como ven tener tantas bases extranjeras en tu pais?.
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El narcotráfico penetra en Venezuela
Un informe del Congreso de EE UU describe el nacimiento de un 'narcoestado' en el país caribeño - Desde 2004 la exportación de cocaína se ha cuadruplicado
ANTONIO CAÑO - Washington - 16/07/2009
Un informe del Congreso de Estados Unidos advierte de una fuerte penetración del narcotráfico en Venezuela, con un aumento muy significativo del volumen de exportaciones de drogas y de la complicidad en el negocio de altos funcionarios civiles y militares del régimen, que colaboran y protegen a la guerrilla y las organizaciones criminales colombianas. En sustancia, este informe, que será dado a conocer al final de este mes, describe el nacimiento de un narcoestado en Venezuela.
Ese país se ha convertido, según esta investigación, en el principal centro de distribución de la cocaína producida en Colombia y en el mayor puerto de embarque de ese producto con destino, especialmente, a los mercados de Estados Unidos y España. "Un alto nivel de corrupción dentro del Gobierno venezolano, del Ejército y de otras fuerzas de orden y de seguridad ha contribuido a la creación de este clima de permisividad", asegura el informe, a cuyo contenido ha tenido acceso EL PAÍS.
"Los hallazgos de este informe aumentan mi preocupación de que la negativa de Venezuela a colaborar con Estados Unidos en la persecución del narcotráfico es debida a la corrupción existente en el Gobierno de ese país", afirma el senador Richard Lugar, el republicano de más rango en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, quien encargó la elaboración de este documento a la Oficina de Control al Gobierno del Congreso (GAO), en un esfuerzo por confirmar los datos del Departamento de Estado sobre el incremento del narcotráfico en Venezuela.
Lugar considera que, tras esta investigación, "se requiere, como mínimo, una revisión profunda de la política de Estados Unidos hacia Venezuela", y sugiere medidas similares a "otros países afectados" por esta situación.
Desde 2004 hasta 2007, la cantidad de cocaína producida en Colombia y salida desde Venezuela se ha más que cuadruplicado, pasando de 60 toneladas por año a 260. Esa cifra representa, según el informe, el 17% de toda la cocaína producida en el mundo en 2007. "Después de entrar en Venezuela", relata el documento, "la cocaína habitualmente sale del país a bordo de aviones que despegan y aterrizan desde cientos de aeropuertos clandestinos".
Las agencias de seguridad norteamericanas detectaron 178 vuelos originados en aeropuertos de Venezuela en 2007 de los que se sospecha que transportaban drogas, comparado con los 109 que habían sido localizados en 2004. En ese mismo plazo, los vuelos con cocaína desde Colombia habían sido prácticamente eliminados, gracias a los programas antinarcóticos desarrollados conjuntamente por ese país y Estados Unidos.
Es decir, desde el año 2004, Venezuela ha sustituido, de hecho, al tránsito de cocaína que anteriormente se generaba en la vecina Colombia. Esto se ha conseguido, según el informe, gracias a la estrecha colaboración entre las Fuerzas Armadas venezolanas y la guerrilla colombiana, intensamente involucrada en el negocio.
"Según miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) interrogados por el Gobierno colombiano, funcionarios venezolanos, incluidos miembros de la Guardia Nacional, han recibido sobornos para facilitar el paso de cocaína desde la frontera colombiana", asegura el documento del Congreso norteamericano.
"La corrupción dentro de la Guardia Nacional", añade el informe, "representa la amenaza más significativa, puesto que la Guardia informa directamente al presidente Hugo Chávez y controla las fronteras, los aeropuertos y los puertos de Venezuela".
El informe, elaborado entre agosto de 2008 y el actual mes de julio, incluye las acciones que el Gobierno venezolano ha tomado en los últimos años para destruir aeropuertos clandestinos y alijos de drogas, pero advierte que es difícil contrastar la veracidad de esos datos puesto que la participación de Estados Unidos en la actividad contra el narcotráfico en Venezuela, que fue muy intensa hasta 2004, prácticamente ha desaparecido en la actualidad.
Algunos oficiales del Departamento Estadounidense Antidroga (DEA) siguen aún trabajando en Venezuela, pero el documento del Congreso asegura que su labor es marginal: "Dicen que continúan reuniéndose informalmente con los responsables venezolanos, pero esas reuniones son generalmente para mantener la comunicación más que para discutir asuntos sustanciosos de cooperación".
Según el informe, Estados Unidos ha hecho algunos intentos de reanudar esa colaboración, especialmente a raíz del encuentro, en abril, en la cumbre de Trinidad y Tobago, entre Chávez y el presidente estadounidense, Barack Obama. Una de esas gestiones ha sido la de invitar al fiscal general de Venezuela a visitar Washington para discutir diversas iniciativas antidrogas, pero el Ministerio venezolano de Relaciones Exteriores no ha dado aún permiso para ese viaje.
La asistencia norteamericana a la lucha contra las drogas en Venezuela, que era de casi 11 millones de dólares en 2003, se ha reducido hasta menos de dos millones en 2008. "A pesar de todos los esfuerzos, la colaboración sigue en declive", concluye el documento.
El informe del Congreso estadounidense menciona a España como el principal destino fuera de América de los vuelos originados en Venezuela. En este continente, las rutas principales hacia Estados Unidos son a través de México, República Dominicana, Haití y otros países de Centroamérica y el Caribe.
En México, la droga procedente de Venezuela queda en manos de las bandas que tienen el control de esa actividad en ese país. En el resto de los lugares, los cargamentos frecuentemente no llegan a tierra; son lanzados al mar, donde los recogen las naves que continúan el transporte.